ATHLETIC CLUB - FC BARCELONA

Ziganda se rinde ante el que fuera su mejor socio en el Athletic: "Valverde es un entrenador impresionante"

El exfutbolista y exentrenador del equipo vasco repasa su trayectoria en la previa del último partido de LaLiga.

Cuco Ziganda, en una de sus experiencias en el banquillo. /GETTY
Cuco Ziganda, en una de sus experiencias en el banquillo. GETTY
Lu Martin

Lu Martin

En San Mamés, este domingo, se despide a un mito: Óscar de Marcos. Buen momento para hablar con otro mito: el Cuco Ziganda (Larrainzar, Navarra, 1 de octubre de 1966). 291 partidos y 90 goles entre las temporadas 1991-92 y 1997-98 jalonan su carrera, que empezó y acabó en Osasuna. Fino y listo, también fue entrenador de los rojiblancos, primero en el filial y después en el primer equipo. También entrenó a Osasuna Promesas, al primer equipo navarro, al Xerez, Oviedo y Huesca. La afición bilbaína jamás olvidará el gol que le marcó al Newcastle una noche que eliminó a las urracas, entonces líder de la Premier, de la UEFA, en una noche mágica.

Compañero de Ernesto Valverde, ha entrenado a muchos de los jugadores que hoy en día forman la actual plantilla de un equipo que se ha metido en Champions y que, de la mano del Txingurri, ha batido récords y ha hecho historia. Con el Cuco hablamos de eso, de su carrera, de su año en Mánchester viendo fútbol por Inglaterra y, claro: de goles.

¿Por qué fue delantero centro?

Lo fui desde muy joven, porque un entrenador que tuve en Pamplona, yo creo que para la época era como muy avanzado, siempre me decía: "Tú, no sé cómo, pero mete el gol". Probablemente, por eso. Yo tenía 13 ó 14 años y era un tío muy curioso, que venía con sus libros sobre la Naranja Mecánica, de fútbol alemán, era un loco. Pero yo, en verdad, quería jugar en el medio, porque era muy pequeñito, físicamente era un enclenque, era finito, no tenía fuerza. Yo quería jugar, pero de mediocentro, y el entrenador me decía que no, que no, ni hablar, que yo metiera el gol.

¿Eso en Pamplona?

Sí, claro, en el Pamplona. En el CD Pamplona.

En esos tiempos, ¿quién era su ídolo?

Iriguibel, de Osasuna, Y Satrústegui, de la Real. Porque los dos habían salido de aquella cantera, del CD Pamplona.

Aquello era una máquina de generar nueves. ¿Cómo lo explica?

Por la cultura del club, supongo, se cuidaba mucho el fútbol ofensivo. Siempre tuve unos entrenadores que se preocupaban de que jugáramos bien al fútbol, que se fijaban mucho en el futbol holandés, en la Naranja Mecánica, que nos ponían en 4-4-2 con rombo, fomentaban la posesión, procuraban que entendiéramos el juego. Tener esos entrenadores con 14 años, imagínate que suerte. El problema de ese club siempre ha sido de instalaciones. Cuando estaba yo, pues estaban alquilados en el centro de Pamplona y luego de unos años a esta parte ya hicieron unas instalaciones a las afueras, pero es un club muy reconocido a nivel formativo. De ahí me ficha Osasuna.

¿Y le llamaban Cuco?

Sí. ¿Por qué? Por la facilidad para meter goles, porque era ratonero. Y un día hice un gol con la mano llegando al primer palo y bueno, "mira qué Cuco, qué Cuco, el chavalín" y ahí se quedó, tendría 13 años o así.

Siendo tan fino como era, tan poca cosa, ¿le daban muchos palos o era Cuco también por esquivarlas?

Sí, sí, sí, sí. A ver, palos había, también porque antes se permitía más, evidentemente. Ir a jugar contra según qué equipos y fuera de casa, que se permitía más, que no había tantas cámaras, pues evidentemente sí, evidentemente sí. Te zurraban. Y entonces, bueno, había defensas especialistas...

¿Nombres?

No, nombres no, pero ibas a según qué sitios, y pensabas: 'buah, hoy pillo'. Pero, bueno, un poco te adaptas, buscas recursos. Siempre uno trata de... pues trataba de... bueno, de... de ganar la partida de muchas formas. De hacer gol y de llevarles a tu terreno.

A usted le ficha Osasuna para meter goles, claro, y para... ¿sustituir a Michael Robinson?

Bueno, no exactamente. Subo al primer equipo el último año de Michael y le sustituía en algunos partidos.

¿Era el mítico Osasuna de Pedro Mari Zabala?

Bueno, el mítico Osasuna era el de Iriguibel, Enrique Martín, Echevarria... el de Basauri, Lecumberri, Iriarte... El mío es posterior, el de Goiko y tal.

¿Cómo era vivir al lado de Robinson?

Fue un regalo, para un chaval como yo compartir el día a día con un mito como él. Michael venia del Liverpool, de haber ganado la Copa de Europa, y nosotros éramos chavales de casa. Entonces, quieras o no, eso se notaba. Se notaba en su mentalidad, en el carácter que tenía. Tengo una foto chulísima que guardo como un tesoro, saliendo yo al campo. Estuvimos como seis meses juntos, un regalo que me dio la vida. Michael para aquel equipo era mucho. Nosotros teníamos una mentalidad mucho más humilde que la suya. Mucho más. El perfil nuestro era mucho más bajo, casi todos navarros, y los fichajes también del mismo perfil, muchos jóvenes. Éramos todos muy nobles, de entregarse, de matarse. Pero Michael era muy currante también.

Algún San Fermín disfrutaría a su lado...

San Fermín con Robin no, no me suena, pero de fiesta sí, seguro, porque entonces cuando se viajaba volvías al día siguiente y, hombre, algo se salía después de los partidos, o en Pamplona igual. Ahora ya no se puede con el lío de las redes sociales. Imagino que los jugadores saldrán, pero será como más reservado todo, ¿no? Ahora es muy difícil encontrarte en una fiesta con jugadores, una fiesta como la que hicieron los del Athletic después de ganar la Copa en la calle, imposible. Antes era más habitual, salir por las zonas de ambiente de la ciudad y mezclarte con la gente normal.

¿Recuerda todos los goles que ha marcado?

Sí. Bueno, casi todos.

¿Un gol se olvida?

No, un gol no se olvida, es como el primer beso. Yo creo que si me pongo, me acuerdo de casi todos.. Del primero que metí con Osasuna y el primero que metí con el Athletic... los tengo muy presentes.

Hagamos memoria.

El primero que marqué con Osasuna fue mi debut en El Sadar. Debutar, debuto en el campo del Sevilla.

Contra Unzué.

¿Sí? Eso no lo recordaba.

¿Y el primer con el Athletic?

Ese fue mas complicado. Mi primer año en el Athletic fue un año muy duro, con Iñaki Sáez, nos salvamos al final, pero las pasamos canutas. Perdimos los tres primeros partidos y ya con cero puntos, nos fuimos a Las Gaunas, a Logroño.

¡Gol en Las Gaunas!

Sí, y menos mal, porque íbamos con una presión que te puedes imaginar; tres partidos, cero puntos.

¿Cómo fue el gol?

Un pase vertical, raso, que me lo dio Ritxi.

¿Mendiguren, el de Oñate?

Sí, claro.

¿Es el que le ha dado más pases de gol?

No, el que más pases de gol me ha dado en mi vida es Ernesto Valverde, de largo. No sé cuántos, pero igual la mitad de goles que he metido en el Athletic me los ha dado él.

Pues en el Athletic marcó más de cien...

Pues la mitad fueron del Txingu, de Ernesto. Espectacular jugador, no sé qué valdría ficharlo ahora. Llegamos juntos, creo, en la 91-92, ¿no? Él se lesiona al principio ¿puede ser?

Sí, se le cae el portero entrenando y se rompe la tibia.

Sí, pero el segundo año llega Jupp (Heynckes) y fue mucho mejor, nos disparamos. Estuvimos a punto de ser segundos. Jugábamos 4-4-2 en rombo con Julen Guerrero en la mediapunta y arriba estábamos él, Mendi, yo. Estaban Genar, Laka, Alkorta, Andrinua, Patxi Salinas, Julen, Garitano. Buena gente y buenos jugadores.

¿A Ernesto le llamabais el raro?

Bueno, es que en esos tiempos... Y tampoco era un tío muy normal, bueno, a ver, dentro de este mundo por las amistades que tenía, aficionado a la fotografía... hablaba de otras cosas, tenía intereses fuera del fútbol particulares. De fútbol también hablaba, pero le dabas un sentido más allá a lo que significa ser futbolista, a lo que es la profesión. También te digo que de entrenador no le veíamos, cuando estaba jugando no le veíamos, ni yo ni nadie, sentado en un banquillo. Y ya ves ahora, para mí, un número 1, sin dudar. Bueno, está Pep, claro, pero lo que ha hecho en el Athletic, en Grecia, en el Barça, que parece que no se le valore... En serio, lo que ha hecho, lo que ha hecho en el Athletic es espectacular. Es un entrenador impresionante. Mira los números, mira cómo compite... Ganar la Copa, meternos en Champions, jugar con la personalidad que juega. Es enorme.

Ya, pero tiene jugadorazos.

Lo que tú quieras, buenos jugadores sí, nivel de plantilla sí, pero es que la ha usado a toda y a todos los ha mejorado. Lu, que es el Athletic, que hemos acabado cuartos, que están en Champions, semifinalistas de la Europa League, eliminados por el United...

Un equipo nefasto.

Sí, pero un equipo que tiene un rango en Europa, una camiseta, un grande y eso se nota. Déjate, lo del Txingu... pero, bueno, ¿lo que hizo en el Barça? Era un equipo con la flechita para abajo, ganó dos Ligas, una Copa, le echaron siendo líder... y le echaron porque no es mediático, porque va de otro palo, no busca apoyo en los medios, va a su bola... Y construye equipos como este equipo. Yo estoy muy orgulloso de que sea el entrenador del Athletic, un tío tan normal que no hace bromas, que se toma el fútbol en serio, que no sigue el juego a nadie, que no se inmiscuye en polémicas que siempre hay en todos los clubes de fútbol, de un lado o de otro. Ernesto no se mete en historias.

¿A muchos de estos jugadores los tuvo usted en el filial?

Hombre, estuve cinco años, dan para mucho, pero tuve a varios. La primera quinta que pillo es la de Bustinza, Núñez, Eraso, Aketxe, todos esos. Y después me llega una quinta que era muy buena, la quinta del 95, que eran buenísimos: estaba Remiro, Yeray, Vesga. También tuve a Unai Núñez, a Córdoba, a Guruzeta. A Williams, a Sancet, a Agirrezabala, a Paredes.

En el Athletic le fue mejor como delantero que como entrenador...

Pues sí, para qué negarlo. Pero tuve momentos buenos también. Como en Osasuna. Lo de ser entrenador es complicado. La verdad es que se vive mejor como jugador que como entrenador. Pero tengo ganas de volver a coger un equipo.

¿Y de volver a Mánchester?

También, fue un año fantástico. Me lo pasé genial. Tuve la suerte de mamar la esencia del fútbol. Aproveché que una hija fue a estudiar a Inglaterra y me fui con mi mujer. Por las mañana iba a clase de inglés y por las tardes a ver fútbol. Un día a la semana bajaba a Leeds a ver entrenamientos de Bielsa, que se portó fantástico conmigo. Iba a menudo a ver sus partidos.

¿Estuvo con Guardiola?

Sí, y con Txiki, se portaron muy bien conmigo en el City, me dejaron acceder al día a día siempre que pudieron. Pero también fui a campos muy pequeños de Segunda y Tercera... fue una experiencia genial. Descubrí la esencia del fútbol de verdad. Iba mucho al campo del Oldham. Y también a Old Trafford porque conocí a un socio del United y solía ir con él.

Vaya, parece que lo pasó bien en Mánchester.

Muy bien. ¿Sabes qué echo mucho de menos? El restaurante de Juan Mata, la hospitalidad de José Manuel, el tipo que lo llevaba, muy futbolero. Aquello no era un restaurante, ¡era una farmacia de guardia! Ya que estamos y antes hemos hablado de San Fermín, te voy a contar una. No creo que Pep se enfade porque es una tontería. Cuando me junté con Guardiola en Mánchester, se acordaba él de haber estado juntos en San Fermín, de que habíamos estado juntos una noche.

Creo que fue la peor noche de su vida, no volvió jamás a unos San Fermín.

Me dijo que le habíamos hecho sufrir más en San Fermín que en el campo. Estuvimos por San Francisco, y lo tuvo que pasar muy mal si no volvió nunca y 25 años después aún se acordaba y me lo dijo. Yo creo que Txiki se lo pasaba mejor.

Volviendo a eso del gol. ¿El gol de su vida es el que marcó la noche del 1 de noviembre de 1994 al Newcastle en la UEFA?

Ese es el gol. Es el gol. Es que el ambiente fue extraordinario, te lo recuerda todo el mundo, todavía me siguen contando historias. Es que fue muy especial. ¿Estabas?

Ya lo creo, la noche antes Edurne López de Juanabad nos enseñó a decir Mogitu burua... bueno, esa es otra historia. Jugasteis de azul...

Fue una noche increíble, por cómo fue la eliminatoria, por el momento del club, porque hacía muchos años que el Athletic no jugaba en Europa, por cómo había sido la ida, que de perder 3-0 a los 20 minutos acabamos 3-2 contra el que era el líder de la Premier. Allí también marqué.

¿Puede ser la primera invasión de campo que la UEFA no sanciona?

Sí, sí, sí, sí, pero fue una confraternización tremenda. Sí, hoy en día no se ve. Las aficiones compartieron bufandas, camisetas, cervezas...

¿Qué partido espera hoy?

Espero una tarde emotiva, por la despedida a Óscar de Marcos. Y espero un Athletic como hemos estado viendo todo el año: compitiendo contra el campeón.

¿Con quién se iría de viaje mañana?

De viaje, joder, va a ser un clásico, con mi mujer. A Mánchester con mi mujer, ya sabes tú por qué además. ¿Por qué a Mánchester? Porque los ocho meses que pasé allí ha sido de las mejores experiencias de mi vida. Volviendo a lo anterior, podría irme con mi mujer, pero podría irme con amigos, como he estado en el Mundial de Rusia y queremos repetir la experiencia en el Mundial de Estados Unidos, queremos repetir la experiencia y también me podría ir de viaje. O podría irme también con mi grupeto de bici, también tranquilamente. O sea, cualquiera de las tres opciones, empezando por la mujer, a Mánchester, al Mundial con amigos y con el grupeto en bici.