BARCELONA 2 -3 VILLARREAL 3

El Villarreal aprovecha la dulce resaca del Barça para clasificarse para la Champions

Los groguets competirán en Europa después de ganar por segunda temporada consecutiva en Montjuïc.

Ayoze marcó el primer gol del partido. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

Tiene jugadas que ya son marca de la casa, como el golpeo con el exterior o una diagonal que invita a repasar los libros de historia. Pero lo más valioso que ha conseguido Lamine Yamal es que obliga a todo culer y futbolero a sentarse a ver sus partidos. Con tramos evidentes donde el Barça sintió la resaca de los últimos días, el catalán no renunció a seguir pasándoselo bien. Ni siquiera la victoria del Villarreal aguó el estado de ánimo culer. Los groguets han conseguido ganar en sus dos visitas a Montjuïc. Se han ganado matemáticamente regresar a la Champions League.

En la ida, el Barcelona ganó 1-5 y al Villarreal le anularon tres goles por fuera de juego. Fue un resultado tan engañoso como premonitorio. En el inicio del partido de vuelta, Pepe ganó la espalda a la defensa blaugrana en el minuto tres, tras un gran pase de Comesaña, y Ayoze culminó la jugada. Fue un síntoma de comprensible destensión, en un escenario propicio para un equipo de Marcelino. El 0-1 no empaño al ambiente, festivo, y tampoco a un Lamine Yamal que dejó su primera fotografía tirando un bonito caño a Yeremy. El Barça despertó del susto.

Las jugadas con 'copyright' de Lamine

El Villarreal sitió el área de Luiz Junior y puso a prueba la lucidez y la dulce resaca del Barça. El portero groguet negó buenos remates a Fermín, Lewandowski y Eric Garcia. Sin alcanzar todavía el ritmo habitual, activó a la media hora la cadena de producción. Y como los marcadores muchas veces dependen el talento, Lamine pidió su turno. Nunca ha sacado brillo a su diestra, pero ha hecho del centro con el exterior un gesto marca de la casa. Es tan suyo que lo usa hasta para engañar al defensor.

En una doble finta y diagonal messiánica, lanzó una rosca al palo largo, como ante el Real Madrid, para empatar el duelo. 17 años y tantas jugadas con copyright, siempre encaprichado del balón. En su constante insistencia por jugar 'su' partido, inalterable a lo que suceda a su alrededor, volvió a levantar al Lluís Companys a las puertas del descanso. Se fue, dentro del área, entre Cardona y Yeremy -porque dos ayudas ya no son suficientes- y Luiz Junior rompió otra bonita postal para el de Rocafonda. Tocó en la primera parte 58 balones, muy cerca de su media en partidos enteros de Liga (64).

El Barcelona empezó jugando el último partido en Montjuïc con un once titular y tres retoques. El rendimiento de Gerard Martín, Eric y Fermín explica que la plantilla se haya ensanchado y los blaugrana hayan podido pelear por todo hasta el final de la temporada. El mediapunta, que ha hecho méritos suficientes como para ser titular, marcó a las puertas del descanso. Es este Barça un equipo de remontadas. Un equipo con rostro pueril que, a veces, se queda dormido y llega tarde a la escuela. Pero despierta cuando le pinchan. Es entonces cuando se convierte en esa bestia imparable, en una fiesta infinita, en uno de los Barça más divertidos que se recuerdan.

La segunda parte empezó como la primera. Yeremy filtró un buen pase y Comesaña, con sangre fría, picó el balón sobre Ter Stegen. El Villarreal volvía a aplicar hielo, el ambiente se congeló y el fútbol blaugrana bajó revoluciones. Con el paso de los minutos, el Barça encerró de nuevo al Villarreal, pero los groguets siguieron con la misma pauta. Un centro raso que paseó por todo el área lo acabó rematando Buchanan. Ter Stegen acabó el encuentro sin hacer ninguna parada. Después de dar minutos a Pau Víctor o Héctor Fort, Flick dio entrada a Dani Olmo, que coincidió por Fermín, para evitar la derrota. Baena tuvo el cuarto. Ya no tuvo el Barça margen para volver a subir de marcha, exhausto de piernas. Poco importó para el Lluís Companys, que acabó coreando 'campeones, campeones'.