Una cláusula llevó a Pedro Díaz al martirio de hablar ante un juez sobre el Sporting de su corazón: "No diría que te sientes culpable, pero qué rabia..."
El futbolista del Rayo se vio envuelto en un lío judicial de su Sporting con el Espanyol y apenas dejó dinero en caja: "Parecía un poco de película".

El doloroso caso de no dejar un céntimo contra tu voluntad en el club de tu vida y, para colmo, verte envuelto en un arduo proceso judicial que te cuesta hasta explicar. Para entender el engranaje de esta compleja historia hay que viajar hasta el año 2021 y analizar la letra pequeña de un contrato que dio mucho que hablar. Pedro Díaz, un jugador entregado a cada lugar que pisa, formó parte del traspaso de Víctor Campuzano del Espanyol al Sporting. Realmente él seguía formando parte de su equipo de siempre y el atacante llegaría gratis también a Gijón, aunque a cambio hubo algún acuerdo de por medio como un derecho de tanteo futuro por el mencionado centrocampista. Todo parecía salir a pedir de boca para los asturianos, aunque era tan solo el preludio de un barullo judicial sin precedentes.
El caso es que el Sporting negoció con el Girondins de Burdeos la venta del 51% de los derechos de Pedro Díaz por cerca de 2,2 millones y avisó al Espanyol de que estas negociaciones se estaban produciendo, haciendo así caso a la cláusula que ambos habían acordado. O, al menos, eso creía. Fallaron las formas, ya que la entidad perica posteriormente defendió de que no había llegado a nivel documental ninguna señal de que existieran propuestas. "Nosotros avisamos, tuvimos conversaciones previas y su traspaso estaba siendo público y notorio", argumentó entonces Alejandro Irarragorri, presidente del Consejo de Administración del Real Sporting.
Desde las oficinas de El Molinón argumentaron mala fe del Espanyol y prácticamente celebraron, admitiendo el error de forma, que el pago final se redujese de cinco a dos millones de penalización por no notificar formalmente la oferta de traspaso. En aquel jaleo, el futbolista no pudo quedarse al margen. Ya no solo en el plano sentimental, que por supuesto, sino por tener que intervenir en un proceso que le podía venir un poco grande. "Te sientes, no sé, no te diría culpable, pero sí que qué rabia que no salieran las cosas como tenían que salir", recuerda en una entrevista en Relevo.
Lo vivió, claro, como un escenario completamente inesperado: "Son cosas de la vida, al final lo que no está en nuestras manos... Pues poco podemos hacer. Salió así y ya está. No sé, también intenté evadirme lo máximo posible". Sus palabras, la manera de transmitirlo en una larga charla esconden un arduo procedimiento en el que todos, en cierta forma, salieron perdiendo.
Es entonces cuando expresa más firmemente todo lo que supuso para él: "Que salga mal parado el equipo al que tienes cariño pues a mí me molestó, ¿sabes? Sí, bueno, estuve metido ahí en algunas cosas y siempre hice todo con todas las ganas e ilusión de querer ayudar al Sporting. También es una cosa con la que me siento tranquilo. Siempre quise hacer lo mejor por ellos. Qué menos por el equipo que me hizo despegar y evolucionar tanto".
No obstante, nunca es plato de buen gusto para nadie tener que sentarte ante un juez, aunque sea en calidad de testigo. Menos en un asunto que trasciende absolutamente de lo que un futbolista o cualquier ciudadano puede controlar: "Sí, algo tuve que hacer. Parecía un poco así de película. De ver películas de juicios estaba un poco entrenado. Al final tienes que hablar delante de un juez. Yo estaba ahí sentado en mi casa hablando. Tienes que hablar súper ordenado... Sin más, son cosas que pasan en la vida, anécdotas...".
El amor de Pedro Díaz por el Sporting: «Estoy más nervioso viendo sus partidos que jugando yo»
Envuelto en una vorágine administrativa y judicial que no esperaba, Pedro Díaz jugaba en Francia, pero tenía un asunto espinoso entre manos en el que poco más podía hacer. Un caos en el que se vio metido sin comerlo ni beberlo, bajo el amparo siempre de su amor por los colores del Sporting. A posteriori, con la hecatombe del Girondins de Burdeos y su descenso administrativo al Campeonato Nacional 2, Pedro Díaz quedó libre y se incorporó al Rayo Vallecano, para dar el gran salto en su carrera deportiva... pero los orígenes no se olvidan.
A día de hoy, el jugador nacido en Siero sigue muy de cerca al Sporting, tanto que no puede contener su pasión: "Estoy más nervioso que jugando yo mismamente en el campo. Me pongo un poco nervioso jugando, pero sí, son épocas, son momentos". Y tampoco es que se lo esté poniendo especialmente fácil el equipo, ahora ya con un poco más de oxígeno con respecto a la zona de descenso, tras semanas de gran sufrimiento: "Lo que tiene el fútbol es que es muy complicado. Y cuando las cosas no van bien, darle la vuelta... Si alguien tuviera el secreto o la explicación, pues todo sería más fácil".
Ni mucho menos cree que esto vaya a perdurar en el tiempo: "Ahora al Sporting le está tocando pasar esa época mala, pero sé que en un futuro no muy lejano volverán a donde tienen que estar". La agitada vida de un futbolista dificulta enormemente cosas tan básicas como reservar dos horas del fin de semana para sentarte a ver a tu propio equipo, más allá, claro, del Rayo Vallecano.
Pedro Díaz lo intenta por todos sus medios: "Siempre me gusta ver, cuando empieza el fin de semana, cuándo juega y reservarme si estoy en casa". Normal que así siempre sea bien recibido cuando vuelve a casa, cosa que intenta cada vez que hay un parón internacional. Desde la grada del estadio se siente todavía más: "A mí, que puedo compararlo, lo que es El Molinón con cualquier otro campo... Sigo pensando que El Molinón es un campazo increíble".
Con total naturalidad, el jugador del Rayo Vallecano no entiende de palcos ni lujos y va a la grada normal, con la gente, aunque pidiendo el favor a futbolistas o el propio delegado: "No me siento más que nadie ni nada, no tengo por qué hacer eso. Sí que es verdad que alguna vez, cuando me vea alguien, otro, otro, pero bueno, son cosas que al final hay que darle naturalidad. Eso es bueno, otra cosa es que me odiasen, entonces igual voy al palco o lo veo desde casa, pero como siento el cariño me gusta intentar devolverlo siempre".
Los ojos que miran al Sporting
Como uno de los grandes talentos que ha nacido en los últimos años en Mareo, Pedro Díaz es voz más que autorizada para analizar cómo es posible que una de las canteras más prolíficas del fútbol español esté encontrando dificultades para sacar a jugadores de élite en los últimos años. Y le encuentra una peculiar respuesta: "Lo que sí puedo ver es que la época que me tocó a mí subir al primer equipo, ya el segundo equipo era un nivelazo increíble. Los pasos que yo doy son pequeños pero seguros. Me costó subir al segundo equipo, estar ahí y adaptarme. Me costó muchísimo subir al primer equipo. Entonces creo que ahora es, no sé por qué, pero más sencillo".
¿Puede resultar hasta contraproducente? Continúa Pedro Díaz: "Subir al primer equipo no, pero entrenar es más fácil. Un día te llaman y entrenas. Y creo que antes se valoraba mucho más eso. A mí me llamaban para entrenar en el primer equipo. Me llegaba un mensaje y hablaba con mis padres. Decía: 'Madre, voy a entrenar en el primer equipo'. Y ya el día ibas allí, súper concentrado, voy a dar el máximo, para ver si tengo nivel... Ahora es un poco menos especial...".
Con cantera o sin ella, el fervor por el Sporting sigue completamente vivo en Gijón y en Asturias, da igual el momento del club, da igual la categoría, da igual sea cual sea la deriva. El equipo lleva sin pisar la Primera División desde la 2016-17, pero los más pequeños viven sus colores como si pelearan por ganar la Champions. No podía ser de otra manera: "La culpa de que los niños tengan ese sentimiento viene de los padres y del sentimiento que hay allí en Gijón. Al final va más allá de los resultados. Hombre, si fuera bien sería más fácil ser del Sporting, creo. Pero bueno, ahí está lo especial, que a pesar de que el Sporting no está donde tiene que estar, ahí están".
Una declaración de amor para un jugador que está donde quiere estar, pero sin olvidar jamás de dónde vino. Algo especial tiene el Sporting... Pedro Díaz, sin embargo, vivió la peor cara de su vínculo con un proceso legal por el que jamás quiso pasar...
[Esta es la tercera parte de la entrevista en Relevo de Pedro Díaz, un jugador diferente. Puedes leer en nuestra web su fuerte vínculo con el Rayo Vallecano y Vallecas y por qué es un bicho raro entre los futbolistas]