DEPORTIVO DE LA CORUÑA - LEVANTE UD

La combinación ganadora de Andrés Fernández con el fútbol, el budismo y la IA: "Mi referente ha sido Steve Jobs"

"Si no hubiera sido futbolista, habría tirado por esa rama", reconoce el guardameta del Levante, que desde 2019 lidera una empresa de innovación e inteligencia artificial.

Andrés Fernández firma autógrafos a aficionados del Levante. /ADOLFO BENETÓ
Andrés Fernández firma autógrafos a aficionados del Levante. ADOLFO BENETÓ
Cristina Bea

Cristina Bea

Sentarte a charlar con Andrés Fernández (Murcia, 1986) en la ciudad deportiva de Buñol es hacerlo de mucho más que de fútbol. (Aunque confieso que nunca pensé que hablaríamos de alcaparras). El guardameta del Levante suma y defiende valores humanos -marcados por su madre y su padre, teniente coronel del Ejército del Tierra-, al tiempo que enumera intereses lejanos a los terrenos de juego: "Desde pequeño me gustaba la informática, la innovación, la tecnología. Me gustaba mucho y yo creo que si no hubiera sido futbolista, hubiera tirado por esa rama", asegura Andrés, y en parte lo ha hecho, porque en 2019 se adentró en el mundo empresarial con Biyectiva, dedicada a la innovación y a la inteligencia artificial.

"Steve Jobs ha sido mi referente, siempre me marcó, no sólo por el tema tecnológico, sino que fue una persona que no terminó la carrera, se hace a sí misma, saca proyectos, lo tiran, sigue con otro proyecto...", dice y no duda en incluir el camino espiritual del gurú tecnológico, que ambos comparten: "No puedo decir que soy budista, pero sí que es verdad que la filosofía budista me gusta mucho, trabajo bastante. A mí sobre todo lo que me atrajo fue el trabajar para ser mejor persona y luego también el trabajar para tener más paz interior", reconoce el ex de Osasuna, Huesca, Oporto, Granada, Villarreal y Levante, con quien aspira a regresar a Primera en la recta final de su carrera deportiva.

¿Qué tal, Andrés? ¿Cómo estás en esta etapa en el Levante?

La verdad que muy bien. Feliz, no sólo por estar en el Levante, que es un gran club, sino también por la ciudad y, sobre todo, por los compañeros y la gente que está aquí dentro del Levante trabajando, que te lo hacen todo más fácil.

Lo que no pinta fácil es la lucha por el ascenso.

(Sonríe) Sí, está bonito. Es un mensaje también que decimos dentro y que vemos así, que la Liga está bonita, hay muchos equipos implicados, estadios muy bonitos… La Segunda División este año está todavía más competida y muy bonita también para el espectador, y yo creo que eso es bueno para el fútbol.

¿Por dónde pasa la lucha del equipo para tratar de conseguirlo? ¿Cuál es la consigna?

La consigna, sobre todo, es la constancia en el trabajo. Yo creo que eso es clave: la constancia en el trabajo diario. A veces se hace pesado, a veces uno llega aquí y a ciertas edades llegas muy cansado (se ríe), con dolores, pero aun así sabes que esa constancia te lleva a que luego los fines de semana puedas competir a un nivel que es lo que estamos demostrando, que prácticamente todos los partidos hemos estado ahí para ganarlos y al final el fútbol son detalles, pero somos como una pequeña secta aquí ahora mismo, donde sabemos que el que venga o el que esté tiene que trabajar y sacrificarse porque es muy bonito el objetivo final.

¿Cuánta de esa constancia y de esa disciplina has mamado desde pequeño? Porque tu padre ha sido militar. ¿Cómo ha influido su profesión en ti?

Hombre, mucho. No sólo por mi padre por esa vida militar, sino también la familia que yo he tenido por parte de mi madre. Creo que el respeto ha sido muy importante, la disciplina siempre ha sido muy importante. Esos son valores que me han inculcado en la familia. Mi padre siempre ha sido muy estricto en algunas cosas que luego te das cuenta que tengo que darle las gracias por ello, porque te preparan mejor para ciertas cosas de la vida, y para mí han sido unos pilares muy importantes en toda esa disciplina, en todo ese, sobre todo, respeto: el escuchar, te viene un entrenador aunque lleves tiempo y tienes que escuchar, a un compañero más joven lo tienes que escuchar… Todo eso te lo llevas para el día a día y en el fútbol lo he aplicado bastante.

¿Alguna anécdota práctica de esas situaciones en las que fue estricto contigo?

Pues mira, con la comida te puedo contar una del tema de las lentejas. A mí de pequeño no me gustaba comer ni lentejas ni champiñones, era lo único, y con las lentejas llegué un día, no quería comerlas, me enfadé, no quise, y me las puso para cenar. En la cena tampoco quise y me las puso para desayunar. Hasta que no me comí ese plato de lentejas hecho por mi madre… No me puso otra comida, siempre me ponía el plato de lentejas, entonces me lo tuve que comer y a partir de ese día ya me comía todo lo que me ponía mi madre (se ríe). Además, él decía que la comida nunca estaba mala: estaba mal hecha o bien hecha, pero mala no podía estar.

Te ha marcado también físicamente por sus diferentes destinos. Os fuisteis a vivir a Tenerife, luego a Mallorca… ¿Cómo recuerdas tus comienzos en el fútbol con esa itinerancia?

Yo empiezo en Murcia, en un equipo donde estaba Javi García, el mítico jugador que estuvo en el Madrid, en el Benfica, y es verdad que él se coge destino a Tenerife, nos vamos allí, allí ficho en la base del Tenerife… Fueron experiencias complicadas porque ya tenías tus amigos, pero eran 14 años, haces unos nuevos, recuerdo muy buena época esa también, con la adolescencia, empezar a salir, empezar a hacer cosas, y en el fútbol también maduras antes por ese tipo de experiencias. Ya a Mallorca sí que me fui solo y ahí empiezas ya un poco a ver el tema profesional más cerca.

Profesional y con doble vertiente, porque tú en Tenerife ya habías empezado a estudiar Ingeniería Informática y ese movimiento hizo que luego tuvieras que ir con tomos bajo el brazo en las concentraciones. Manuales técnicos de los cursos de programación en los que te formaste.

Sí, los estudios siempre los llevaba muy bien y tenía claro que quería formarme. No sabía cómo iba a ir la carrera del fútbol. Hoy en día parece que vas a llegar pero es muy complicado, el porcentaje de los que llegan es muy pequeño y ahí dije: 'Oye, voy a apuntarme'. Lo que más me gustaba era Informática y decidí apuntarme, iba por las mañanas a entrenar y a la tarde iba a la universidad. Desde pequeño me gustaba la informática, la innovación, la tecnología. Me gustaba mucho y yo creo que si no hubiera sido futbolista, hubiera tirado por esa rama.

"Tenía claro que quería formarme. Lo que más me gustaba era Informática y decidí apuntarme. Iba por las mañanas a entrenar y a la tarde iba a la universidad"

Andrés Fernández Portero del Levante U.D.

Ahí también creo que influyó tu padre, que tengo entendido que era el que llevó los primeros ordenadores a casa y que antes de jugar os obligaba a aprender. Había siempre algo educativo, algo didáctico.

Sí, mi padre… (Se ríe). Cuando era pequeño, por ejemplo, cuando comprábamos una consola el primer juego era un juego educativo: un Tetris con formas, un juego de 3D para no sé qué, un juego de estrategia, y luego ya venían los Reyes y pedíamos nosotros lo que queríamos. Para eso siempre era de ayudarnos con el tema educativo. Por ejemplo, en el primer ordenador que nosotros tuvimos no había juegos, no había nada, eran cursos de mecanografía para aprender a escribir. Hasta que no acabábamos esos cursos no nos dejaba… Y al final eso es un aprendizaje que te viene bien de base para después.

Para después convertirte en el informático de cabecera de tus compañeros, ¿no? En el manitas tecnológico.

Sí, pero yo creo que hay un antes y un después cuando entra YouTube e Instagram. Antes sí que la gente decía: 'Oye, tú que sabes. Oye, tú que no sé qué. Oye tú…'. En cuanto ya está YouTube y te metes ahí y pones 'cómo cambiar esto', 'me ha salido este error, ¿qué hago?' ya es más fácil, pero antes sí que la gente recurría a mí a cambiar los discos duros a veces… Pues esas cosas. (Se ríe).

Esas cosas que manejas, disfrutas y que te llevaron poco antes de la pandemia a invertir. A involucrarte con el mundo startup, con el mundo empresarial. Dos chicos se sientan contigo y te plantean un proyecto que puede ser bueno para todos, supongo que pensando también en tu futuro. ¿Fue así?

Sí. A mí me interesaba mucho el tema de las empresas, yo tenía un amigo en Murcia que conocía personas, empezamos a hablar y emprender una empresa, queríamos que fuese algo para toda la vida, no era lo que ahora se lleva mucho, startup de 'oye, hago algo y en cinco años lo vendo y si consigo sacarle rendimiento…'. En enero de 2019 fue cuando empezamos y seguimos creciendo, va cumpliendo fases y etapas y a ver si sigue como va.

Sé que está relacionada con la inteligencia artificial, pero cuéntanos a qué os dedicáis en concreto.

Actualmente hoy (remarca también llevando las dos manos al suelo) podemos decir que estamos bastante focalizados, somos una especie de empresa consultora de software en inteligencia artificial y estamos, sobre todo, con mucha experiencia en visión artificial. Hacemos proyectos de visión artificial, que es toda la información que puedes sacar de una cámara en industria, con frutos, con cualquier cosa. Es que te podría contar muchos proyectos que hacemos (Sonríe).

Dinos alguno. ¿Cuál es su aplicación práctica? Para que lo entendamos.

Pues mira, por ejemplo, alguna cosa que hemos hecho es el triaje de alcaparras. La calidad de las alcaparras se tiene que ver en la dureza. Entonces, diseñamos un sistema donde con cámaras hiperespectrales, que son de infrarrojos, se ve la dureza, se puso un sistema en la cadena de producción que tienen y ahí iban descartando unas y otras. El sistema lo montamos nosotros. Es mezclar un poco la visión artificial con la automatización de procesos.

¿Eres muy seguidor de gurús tecnológicos? Acabamos de ver con el triunfo de Trump en Estados Unidos y con su presencia destacada en su toma de posesión la importancia de los magnates tecnológicos hasta en la política internacional…

Sí, más que el mundo tecnológico son los que han llegado a ser multimillonarios o más de eso. La verdad que es un poco curioso, porque yo creo que no se sabe quién tiene más poder ahora mismo. Está claro que ahora mismo una gran empresa como Facebook o X puede tener más información y más recursos, porque ya sólo por los beneficios que tiene, imagínate todo lo que puedes comprar con esos beneficios. De momento, parece que están intentando ayudar, pero ya veremos (Se ríe). Es una cosa que se tiene que mirar bien, porque no puede ser que una persona de una empresa tenga más poder que un Estado, yo creo que es complicado eso.

Ahora te pregunto por tus ídolos en el fútbol pero, ¿lo tienes o has tenido también en el mundo de la tecnología?

Sí, yo siempre tuve a Steve Jobs. Yo creo que ha sido la referencia que siempre me marcó, por muchas cosas, no sólo por el tema tecnológico, sino que fue una persona que no terminó la carrera, se hace a sí misma, saca proyectos, lo tiran, sigue con otro proyecto y luego, sobre todo, por su última fase donde ya sabe que tiene cáncer y empieza a hacer el plano más espiritual también, a intentar hacer que su vida tenga una parte más de consciencia con las personas.

Andrés Fernández y su atracción por la figura de Steve Jobs.

¿También tienes tú esta parte espiritual?

Sí, no sé si por mi madre, que me viene por esa parte, pero siempre he pensado que la mente es muy importante, siempre. Yo creo que desde pequeño mis padres también me lo hicieron ver, me lo inculcaron, también con mis hermanos hemos hablado mucho de este tema, con mi familia, y yo creo que es algo que uno tiene que tener presente.

¿Cómo trabajas esa parte?

Pues mira, empecé leyendo libros que recomendaban, buscando un poco. Al final cada uno busca sus herramientas, busca el sentido a la vida a veces, por llamarlo así, y esa búsqueda te lleva a ir conectando con cosas y yo conecté mucho con el tema de la meditación, con el tema del budismo, y a partir de ahí sí que empecé a trabajar y todavía sigo, y cuando me retire espero seguir.

¿Eres budista entonces?

No puedo decir que lo soy, pero sí que es verdad que la filosofía budista me gusta mucho, trabajo bastante. Es un camino que creo que te aporta muchas cosas a nivel interior y espero seguir trabajándolo. A mí sobre todo lo que me atrajo fue el trabajar para ser mejor persona y luego también el trabajar para tener más paz interior, de saber que tú puedes controlar el enfado, que puedes controlar el apego a las cosas, que la gente te esté insultando no quiere decir que tú tengas que actuar igual… Todo eso a mí me ayuda bastante.

"El budismo es un camino que te aporta muchas cosas a nivel interior: saber que tú puedes controlar el enfado, el apego a las cosas, que la gente te esté insultando no quiere decir que tú tengas que actuar igual..."

Andrés Fernández Portero del Levante U.D.

¿Y tu ídolo futbolístico?

Mi ídolo futbolístico fue Casillas. Cuando él sale yo tengo dos años menos y yo creo que todos los jóvenes porteros de esa época queríamos ser como él, jugar en el Madrid, la Selección, y yo creo que le cogí ese punto de ídolo y encima pude coincidir con él un mes. Fue en Oporto, que justo él llegó y yo salía a Granada y estuvimos un mes entrenando, pudimos coincidir, incluso fuimos a comer varias veces, o sea que genial. Es verdad que él llega allí que ya es más mayor, ya no es el joven que volaba de palo a palo (sonríe ampliamente), pero para mí fue una experiencia realmente buena, y además te das cuenta de lo buena persona que es, el trato normal que tenía, que dices: 'Ostras, esta persona que ha sido lo que ha sido, que ha conseguido lo que ha conseguido' y lo ves cómo trata a la gente, para mí fue también un referente en eso.

Es curioso cómo os sorprendéis hasta entre compañeros, no sólo desde fuera, del buen trato de futbolistas a los que idolatráis.

Sí, porque a veces cuando hay jugadores así que han conseguido tantas cosas -tenemos a Cazorla, que es la leche-, gente que lo han conseguido todo, que son súper conocidos y luego en el día a día, en el trato cercano, dices: 'Ostras, es que es así, es que la vida tiene que ser así, por que hayas conseguido muchas cosas, en tu trato cercano con las personas no tiene que parecer que eres ¿qué? Si somos todos iguales, si vamos a ir al mismo sitio…' (Se ríe).

Hemos visto estos días la emoción de Nacho Vidal, y más de Braulio y Sabalza, al marcharse de Osasuna. ¿Qué destacas tú de tu paso por el equipo rojillo, con el que debutas en Primera?

Ufff, la verdad que llevo muy dentro a Osasuna. Estuve tres años en el filial y tres años en el primer equipo, con la cesión del Huesca, y yo creo que Osasuna tiene algo muy bueno, que son los valores que inculcan desde pequeño: en el trabajo, en el respeto a los compañeros, en todo, y luego llegas al primer equipo y es que intentan mantener todo eso. Hay mucha gente de la cantera que están en el primer equipo afianzados y es un club donde la afición te hace sentir que eres rojillo, que eres de Osasuna, y eso hace que te encuentres a gusto allí, y si encima tú eres una persona que trabajas, que demuestras, que vas a por todas cada vez que sales, la afición también te acoge. Y es que vas a cualquier sitio y te animan, te ponen un pintxo, te ponen un café… (Sonríe). En eso Osasuna tiene algo muy poderoso.

Nombras la cesión en Huesca, adonde regresaste antes de llegar al Levante, y fue un año importante para ti: Zamora de Segunda.

Sin duda. Yo creo que fue el año clave, porque sales cedido, en principio vas a un Segunda división como el Huesca, que es no descender, no vas de titular y empiezas a jugar en la quinta o sexta jornada y luego sale el año que eres Zamora en ese equipo. Salió todo redondo a nivel individual y, encima, colectivamente nos salvamos con bastante antelación, así que fue un año muy importante, tengo muchos recuerdos.

Esa temporada hace que te repesque Osasuna y que ya allí el Real Madrid se interese por ti. No fructificó, ¿qué pasó? ¿Cómo lo viviste?

Sí, fue el año donde Casillas sale lesionado por la jugada de Arbeloa y deciden fichar a Diego López. Es verdad que el club me llama una mañana y me dice que han tenido algún contacto con el Real Madrid, mis agentes me llaman y me dicen: 'Oye, estás en la mesa y a partir de ahí decidirá el míster'. Era Mourinho y Mourinho decide coger a Diego López. Me llamaron a las nueve de la noche, ya con los nervios ahí, que no sabía si sí o si no, y ya me confirmaron que 'oye, al final pasa esto'. Con los nervios, porque ya que tienes a un Madrid ahí atento, siempre me imagino que es bastante fuerte.

Andrés Fernández y el interés del Real Madrid por él.

¿Quién es el entrenador que más te ha marcado?

Hombre, sin duda Mendilibar. Aparte de que le tengo un cariño enorme a él y a su cuerpo técnico y al entrenador de porteros que tenía allí, yo creo que Mendilibar es el que más me ha marcado: con el que debuto, con el que me pegaba unas apretadas tremendas… (Se ríe).

¿Físicas o verbales?

De todo, de todo, de todo. Es un poco el que me rompe el 'oye, que ya no eres un chaval del filial, aquí eres profesional y tienes que espabilar'. Y es un entrenador que encima tenía unos valores también que iban conmigo: no nos dejaba hablar en rueda de prensa, el chaval tenía que estar recogiendo balones, sacando las maletas de los viajes y todo eso que yo creo que ahora se ha perdido totalmente, ahora ya eso no pasa.

¿Le faltan valores al fútbol?

No sé si le faltan valores al fútbol o a la sociedad. Yo creo que el fútbol todavía sigue teniendo unos valores muy importantes, porque los entrenadores inculcan mucho trabajo en equipo, constancia en el trabajo, sacrificio y todo eso, y es verdad que hoy en día los jóvenes, por lo que estamos viendo, que son los que están rompiendo ahora el mercado, creo que vienen con otras tendencias (sonríe) que son diferentes a las que teníamos nosotros.

"No sé si le faltan valores al fútbol o a la sociedad. Yo creo que el fútbol todavía sigue teniendo unos valores muy importantes"

Andrés Fernández Portero del Levante U.D.

'Tendencia' es una palabra clave, además, hoy en día. Muy sutil tú…

(Reímos) Sí, sí, sí. Es como que vienen a veces hasta exigiendo, y es como 'tsss, espera'. Ya me ha pasado aquí alguna vez que dices: 'Espérate, que te saco 20 años, mira toda la carrera que te queda, ya llegará tu momento de que seas el que lleve la voz cantante'. Yo creo que eso antes, yo cuando subía con 18, 19 años, buah, si abría la boca era casi para pedir perdón.

¿Qué supuso para ti tu posterior llegada del Granada al Villarreal?

Sinceramente, ir al club que siempre quise. (Sonríe). Cuando empecé en Osasuna o cuando era más pequeño, sobre todo cuando estaba en Murcia, siempre el Villarreal: la época de Riquelme y esos pedazos de jugadores que hicieron. El amarillo era mi color preferido y daba la casualidad que siempre estaba viendo a Las Palmas, al Villarreal, por el color de la camiseta. (Se ríe). Cuando eres pequeño muchas veces tienes esas cosas. Yo al Villarreal tuve la opción de ir el segundo año Osasuna y no salió la operación porque el presidente de Osasuna no… Bueno, es un tema delicado, que luego acabó yendo a la cárcel, pero es verdad que luego cuando Marcelino me llamó no me lo pensé.

Tuve opción de renovar en Granada cuatro años, y me decidí irme cedido al Villarreal un año y salió bien. Es verdad que a Marcelino lo echan al mes (se ríe), pero por suerte pude estar allí más tiempo y sólo puede estar agradecido. Para mí el Villarreal es un club maravilloso, señor, cómo cuida el club a los jugadores (dice y enumera con los dedos), la ideología que tiene también el propio club de mejorar, de trabajar, de invertir mucho en el jugador y en la gente que está con los jugadores, y yo creo que eso es muy importante. El Villarreal, otro más que me llevo para el resto de mi vida.

Déjame que te pregunte por esa salida frustrada de Osasuna al Villarreal presidente (Miguel Archanco) mediante. ¿Qué ocurrió? Hasta donde quieras contar.

Pues fue muy raro. Creo que son cosas que los futbolistas no nos vamos a enterar, yo por lo menos no creo que me entere de la verdad, de lo que pasó, pero lo que sí que es cierto es que yo tenía ya acordado con el Villarreal todo, teníamos la cantidad que iba a pagar el Villarreal también, y este señor decidió irse de vacaciones a Menorca, estar en un barco, no coger los teléfonos. Acabó hablando, diciendo que los plazos de pago no le gustaban y que lo quería todo en una. El Villarreal se lo tomó un poco a cachondeo y justo ese año acabó firmando a Asenjo, pero la verdad que para mí fue una situación muy extraña porque dije: 'Ostras, ¿cómo puede ser? Si estaba todo acordado y toda la gente que rodeaba al presidente habían dicho que sí: director deportivo, secretario técnico, entrenador…' (Levanta las cejas y pone las palmas de las manos boca arriba). Fue un poco extraño. (Sonríe).

Andrés Fernández y el presidente de Osasuna.

Extraño y que tuvo remiendo la campaña siguiente pero, claro, la situación para ti fue distinta. Sergio estaba asentado en la portería.

Sí, es una situación diferente porque en ese momento el Villarreal acaba de ascender a Primera y es verdad que cuando un equipo como el Villarreal está en tres competiciones necesita dos porteros profesionales, pero cuando yo voy sabía que Asenjo estaba a un nivel muy bueno, es más, ese año empieza yendo a la selección y sabía que era muy difícil, pero era el Villarreal y yo no iba a desaprovechar el poder ir.

En todas las posiciones en una equipo hay competencias, pero en el caso de los porteros es aún más evidente, ¿no? Sólo puede jugar uno. Entiendo que eso requiere se un trabajo mental y de honestidad importante.

Sí, yo creo que lo más importante es el respeto en el entrenamiento y en los partidos. Lo que yo he intentado siempre a nivel interior es decir: 'Oye, es un compañero, el que decide es el entrenador'. A partir de ahí tienes días que no juegas y te enfadas, es que eso es normal. Que a mí un compañero de portería que no esté jugando se enfade un día no me parece mal, pero eso sí, si el día que yo juego me estás jodiendo, pues ya te diré: 'Oye, cuando tú juegues me voy a poner yo igual a ver cómo te sienta'. Es verdad que es difícil, porque parece que los porteros se tienen que llevar mal, y yo creo que no.

Con Asenjo tuvimos esas situaciones donde él se lesiona y yo juego, luego me lesiono yo y él vuelve a jugar, luego juego yo, estuvimos alternando bastante por circunstancias, pero con él la verdad que siempre hemos tenido buena relación, nuestras mujeres se han llevado bien, yo creo que somos amigos, cada dos por tres estamos hablando, ahora que él está disfrutando de la vida (se ríe) también estamos hablando… Yo creo que es importante saber sacar un poco ese punto de 'sí, yo estoy compitiendo con una persona pero es mi compañero y es el entrenador el que elige'. A partir de ahí pues ya depende de lo tonto que sea cada uno (se ríe). Puede ser portero o puede ser jugador, que si un tío es muy tonto es que no lo quieres ni ver. Eso pasará en todos los trabajos me imagino.

Es una cuestión de ego, ¿verdad?

Sí, es el ego, totalmente. Es el ego y las expectativas. Cuando tú te generas unas expectativas de que 'vengo aquí y voy a jugar'… Hay una cosa que me dijo un entrenador (Martín Monreal en el filial de Osasuna): 'Oye, a ti te pagan por estar preparado para el entrenador, punto. A ti no te pagan por jugar'. '¡No, pero es que…!' 'Que no, que no, a ti el club no te paga por jugar, a ti te paga por estar preparado para el entrenador, y el compañero igual, y el que decide es el entrenador'. Entonces, yo ya me lo llevé al plano de mi padre y digo: 'Pues mira, aquí somos soldados (se ríe), aquí a entrenar'. Y aunque no juegas estás jodido, pero sí que es verdad que depende del vestuario cuando no juegas se nota. Yo en el Villarreal tuve mucha suerte -y aquí también estamos teniendo mucha suerte, y en Osasuna también, en muchos equipos-, porque es muy importante que los compañeros que juegan arropen a los que no juegan. Yo en el Villarreal me acuerdo de Cheryshev, Jaume Costa, Mario Gaspar, Bruno, Manu… Es que estábamos todo el día de cachondeo, no jugabas y es que disfrutabas de ir a entrenar, y un poco pasa aquí también.

¿Sois bichos raros los porteros, como se suele decir?

A ver, eso dicen, pero yo… (Se echa haca atrás, sonríe y se lleva las manos al estómago). Aunque, claro, luego hablas de meditación, budismo, no sé que… (Se ríe). Pero yo en el día a día me considero una persona normal, intento trabajar, intento ayudar. No me considero un bicho raro. Es verdad que yo nunca he sido una persona, por ejemplo, de salir de fiesta. En eso sí que he sido un poco como raro, de 'no me apetece' o 'me voy', pero no me lo considero por la actitud. No tengo manías, no tengo nada así raro.

"Lo de bicho raro de los porteros es por la mentalidad un poco de taraos, porque que tengas que poner hasta la cara y que te peguen pelotazos, como yo la semana pasada. Dices: 'Estáis chalaos'"

Andrés Fernández Portero del Levante U.D.

Lo cierto es que vivís al filo del paradón o de la cantada, del error. Eso requiere de una mentalidad especial, no debe ser fácil esa delgada línea roja.

Sí, lo de bicho raro es por la mentalidad un poco de taraos, porque al final que tengas que poner hasta la cara y que te peguen pelotazos, como yo la semana pasada. En la cara, pum, vas al otro lado, otra vez en la cara y dices: 'Estáis chalaos'. En ese punto sí, y luego lo que tú dices, que en el portero un fallo es un gol, vives con eso, sí tienes mucha responsabilidad, pero yo para eso utilicé sobre todo una cosa que me dijo una persona: 'Nunca pienses que se meten contigo, Andrés, piensa que se meten con el portero. Con el portero, en este caso, del Levante. Si a ti te conocen como persona, es imposible que se metan contigo', me decía. Dices: 'Pues tienes razón, es verdad que se meten con la figura del portero'. Pues el portero a los cuarenta y estará retirado ya y no se van a acordar de él (se ríe). Eso me ayudó bastante, yo creo que eso me sirvió para separar cuando hay un error, cuando hay cualquier problema. Y es que un error es normal que haya.

¿Quién te hizo esa reflexión?

Fue la madre de un muy buen amigo que tengo, que era psicóloga forense con todo el tema de violencia de género.

¿Cuál es ese error que tienes grabado? Ese gol que aún te duele… Ahora te pregunto también por tu mejor parada, ¿eh?

¿Error? Pues ha habido grandes errores. Así que recuerde (mira al fondo pensativo) quizá uno con Osasuna… A ver, sí, yo creo que con Osasuna, un balón que dejo ahí contra el Athletic de Bilbao, me acuerdo que, joder, vienes de hacer una gran parada, de repente sacan un centro, se te queda muerta, te meten y pierdes el partido contra el Athletic de Bilbao un año que estábamos ahí… Es la que ahora mismo me viene a la cabeza.

¿Y la mejor parada?

¿La mejor parada? Ufff. (Repite el gesto pensativo) Recuerdo mucho una contra el Athletic de Bilbao (se ríe), contra Munian. Me acuerdo mucho de esa época.

¿Cuál ha sido el rival más complicado que has tenido enfrente? El que has dicho: «Me va a coser a disparos», porque has vivido la época álgida en la lucha por el Pichichi... y el Balón de Oro.

Bueno, es que (abre los brazos y se ríe), como le digo yo a mis compañeros aquí, que a mí me ha tocado la época de Messi y Cristiano en su prime, como dicen ahora. Cualquiera de los dos pero, sinceramente, Messi. Con el tema este de las botellas, que me regaló veintiuna, me ha metido 21 goles. Yo creo que era el rival que no sabías por dónde iba a salir. Como portero decías: 'Ostras, ¿qué haces, sales a por él, no sales?' Cuando te venía uno contra uno ibas a por él y te regateaba, si te quedabas atrás te la ponía en un lado y te la tiraba… Ha sido el más complicado.

¿Qué pensaste con ese regalo «envenenado» de Messi con las botellas?

Hombre, yo lo primero que pensé: 'Voy a cogerlas y voy a ir a tirárselas' (bromea), pero es verdad que es una cosa bonita, sobre todo por lo que Messi representa. Es uno de los jugadores más importantes de la historia del fútbol y cuando con los años vas cogiendo perspectiva te sientes un privilegiado de haber podido estar en esos años.