LEVANTE

Julián Calero llama a sus jugadores "cerdos", pero tiene explicación: "Yo también me lo considero, imagina un plato con dos huevos y un trozo de bacon..."

El entrenador del Levante expuso una metáfora: "Con su cuerpo, se comprometió incluso con su vida. Ojalá esta panda de cerdos logre muchas cosas".

Julián Calero./JESÚS SIGNES
Julián Calero. JESÚS SIGNES
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Julián Calero, entrenador del Levante, es un clásico de las ruedas de prensa de nuestro país. El técnico es un experto en realizar metáforas como la que hizo esta misma semana: "Hay que ser cerdos". Unas declaraciones que no han pasado inadvertidas y que incluso han ido a mejor cuando él mismo se ha encargado de matizarlas en la comparecencia de prensa previa al partido ante el Racing de Ferrol de este lunes. Por supuesto, no se refería a pegar patadas ni a hacer daño a propósito a sus adversarios, sino a saber gestionar las situaciones y convertir a sus jugadores en unos expertos en todo tipo de circunstancias.

La primera reacción de Calero fue una carcajada, antes de soltar uno de sus habituales y populares discursos: "Bueno, es que conté una fábula, la del compromiso, la de estar involucrado y comprometido. Hacíamos una fábula que ya hace muchos años... No es que sea mía, yo me he apoderado de ella para contar lo que yo pienso. Es muy adecuada. Es imaginarse un plato con dos huevos y un trozo de bacon. Entonces la gallina que puso los huevos para ese plato, estuvo involucrada e hizo su labor. Estuvo muy bien. Sin embargo, el cerdo, con una parte de su cuerpo, se comprometió incluso con su vida. Para mí eso es el compromiso".

Calero y los cerdos.

Ante el asombro de los allí presentes, Julián Calero continúa con su fábula: "El compromiso es dejarte la vida, siempre bien entendido, por un objetivo. Cuanta más gente tengas comprometida, más fácil es que las cosas salgan bien. Por eso dije que tengo un equipo lleno de cerdos, porque están comprometidos. Lo que pasa es que la palabras cerdos siempre parece peyorativa, pero en este caso hemos hecho que tenga un significado bonito y agradable. Así que yo también me considero un cerdo y ojalá que esta panda de cerdos logran muchas cosas. Por ahí iba el asunto".

Una genial reflexión que viene a reafirmar a Julián Calero como uno de los grandes motivadores del fútbol nacional y uno de los técnicos más carismáticos con un micrófono delante. De momento, su parecer tiene efecto, con el Levante situado en la sexta posición de la tabla, con un partido menos que la mayoría de los equipos que tiene por delante. De hecho, en caso de lograr vencer al Racing de Ferrol cerraría la jornada en puestos de ascenso directo. El gran objetivo del club es subir de nuevo a Primera División, pero los resultados de los últimos años no lo convierten ni mucho menos en una obligación. Más bien, en un reto.

Calero también lamentó, en la misma línea que la gran mayoría de entrenadores, tener que jugar el lunes. Sin embargo, en su caso ya no es solo por todo el tema de dificultad para la afición, aunque también: "No me gusta jugar los lunes porque juegas el último y porque me he criado jugando sábado y domingo, pero el que paga la fiesta lo quiere así y hay que aceptarlo. La televisión nos mantiene vivos al fútbol en general. No es el día que más me guste".

En su caso, considera que supone una presión extra para los jugadores, ya que salen al campo con la responsabilidad de conocer qué es lo que han hecho los equipos cercanos en la tabla clasificatoria: "Jugar el último tampoco me gusta tanto si han perdido los rivales directos como si no, porque siempre te vas a generar un extra de presión y eso no me gusta. Pero a todos les va a tocar, hay que aceptarlo. Extra de presión espero que no y vamos a intentar quitársela a los jugadores porque los sacos de patatas encima de los hombros no ayudan a jugar al fútbol".

No obstante, el entrenador del Levante confía ciegamente en su equipo "de cerdos", con una interesante metáfora sobre el compromiso.