La primera gran crisis del Andorra de Piqué: sin estadio, con fichajes 'no deseados' y en descenso

Era diciembre de 2018. Kosmos, o más fácil, la empresa de Gerard Piqué, compró el Andorra, con el objetivo... ¡de que sonara el himno de la Champions en el Principado! Lo cierto es que cinco años más tarde han logrado una escalada excepcional, desde Primera Catalana a Segunda División, con la compra de una plaza mediante. Un camino soñado que ahora se encuentra con su primera gran crisis. Una amenaza de paso atrás para un proyecto que solo había subido peldaños a pasos agigantados.

El equipo de Eder Sarabia se encuentra en puestos de descenso. La situación aún no es crítica, ya que están a un solo punto de la permanencia, delimitada por el Alcorcón y el Villarreal B. Otra cosa son las sensaciones. Los andorranos acumulan tres derrotas consecutivas y no ganan un partido desde el pasado 3 de diciembre. Ya no es tanto la mala racha, sino la falta de continuidad. De hecho, su victoria anterior se dio el 28 de octubre...

Gerard Piqué apostó con firmeza por el actual técnico. De hecho, decidió destituir a Nacho Castro cuando el equipo navegaba en la segunda posición de grupo en la que entonces era Segunda División B. Lo hizo porque creía que a su Andorra no solo le hacían falta resultados, sino un estilo con el que crecer, formar una identidad y poder asentarse a la larga, o no tan larga, en el fútbol profesional.

Por eso le dio el timón a Eder Sarabia, un discípulo de Quique Setién con una personalidad arrolladora y un discurso claro. Desde la pizarra, el técnico siempre ha buscado referencias cruyffistas en su equipo y un estilo basado en la posesión y la verticalidad. No siempre le ha salido de la forma soñada, también fruto de movimientos continuos en su plantilla y unos jugadores jóvenes y poco experimentados.

La mejor muestra de ello es la presente temporada. En la pasada, la primera del Andorra en Segunda División, el equipo fue bailando en la parte media de la tabla y tocó la zona de playoff hasta en tres ocasiones. Un buen tramo final les llevó a concluir la campaña en séptima posición, aunque a ocho puntos de las eliminatorias por el ascenso.

Esta temporada, Eder Sarabia ha mostrado su frustración en alguna ocasión por la dificultad de sus pupilos para asimilar conceptos o por tener posesión dócil de pelota. En otras ocasiones, pese a resultados adversos, ha sacado pecho por el progreso. Lo cierto es que superado el ecuador de la temporada, los resultados no llegan y el descenso es una amenaza. Incluso el técnico, que siempre había rechazado el mercado de invierno, con un discurso férreo, ahora ve la incorporación de Karrikaburu como solución de urgencia a la falta de gol.

"Y que diga bueno no pasa nada, estamos en octubre, en un mes y medio se abre el mercado de invierno, firmaremos a no sé quién. No, es que no quiero, es que uno de nuestras principales virtudes de los últimos años es que no hemos firmado a nadie en el mercado de invierno. (...) Quiero que sean estos, para mí son los mejores, los hemos elegido y sabemos que tienen unas condiciones espectaculares. Me voy a salir con la mía de que van a mejorar y nos van a dar un grandísimo rendimiento", expuso.

Esas palabras llegaron en octubre, aunque a posteriori reafirmó que quería que los suyos progresaran y que los movimientos serían tan solo pequeños matices. Es más, que necesita gol es una certeza. El Andorra solo lleva 21 goles en lo que va de temporada, menos de uno de media por partido. Es su primera gran crisis, sí, pero confían plenamente en el progreso.

Los malos resultados no son el mayor quebradero de cabeza de Gerard Piqué en lo que va de temporada. Este próximo mes de junio concluye el contrato por el que el gobierno andorrano cedió el Estadi Municipal al club. Alain Cabanes, el secretario d'Estat d'Esports i Joventut, anunció que no iba a prorrogarlo y que, además cambiaría el césped. Dicho de otra forma, el Andorra debía buscar una nueva casa para competir en Segunda División, cuando el país no tiene las instalaciones necesarias para ello.

Piqué estalló en Twitter: "Gracias por expulsarnos del país. No nos queda otra solución que marcharnos y cambiar el nombre del club. Enhorabuena, habéis dejado Andorra sin fútbol profesional". A la par, el exfutbolista ya trabajaba en el proyecto de construcción de un estadio propio que detuvo por la falta de apoyo del Govern, por una inversión que llegaba a los 40 millones de euros.

Por otro lado, el Govern está construyendo un estadio en Encamp, listo para finales de 2024, en el que jugará la selección nacional. Ahí sí podría llegar a competir el Andorra, aunque no estará preparado para el arranque de la próxima temporada, por lo que el club debería buscarse una nueva casa y luego confiar en llegar a un acuerdo.

"Una posibilidad es que vayan a jugar a Lleida", deslizaron a Relevo fuentes andorranas. Una situación desagradable, pero que parece no poner fin al sueño de Piqué de que suene el himno de la Champions en el país. Para ello, antes debe llegar a Primera División y, lo más inmediato, salvarse en Segunda.