El añorado ascenso, un íntimo amigo y la morriña tienen a Pablo Torre enganchado al Racing: "Siempre le digo a mi padre que no quiero volver con 34 años"
La joya del Barça sufre con cada partido, tiene gestos con el club y disfruta de la irrupción de Marco Carrascal: "No es un paso que deba dar ahora, pero tengo ganas de jugar en El Sardinero".
Esteban Torre, leyenda del Racing en los años 90, tuvo que frenar durante un largo tiempo a su hijo para que no volviese a su querida Santander a la mínima que pudiese. Como el estudiante con morriña, a Pablo, en su primera temporada en el Barcelona, solo, con 19 años y a 600 kilómetros de los suyos, le pudieron las ganas de regresar a casa en cada día libre y curar la añoranza con viajes exprés. Juntos encontraron una solución: que fueran sus amigos y la familia los que le visitasen en recurrentes excursiones y no al revés. El pequeño de los Torre ha crecido en todos los sentidos en estas dos temporadas y media en la Ciudad Condal (el miércoles concedió una entrevista a Relevo en la que presumió de madurez y haber ganado seis kilos de músculo)... pero hay algo que no cambia ni se olvida: su devoción por el Racing.
El mediapunta (2003), natural de Soto de la Marina e hincha incondicional del club que le formó, sigue cada partido de su equipo por la televisión, lo pasó mal con la última y sufrida victoria en Ferrol (1-2) y sueña como Santander con regresar a Primera 13 años después. En caso de ganar hoy al Burgos en casa (18:30), los de José Alberto conservarán como mínimo un colchón de ocho puntos con respecto al segundo clasificado. Pablo, concentrado con la Sub-21 en Madrid, volverá a encender la pantalla para disfrutar del encuentro junto a su amigo Mateo Joseph, el '9' de la Rojita, también santanderino y con quien compartió vestuario en el Racing en infantiles.
"A ver, soy un poco gafe… Pero se ve que las cosas se están haciendo muy bien, en el campo y fuera, y que tienen un equipazo. Espero que se consiga el objetivo del ascenso", afirmó la joya del Barça en su reciente charla con este medio en Las Rozas. Si en la primera parte de la conversación se abrió sobre su rol con Flick ("puede que merezca más minutos, pero tengo fe en que triunfaré"), en esta segunda se sincera sobre su posible retorno a El Sardinero, un tema candente en Cantabria cada vez que se abren los mercados de invierno y verano.
"Claro que me gustaría volver en cierto momento. Incluso ahora, cuando me lo dicen, me hace ilusión, pero creo que no es un paso que deba dar ahora", asegura el centrocampista, que, después de haber marcado dos goles y repartido tres asistencias con el Barça en lo que va de temporada, cierra la puerta con toda lógica a un hipotético regreso a Santander en enero. En cualquier caso, su deseo pasa por volver… y no para "retirarse" o cuando su nivel descienda de forma alarmante como consecuencia de la edad. Su mensaje es de amor al Racing y denota pasión.
"No sé qué pasará en el futuro y si será en un año, en dos o en 10, pero, sinceramente, tengo ganas de volver a jugar en el Racing y en El Sardinero con mi gente, además en el fútbol profesional, donde no he tenido la oportunidad de hacerlo. Es un sueño. Y siempre se lo digo a mi padre: no quiero ir con 34 años, ¿sabes? Quiero ir a disfrutar. Veremos lo que pasa. De momento estoy centrado en el Barça. Para el Racing ya habrá tiempo", expone. Su entorno, a la espera de ver qué ocurre en este mes y medio hasta Navidad y si saldrá cedido en enero, tampoco ve realista la posibilidad de bajar a Segunda en este punto después de haber hecho un grandísimo en papel en Primera con el Girona. Pablo tampoco se moja sobre si un ascenso del Racing aumentará las opciones: "No lo sé… No sé qué pasará. Me queda un año y medio de contrato en el Barça y no sé si renovaré o no".
La morriña, Carrascal y Quique Setién
A pesar de estar plenamente adaptado al Barcelona, haber entablado amistad con miembros del vestuario y recibir visitas cada dos por tres, la añoranza de la tierruca siempre está ahí. Y este curso hay otro factor que potencia que Pablo se pegue a la tele para vibrar con el Racing: la irrupción de su colega íntimo Marco Carrascal, también de Soto, de su misma edad y con el que ha compartido cientos de partidos, viajes y momentos. Con ficha del filial, el central se ha abierto un hueco con José Alberto y ya ha jugado dos partidos en Segunda (apareció en el tramo final en las victorias ante Levante y Cádiz) y salió de inicio como lateral en el compromiso de Copa contra el Lanzarote, también saldado con un espectacular triunfo por 3-4. Carrascal, también cercano a Mateo Joseph, es otro de esos amigos que viajan a ver a Pablo a Barcelona y en los que la perla culé se apoya en los momentos delicados.
En la actual plantilla del Racing hay otro puñado de futbolistas con los que Torre maduró en el césped y a los que les une una relación de respeto y cariño: el capitán Iñigo Sainz-Maza, lesionado para toda la temporada; los defensas Álvaro Mantilla y Pol Moreno; el portero suplente Miquel Parera… Y en el club también se mantienen una gran parte de los entrenadores y trabajadores que velaron por el crecimiento de Pablo y que culminaron el viaje con el ascenso a Segunda de 2022, con Torre como pieza capital con sus 10 goles y nueve asistencias y con la consecución del título de campeones de Primera Federación tras arrasar en la final al Andorra de Eder Sarabia en A Malata. Fue un final soñado. Después, y con el Real Madrid también la pelea, el '10' eligió al Barça para proseguir su carrera.
El de Soto aprovechará el parón por Navidad para cargar pilas en casa de cara a la segunda parte de la temporada. Pueden ser semanas calientes (Torre lleva cinco partidos consecutivos sin participar con el Barça y no se descarta otro préstamo) y, seguro, de escuchar a Quique Setién, otra figura de cierta relevancia en su carrera y a la que atiende con la deferencia que merece un entrenador que dirigió a transatlánticos y el segundo jugador con más partidos en la historia del Racing. Setién, muy amigo de Esteban Torre, desayuna prácticamente a diario en el restaurante del camping de Soto de la Marina, regentado por el padre de Pablo, y siempre está dispuesto a aportar desde su posición de voz consejera y que conoce a la perfección por qué estado de ánimo puede transitar un futbolista joven y de semejante proyección.
En cada regreso, siempre que camina por Santander, a Pablo se le agolpan los mensajes de afecto por la calle y la veneración que siente por él la afición del Racing. Y no es para menos: además de su contribución deportiva y de presumir de club siempre que la ocasión se lo permite, el centrocampista ha tenido gestos que se valoran enormemente y que potenciar todavía más su buena imagen. Hace unos días, por ejemplo, fue el primero en aportar dinero a la cuenta que abrió el club para recaudar fondos por los afectados por la DANA que azotó a la Comunidad Valenciana y a Castilla-La Mancha. Aunque no trascendió, el club lo pone en valor.
Todo este compendio de circunstancias tienen a Pablo Torre más enganchado al Racing que nunca y en contacto constante con Santander para enterarse de todo. Mientras siga fuera no dejará jamás de pregonar a los cuatro vientos el poderío de un club que recupera el brillo con un matemático y el azote de Pernía y Harry al frente y la belleza de una ciudad top-4 de España en calidad de vida según diversos estudios. Él volverá… a su debido tiempo.