Fichajes que provocaron heridas y rupturas entre clubes: "Es como que tu vecino te clave un puñal en la espalda y se vaya con la sonrisa puesta"
Al hilo del culebrón Nico, Relevo repasa algunos de los fichajes que provocaron fracturas institucionales y generaron rencor entre las aficiones.
Este sábado, el Estadio de Montjuic será el escenario de un partido muy esperado. Históricamente, un duelo entre el Barcelona y el Athletic siempre es especial por la entidad de ambas instituciones, pero el de hoy lo será más si cabe por todo lo que se ha vivido este verano con la figura de Nico Williams como protagonista. La manera en la que se ha gestionado desde la Ciudad Condal el caso del extremo no ha gustado nada en Ibaigane y mucho menos en el seno de una afición, que le tiene muchas ganas al ahora equipo dirigido por Hansi Flick. Tampoco en Barcelona han gustado algunas actitudes provenientes desde Bilbao. De hecho, la decisión de Nico generó desencanto, sorpresa y malestar en varios directivos del Barcelona. Así las cosas, se ha generado un ambiente raro que convierten el duelo de hoy en algo más que un partido.
Y eso que, finalmente, Nico Williams decidió quedarse en Bilbao y desoír los cantos de sirena que le llegaban desde Barcelona. Si el navarro hubiera decidido lo contrario, se habría terminado por producir una especie de guerra civil que, seguramente, hubiera hecho saltar por los aires, de primeras, las relaciones entre ambas instituciones, cuando, no hace mucho la entente era mucho más que cordial. La historia del fútbol, de hecho, está repleta de fichajes que provocaron rupturas de relaciones entre clubes y que se generara un ambiente hostil cada vez que los dos equipos se veían las caras. Algo así sucedió, por ejemplo, en el verano de 1995 entre el Athletic Club y la Real Sociedad a raíz del fichaje de Joseba Etxeberria.
Aquel traspaso causó un terremoto en la capital guipuzcoana. 'Etxebe' tenía 17 años y acababa de proclamarse Bota de Oro del Mundial Sub-20 de Catar con siete goles. Aquella temporada también supuso su debut con la Real Sociedad en Primera División, disputando 7 partidos y marcando dos tantos. Zubieta tenía a la perla del momento, pero ésta decidió marcharse al eterno rival y esa marcha escoció sobremanera. "Se lo recordaron durante los años que volvió a Anoeta", recuerda Alberto López, exguardameta de la Real Sociedad y que vivió de primera mano lo se puso la marcha de Joseba Etxeberria. "Fue una tragedia. A nivel de medios también se trató así. Es como que tu vecino te clave un puñal en la espalda y se vaya con la sonrisa puesta", significa Alberto que, metiéndose en la piel del aficionado de a pie, entiende el odio que generó la figura del elgoibartarra. "La gente nunca se lo perdonó y se lo recordaron cada derbi que jugó", rememora.
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— Joseba Etxeberria (@17Etxeberria) July 7, 2020
"No fue nada agradable", sostiene el exportero del conjunto blanquiazul, al que no le sorprendió ese movimiento de la entidad de Ibaigane. "No fue una sorpresa porque el Athletic, en aquella época, siempre estaba pendiente de nuestros movimientos. Antes que Joseba ya habían salido Loren, Andoni Imaz, Bittor Alkiza… Era algo natural por el mercado que tenía antes el Athletic", explica Alberto, para quien la salida de Joseba Etxeberria fue, además, un golpe deportivamente hablando. "Nos quedamos sin Meho y sin Joseba y esa temporada sufrimos. No teníamos un gran goleador. Nos habían dejado mucho dinero en las arcas por los dos, pero luego había que acertar y no fue todo lo bueno. El equipo se quedó muy dañado", remarca.
"Fue una tragedia. A nivel de medios también se trató así. La gente no se lo perdonó nunca y se lo recordaron cada vez que venía a jugar a Anoeta. Se le estuvo pitando durante 12 años"
Exportero de la Real SociedadAntes de que acabara esa temporada, la 1994/95, el Barcelona ya había fichado a Meho Kodro y Joseba Etxeberria era el llamado a sustituirle. "Tenía 17 años por aquel entonces y el final de temporada que hizo con el primer equipo fue buenísimo. Todos vimos que era un crack", sostiene, pero la Real Sociedad, por su manera de proceder en aquel momento, seguía considerándolo un jugador del filial, lo que aprovechó el Athletic para pagar su cláusula de 550 millones de las antiguas pesetas. "Pagar 3,5 millones de euros por un chico que ha jugado cuatro partidos en Primera y tiene 17 años, el negocio no era malo para la Real. El problema es que era un fenómeno", lamenta Alberto, que entiende la decisión de Etxebe: "La Real no lo estaba valorando como el crack que era. El Athletic, en cambio, le estaba diciendo que era un jugador de presente y de futuro en lo que era su organización y fue a por ello. Hay que reconocer que acertó", sentencia.
No olvida Alberto que "durante mucho tiempo generó una enemistad entre clubes. La Real empezó a hacer cláusulas anti Athletic, poniendo cláusulas privativas a jugadores que eran futuribles".
Mijatovic, el origen de la relación volcánica entre el Madrid y el Valencia
Otro de los fichajes en la historia de la LaLiga que supuso un terremoto de dimensiones considerables entre dos instituciones y sus respectivas aficiones fue el de Pedja Mijatovic por el Real Madrid. En febrero de 1996, la entidad merengue ató a uno de esos jugadores que marcaron un antes y un después en la historia del club como lo fue el montenegrino. A espaldas del conjunto ché, empezaron las negociaciones entre el equipo blanco y el futbolista, que terminarían sellando su acuerdo el 13 de marzo de 1996 para pagar la cláusula de rescisión, 1.486 millones de pesetas, en el mes de junio. Un movimiento que hizo saltar por los aires las relaciones entre dos clubes que por entonces eran casi hermanos a nivel institucional.
"Nosotros no nos dimos cuenta hasta casi el final, porque aunque se comentó el tema y salió a la luz publica, él fue a la agrupación de peñas y, lógicamente, de manera absolutamente comprensible, a la pregunta de si se iba a ir al Real Madrid, él dijo que no. Es por eso por lo que se le ha criticado tanto y que se le volvió en contra", recuerda Fernando Gómez Colomer, leyenda del valencianismo y compañero de Mijatovic en el aquel Valencia que miraba de tú a tú a los grandes. Pese a todo lo que se montó en torno a la figura del ya exfutbolista, Fernando entiende la decisión de Pedja. "Hay que entender que él dijera que no, jugando lo que nos estábamos jugando, él hizo lo que tenía que hacer". Pero no solo esto. Aparte de eso, en su opinión, "también es comprensible que un jugador montenegrino, que viene a España a jugar, que está en el Valencia y que está muy bien, peleando por puestos altos de la tabla, decida irse cuando te quiere fichar el Madrid. No se trataba de un jugador local, como se trató de otros o del mismo Iñaki Williams. Era diferente. Pagaron la cláusula y se marchó", rememora.
Explica Fernando que "durante esos últimos partidos, no nos pudimos ni siquiera fijar en esa situación, no lo vivimos como algo importante, muy centrados en los últimos partidos del campeonato, porque estuvimos peleando la Liga hasta la última jornada", significa. La marcha de Mijatovic, como ocurrió con la de Etxeberria con la Real, debilitó el potencial del equipo ché: "Había hecho 28 goles. Tenía una calidad extraordinaria, era uno de esos jugadores que siempre dices: 'Si puedo pasarle la pelota a él, se la voy a dar'. Ofensivamente te ofrecía muchas cosas, en apoyo, al espacio, goleador, asistente, desequilibrio, golpeo... A pesar de que no era muy alto, era un delantero muy completo. A nosotros nos dio la vida esa temporada. Fue increíble. Fue una pena su pérdida porque perdíamos a un jugador vital. Es el jugador más calidad con el que has jugado".
"No hacía falta que se diese el episodio de Mijatovic para que esa rivalidad existiera. Independientemente del caso Mijatovic, la rivalidad existía. Luego ya, con su fichaje, continuó de la misma manera, incluso aumentó"
Excapitán del ValenciaEl vestuario del Valencia se dio cuenta de que la rivalidad entre ambos equipos fue en aumento. "Una rivalidad que ya existía y que era grande", quiere dejar claro Fernando. "Era permanente. Ha sido así a lo largo de todos los años. Siempre que he jugado en casa contra el Real Madrid o contra el Barcelona, el ánimo del público era diferente y la tensión y la atmósfera han sido un poquito más motivante. No hacía falta que se diese el episodio de Mijatovic para que esa rivalidad existiera, en aquella época estábamos, no cerca de ellos, pero ocupábamos puestos en la tabla altos. Y de vez en cuando les ganábamos. Independientemente del caso Mijatovic, la rivalidad existía. Luego ya, con el caso Mijatovic, continuó de la misma manera, incluso aumentó", confirma el exfutbolista. "La gente se enfadó con el futbolista. ya sabes cómo son las aficiones, que si dijiste que no y ahora te vas, pero hay que entender la situación. Él no podía decir otra cosa en la agrupación de peñas y viene el Madrid y paga tu cláusula, lo normal es que el jugador, si no es valenciano, se marchase", sentencia.
'Rivaldazo': el Barça pagó la cláusula el último día mercado
Sin duda alguna, uno de los episodios no deportivos que más daño hizo al deportivismo fue el fichaje de Rivaldo por el Barcelona. Los 4.000 millones de pesetas más IVA que el club azulgrana pagó sirvieron para aliviar el dolor por su marcha, pero no para curar el ataque al orgullo blanquiazul que supuso ver cómo su estrella se marchaba a última hora y sin avisar. Rivaldo pasó en cuestión de horas de ídolo a villano.
"No era para darse abrazos con el Barça después de aquello. No me gustó la forma cómo se produjo, quedamos fuera de juego y no teníamos tiempo para reconstruir el equipo. Teníamos dinero, pero no teníamos tiempo". Son palabras de César Augusto Lendoiro en una entrevista a Mundo Deportivo recordando lo acontecido el 15 de agosto de 1997, último día de un mercado en el que el Barça le dejó compuesto y sin novio al Dépor tras hacer efectiva la cláusula de rescisión de Rivaldo. "Acabamos un Teresa Herrera y nos enteramos justo al finalizar. Se nos fue un futbolista muy importante para nosotros. Cayó como una bomba", recuerda para Relevo uno de los integrantes de aquel Dépor como lo fue Nando. "En A Coruña molestó mucho ese movimiento, aunque, echando mano de la Ley, el Barcelona actuó conforme a la legalidad. Ojalá hubiera sido una cláusula mucho más alta y nos hubiéramos podido quedar con un futbolista que era muy importante", reconoce el valenciano.
Aquella operación fue un ejemplo de cómo los grandes pueden deshacer un equipo en cuestión de horas. El Deportivo presumía de tener el rombo mágico del Palmeiras (Flavio, Djalminha, Rivaldo y Luizao); por la noche, levantaba el Teresa Herrera y se preparaba para lo que iba a ser una dura temporada de lucha por la permanencia como se demostró con posterioridad. En opinión de Nando, "Rivaldo era vida para nosotros. Yo había firmado en el 92 y fue cuando el Dépor comenzaba a ser un equipo importante. La presencia de Bebeto y Mauro Silva hizo que Rivaldo, en menos tiempo de lo previsto, se pudiera hacer a lo que era la ciudad y nuestro equipo y rendir lo que rindió", analiza el que fuera jugador del Dépor durante seis temporadas.
"Acabamos un Teresa Herrera y nos enteramos justo al finalizar. Se nos fue un futbolista muy importante para nosotros. Cayó como una bomba y las relaciones entre instituciones, durante un tiempo, no fueron las correctas"
Exfutbolista del DéporEntiende que la jugarreta del Barça "hizo daño" y que "aunque vinieron muchos jugadores, la afición no se olvidó de esa afrenta". Es más, es consciente de que "a la directiva sí que les molestó. De hecho, durante un tiempo entre instituciones no fueron las correctas". Eso sí, es de los que piensa que "igual los culpables fueron los que llevaban el Deportivo porque tenían que haber sido más listos e inteligentes y haberle puesto una cláusula más alta", reclama.