UD ALMERÍA

Rubi da la cara y expone la cruda realidad de un Almería en plena crisis: "Pozo estaba hundido en la miseria"

El entrenador del conjunto almeriense fue rotundo en sala de prensa: "Hay un grueso de jugadores que no querían estar aquí".

Rubi, con el Almería./
Rubi, con el Almería.
Jonás Pérez

Jonás Pérez

El Almería ha empezado la temporada muy lejos de las expectativas. El equipo entrenado por Rubi ocupa la decimoséptima posición de la tabla en LaLiga Hypermotion cuando, sin duda, comenzó la campaña como uno de los grandes candidatos al ascenso. No solo por venir de Primera División, sino también por mantener en su plantilla a jugadores de élite como Gonzalo Melero o Luis Suárez.

Cinco puntos en cinco partidos, con dos derrotas consecutivas y la sangrante goleada del Castellón (2-5) en el Power Horse Stadium han encendido todas las alarmas en la ciudad. Ya no son solo los resultados, que también, sino las sensaciones de una plantilla que ha agachado la cabeza y que no ha sido capaz de hacer frente a la adversidad. La escena ante el equipo de Schreuder terminó por desesperar al público, que despidió a los jugadores con una sonora pitada.

Es pronto, pero se puede afirmar que lo del Almería es ya un conato de crisis. Quizás nadie mejor para gestionarla que Rubi, un entrenador que consiguió salvarles en Primera División hace dos temporadas y que ahora ha regresado para tratar de devolverles a la máxima categoría. No solo hay fútbol en su cabeza. Se esconde también una magnífica gestión de vestuario y la capacidad de afrontar situaciones drásticas como la que ahora se ha empezado a concretar.

Ante ello, Rubi ha comparecido en rueda de prensa para ser franco y sincero con la situación actual y el cómo se ha llegado hasta aquí. "Hay un grueso importante de la plantilla que querían jugar en Primera y no querían estar desde el inicio con nosotros. Otros que tienen la autoestima muy baja por lo vivido el año pasado... Todo esto ha distraído a los futbolistas. Por ejemplo, Pozo era un jugador hundido en la miseria. El año pasado dejó de participar, tenía una falta de confianza tremenda. Le hemos dado un tiempo y hemos recuperado un poco a un jugador que estaba tocado".

Tampoco escatimó el técnico a la hora de definir los roles que se encuentra dentro del vestuario: "El equipo no tiene un líder en el campo ni en la plantilla. Si no hay un líder, que cada uno intente aportar un poco más en comunicación, hablarse, corregir al compañero. Entre todos sumemos un poquito".

Pese a que asume la dificultad de la situación, Rubi en todo momento agradece la franqueza del público con sus jugadores: "Sabíamos que nos íbamos a encontrar un ambiente que nos merecemos por una temporada tan mala como la pasada. Cuando las cosas no funcionan, la gente va a estar así y lo entendemos. Si viene un equipo y te gana, nosotros tenemos que dar la cara como hicimos el lunes. Fuimos al centro del campo y pedimos disculpas. Tenemos que soportar lo que nos digan con justicia. Es lo que hay".

Un discurso claro que evidencia que el primer paso para revertir una situación es afrontarla de frente, mirarse a los ojos y tirar juntos hacia adelante. Rubi ha mostrado la cruda realidad de su Almería en la sala de prensa, en su comparecencia previa a recibir al Eibar de nuevo como local. Un nuevo partido señalado. Un vida o muerte. Un encuentro que marcará el destino de un equipo en horas bajas...