FÚTBOL

David Villa: "Me di cuenta de que aquel Atleti olía a campeón a los dos meses de llegar"

El exfutbolista desgrana su carrera y su lado más personal en su entrevista a Relevo.

Villa, durante su presentación con el Atlético de Madrid. /AFP
Villa, durante su presentación con el Atlético de Madrid. AFP
Lorena González

Lorena González

David Villa (Tuilla, Asturias, 03/12/81) se preparó con tiempo para su nueva vida como exfutbolista. Inculcar en sus academias que el trabajo es el camino hacia el éxito era su obsesión. El asturiano habla en Relevo de esa transición, repasa sus orígenes, su paso por varios clubes españoles como Valencia, Atlético y Barça, entre otros, y cómo no, su experiencia en la Selección española más brillante de nuestra historia. Nada ha sido casualidad en la vida del Guaje. Y con la perspectiva del tiempo todo se ve mucho mejor. Así es David Villa, lo que muchos no conocían, lo explica con la serenidad de la experiencia.

- ¿Te siguen llamando Guaje. ¿Te gusta?

Sí, me encanta por el significado que tiene, sobre todo porque me recuerda a la historia de mi familia. Además de significar 'niño' en asturiano, lo cual me hace sentir joven, también se le llama así al ayudante del minero. Mi padre era minero, yo me decidí por el fútbol, pero mis arraigos pertenecían a la minería.

- ¿Qué recuerdos tienes de aquello?

Yo siempre decía que quería ser minero como mi padre, hasta que hubo un accidente en Tuilla. Nos enteramos de madrugada de que se había incendiado la mina, y aunque mi padre ya había salido, murió mucha gente. Fue la primera vez que vi a mi padre llorar, él que era el más fuerte, el que más corría… Así que le dije que no quería ser minero.

- ¿Qué te inculcaron esos orígenes?

Se lo digo a los chicos de la academia: da igual el talento que tengas, lo más importante es dar el 100% en todo y saber que la vida es complicada. La única manera de conseguir el éxito es darlo siempre todo. Mis padres me lo decían siempre y vi en mis carnes la dificultad de su trabajo en la minería.

- Tuviste una lesión grave en el fémur siendo un niño… Imaginamos que eso también te enseñó. ¿Los niños de ahora están menos curtidos?

Son épocas diferentes y todo va a mejor con más tecnología, las condiciones de los campos, tienen más información… Para algunas cosas no han mejorado. La primera vez que yo jugué en un césped artificial fue con 17 años, hacerlo en barro me curtía, sí. ¿Eso quiere decir que aprendí más? No. Ahora hay una pelota de cuero fantástica, no hace daño cuando rematas de cabeza… Es totalmente diferente y hay que aprovecharlo, pero sabiendo que, tanto antes como ahora, sigue siendo igual de complicado.

- ¿Puede ser que ahora tengan más herramientas pero que se hayan perdido valores que tenía tu generación?

Yo tenía ídolos de los que no sabía cuánto ganaban, qué coche tenían o quién era su mujer. Ahora hay demasiada información… Mi ídolo lo era por lo que le veía hacer con la pelota en los pies. Ahora no hay esa inocencia, e idolatran por otras cosas. Al final, por muchas nuevas condiciones que se les dé para conseguir ser futbolista, no te queda otra que trabajar como si te fuera la vida en ello, y aun así, hay mucha gente que se queda por el camino. Yo tenía a mucha gente a mi alrededor que me ayudó, pero creo que me lo he currado mucho desde que era un niño.

- ¿A quién idolatrabas?

A todos los delanteros, crecí viendo a Romario, a Ronaldo… Y me gustaba mucho Van Nistelrooy. Quería copiar la actitud que tenía Luis Enrique siempre en el campo, le veía cómo peleaba, siempre daba el 100%, y he intentado hacer lo mismo.

David Villa, en su etapa en el Sporting de Gijón.
David Villa, en su etapa en el Sporting de Gijón.

- ¿En qué andas metido ahora?

Estoy muy feliz, me retiré cuando tenía ganas y me ayudó mi entorno. Con Víctor Oñate, mi socio, cuando veía que me quedaban dos o tres años para colgar las botas, empezamos a planificar el futuro. Antes él se ocupaba del 99% de nuestra empresa DV7, pero ahora le ayudo con todo. Tenía la ilusión de crear academias de fútbol. Soy un privilegiado porque durante todo mi camino me ha ayudado mucha gente. Mis padres me dieron unas condiciones muy buenas, sin ellos no lo hubiera conseguido. Queremos ser esa ayuda para los chicos de las academias. Iniciamos la escuela DV7 Academy en Puerto Rico, luego en Nueva York y República Dominicana, ampliamos a San Diego, Tokio y ahora en Madrid. Tenemos casi 5.000 chicos y chicas con nosotros.

- Y acabáis de haceros con el CF Benidorm.

Al final está todo unido. En nuestra agencia llevábamos tiempo planteándonos tener un club en España. La mayoría de nuestros colaboradores son de Valencia, surgió el Benidorm y no dudamos. Vimos la posibilidad de hacer cosas grandes. Las administraciones, ayuntamiento, etc., tienen ganas de crecer mucho. Ya estaba bien gestionado por otros propietarios que siguen con nosotros, nos hemos unido a ellos. No tenemos una varita mágica, sino la humildad y el objetivo de seguir trabajando desde la base, mejorar la estructura del club y potenciar al primer equipo. Se ha unido a nosotros también el Piojo López como consejero del club.

- Te preparaste para la retirada, ¿notaste así menos vacío así en el día después?

Estoy muy contento, te lo digo de corazón. Todo el tiempo que le he quitado a mi familia puedo devolvérselo multiplicado por mil, ahora estoy en todos los cumpleaños de mis hijos, los llevo al cole todos los días, me implico en las extraescolares, nos vamos de vacaciones… Yo sabía que no podía estar tirado en un sofá, siempre he buscado otras motivaciones.

- Los toreros dicen que cuando se es padre, torean de una forma diferente. ¿Os pasa a los futbolistas?

Por supuesto, nosotros fuimos papás con 23 años, empiezas a ser menos valiente en algunas cosas, a preocuparte por más, eres más cauto… Siendo muy joven te conviertes en más viejo en estilo de vida.

- ¿Tienes algunas frases que te hayan acompañado a lo largo de todos estos años?

Tengo un montón de mi padre, y en lo futbolístico siempre recuerdo cuando Luis Aragonés nos decía: "Cuanto más trabajas, más suerte tendrás". Eso intento transmitirlo a mis hijos y a los chicos y chicas de la academia.

- De tu generación, ¿con quién podías compartir charlas más profundas?

Siempre me ha gustado vivir el vestuario, no era un funcionario que llegaba al puesto de trabajo, me cambiaba y me iba. Lo vivía como una familia: los viajes, el autobús, las cenas, las esperas… Tenía a Pepe Reina en la habitación contigua y podíamos hablar de todo, no sólo de fútbol, sino de nuestras familias, que se conocían. Veraneábamos juntos.

- En tu Selección, tal vez la clave era que existía una comunión entre todos, incluida entre los estatutos deportivos y la sociedad misma. ¿Puede ser?

Soy más práctico con esto, nosotros tuvimos momentos difíciles. El tema es que ganar es muy, muy complicado. Y cuando no ganas, todo parece un problema. A veces no se gana porque el rival ha sido mejor que tú y ya está. Hay que hacerles ver a la gente que es muy difícil repetir lo que nuestra Selección consiguió. Ahora llegan más jóvenes, fíjate que yo debuté con España con 23 años. Tenemos que confiar en ellos. Cuando perdimos contra Suiza en el Mundial que ganamos, convivimos con las críticas. Ginobili decía el otro día de Jordan había sido el mejor, que había ganado seis anillos en 17 temporadas. Es decir, había perdido más que ganado. Si sólo piensas que lo que vale es ganar, te vas a estar dando cabezazos contra la pared toda la vida.

Villa celebra su gol a Portugal en el Mundial 2010.  AFP
Villa celebra su gol a Portugal en el Mundial 2010. AFP

- ¿A qué delanteros españoles te gusta ver con la Selección?

Tengo debilidad especial por Morata, porque ha vivido momentos complicados y siempre ha dado la cara. Cuando se pone la camiseta de la Selección, te identificas con él porque está orgulloso, se le ve por cómo trabaja, cómo se entrena… Siempre hay talento en España: tenemos a Joselu, Aspas, Borja Iglesias, Abel Ruiz…

- ¿Las críticas afectaban al grupo?

Cuando estás jugando, y más siendo tan joven, en ese momento vas tirando e intentando aislarte… Cuando perdimos contra Irlanda del Norte, por ejemplo, parecía todo un desastre. Y no fuimos conscientes, tampoco, hasta que llegamos a España habiendo ganado el Mundial y ver cómo estaba la gente. Intento transmitir que el fútbol es muy complicado porque te examinas cada tres días. Quiero que piensen que nada es definitivo, que cambia cada día. Que un día eres el salvador de tu equipo y al otro, fallas el penalti.

- ¿Cuál fue el partido donde más presión sentiste?

Contra Chile. Por las sensaciones de los compañeros, los silencios… Éramos conscientes de que era nuestra oportunidad y nuestro momento. Si no ganábamos, nos íbamos para casa, y después de esa victoria empezamos a liberarnos y a poder disfrutar del Mundial.

- ¿No te quedó la espina de no haber jugado en la Premier?

Estoy contento con las decisiones que he tomado. Tuve la posibilidad, y cuando veo partidos de la Premier, digo: 'Yo podía haber jugado ahí'. Pero entonces no hubiese jugado en el Barça o el Atlético de Madrid.

- ¿Quién insistió más?

Tenía muchas ofertas, la verdad. Pero tenía muy claro que quería seguir en España. Le dije al Valencia que, si me tenía que ir, que fuese por una necesidad. Tenía además una cláusula de 150 millones, yo siempre quería ir de la mano con el Valencia, que era quien había apostado por mí. El Chelsea fue el que más interés puso con mi agente, yo nunca hablé con ellos.

Villa saluda a Mestalla en su homenaje.
Villa saluda a Mestalla en su homenaje.

- ¿Qué pasó en 2008 con el Real Madrid?

Hubo oferta, aunque yo fui claro. El Valencia era el que tenía que aceptar la oferta y no hubo acuerdo entre ellos. Yo tenía mis valores y sabía quién me había ayudado a ser grande.

- ¿Aquel Atleti tuyo olía a campeón?

Yo me di cuenta a los dos meses. Llegué a un equipo donde, en un principio, en la hoja de ruta era muy complicado pelearle la Liga a Madrid o Barça, o eliminar al Chelsea en Europa, como hicimos. Pero nos dimos cuenta de que podíamos hacer algo grande. Se veía por la forma de competir, el nivel de los jugadores, por cómo sacábamos los partidos adelante. No sufríamos en defensa, teníamos mucho peligro cada vez que atacábamos, íbamos tirando y dijimos ¡cuidado! Todo el mundo comentaba: "Han empezado muy bien, pero ya se caerá". Y no nos caímos. Ya no sólo en la Liga, sino en la Champions. Cuando quedaban dos meses y vimos lo que hacíamos en el campo, pensamos que podíamos ganarlo todo. Aunque íbamos partido a partido, Simeone no nos decía que necesitábamos 15 puntos para ser campeones, sino en ganar partido a partido.

- Entonces no fue un lema de puertas para afuera…

No pensábamos más allá del siguiente partido y creo que es lo que siguen haciendo.

Villa celebra un gol con el Atlético.  REUTERS
Villa celebra un gol con el Atlético. REUTERS

- ¿Es el Barça el equipo donde resulta más fácil jugar al fútbol?

Sí, hay una etapa que disfruté y que repetiría 80 veces, menos cuando me rompí la pierna. En el primer año era una pasada la confianza que teníamos, no me costó pasar de delantero a extremo, principalmente porque mi labor defensiva era muy poca. Dominabas casi siempre el partido, no es lo mismo lugar de extremo con el 70% de la posesión, que estás siempre atacando. Y yo, al fin y al cabo, era un delantero y no se me hizo difícil cambiar la posición.

- ¿Uno juega más tranquilo con Leo Messi al lado?

Por supuesto, es una bendición. A nivel de equipo éramos conscientes de que muchas veces se atascaban partidos, y los resolvía él. Estaba yendo la cosa mal, pero sabías que al final Leo se podía sacar algo de la chistera. Marqué cerca de 50 goles en tres años, y casi todos salían de sus botas, iniciando él la jugada o con algún pase suyo.

- Cuando os enfrentabais al Real Madrid, ¿teníais la sensación de que iban a ser beneficiados por los árbitros?

Te lo digo de verdad, yo he sido jugador de futbol y tenía que estar pendiente de eso. No me paraba a pensar si nos perjudicaban o beneficiaban. Yo nunca he tenido esa sensación, ni en el Barça ni en ningún club. Los árbitros se equivocaban, como yo cuando fallaba algún gol. Es un colectivo muy difícil, ahora no sé si el VAR les ayuda, pero para mí era complicadísimo recibir un balón rápido y decidir en milésimas de segundo qué hacer. Lo mismo para ellos. Siempre he pensado que querían hacerlo lo mejor posible, aunque todos fallamos, y entre todos deberíamos ayudarles.

Villa celebra un gol con Messi.  REUTERS
Villa celebra un gol con Messi. REUTERS

- ¿Sabes que mi sobrino de seis años se pone tus goles y sabe perfectamente quién eres? ¿Por qué crees que es posible si no te vio jugar?

Ja ja ja. Yo idolatraba a Quini y sé de la importancia que tuvo, aunque no era fácil ver sus partidos. Mi hijo de diez años sabe quién fue Pelé, Maradona, Cruyff… Épocas que ni yo vi. La tecnología ayuda, y sus padres tienen una edad que han vivido nuestros logros y le ponen vídeos del Mundial de 2010. Todo eso te hace pensar que merece la pena el trabajo realizado y me hace ilusión.

- ¿Qué goles les pondrías si pidieran ver tus favoritos?

Con el Barça en la final de la Champions 2011, por el contexto, el escenario, la dificultad, y porque me hacía ilusión meter goles de cabeza, pensaba que no se me daba bien. Además, fue último gol que recibió Van der Sar como profesional. Con la Selección les pondría el gol a Chile, por lo que significaba, y el que le metí a Portugal en aquel Mundial. Es mi fotografía favorita, cuando celebro de rodillas.