Ayoze vuelve a tiempo para poner al submarino rumbo a la Champions
El delantero canario regresó de lesión y marcó el gol de la victoria ante un Valladolid que no se aleja del descenso.
El Nuevo José Zorrilla viviría el duelo de los contrastes. Infierno contra cielo. La esperanza de empezar el camino a la salvación, ante la creencia de poder volver a Champions. Para Pezzolano, desde la grada, el día de mostrar que la rebeldía decanta la balanza contra los grandes. Y para Marcelino, que alcanzará la cifra de 150 partidos con el Villarreal en la máxima categoría del fútbol español y aspira a alcanzar a Manuel Pellegrini (que cuenta con 190 en el casillero), el momento clave para cambiar el chip y llamar a la puerta de los peces gordos. Con el aliciente de tener a uno de sus máximos espadas: Ayoze Pérez.
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Sería el equipo local el querer dar el paso adelante nada más sonar el silbato. Compromiso, valentía, e incluso rebeldía. En solo dos minutos, Diego Conde tenía que blocar un balón en el área. Todo, en una jugada donde, pese al poco revuelo generado en el césped, se vio como el centro de Raúl Moro golpeaba en el brazo de Albiol. Ni los pucelanos, ni el colegiado, ni tampoco el VAR decidieron ir más allá. Salvado por la campana, El Villarreal se vería más incómodo con el paso de los minutos. Con Barry algo perdido, y con Comesaña sobrepasado en defensa. Porque, en otro centro lateral, Raúl Moro le ganaría la partida para rematar a placer. Sin embargo, ahí estaría Conde para saltar con solidez.
El Valladolid, con el paso de los minutos, ganaría volumen. Firme en cada duelo, rápido en cuanto a circulación, y comprometido en defensa. Amallah, indetectable, filtraría un pase al espacio para darle otra ocasión clara a Raúl Moro. Sin embargo, en cuanto pestañeó, vería que Diego Conde ya estaba encima del balón. Un 1 vs 1 donde el guardameta volvió a demostrar por qué es el titularísimo de Marcelino. Una acción que tendría consecuencias, porque el submarino enseño al Valladolid que lo que vale es la efectividad. Y en un centro de Femenía perfecto, llegaría con todo Barry al primer palo para mandarla a gol. Jarro de agua fría en Pucela.
La parálisis que provocó el gol pudo sale más cara. Porque, al instante, Mario Martín pagaría su poca experiencia con una pérdida grave en salida de balón. Llegaría la contra de Pepé, que pecaría de egoísmo al tener al lado a Barry, y se toparía con un paradón de Hein. La realización mostraría a Pezzolano, en su palco privado, dando instrucciones por pinganillo de forma aireada. Y ese cabreo, al instante, se volcó en el campo. Pero el Villarreal, dentro de sus fortalezas, reúne la paciencia necesaria para gestionar este tipo de resultados a favor. Y la posesión de los pucelanos, totalmente tenue, pasaría a dos paradas de Hein al remate de Barry. Tocaba irse al vestuario, casi dando gracias de ir solo 0-1.
La segunda parte empezaría con un Villarreal ejerciendo de líder. Y con otro ritmo, mostrando que el control y la ofensividad pueden fusionarse. En solo dos minutos, Baena llamaría a la puerta del gol estrellándose con el poste. Otro tiro más desde fuera del área donde la joya demostró que en ese pie hay un guante. Pero, por si alguno seguía dudando, se inventaría un pase digno de Kevin De Bruyne para que Barry volviera a estar solo en el área. Sin embargo, el atacante pecó otra vez de poca paciencia, estrellándola contra la grada. La crisis de los pucelanos legaba a su momento más difícil.
Pero el fútbol, cuando mejor te ves, puede mostrarte que las cosas cambian en un pestañeo. En un balón al espacio para Sylla, donde ejecuta un gran gesto técnico para entrar al área, acabaría con una entrada clara de Logan Costa. Sin dudas, un error grave que el propio '7' haría pagar en el marcador. Despertaría el estadio, con un equipo que volvía a esa rebeldía. Y también, Marcelino: llegaba la hora de Ayoze Pérez, acompañado de Pape Gueye. El ariete canario volvería de lesión con uno de los escenarios donde demuestra ser líder. Y en su primer balón, ya tuvo opción de rematar ante Hein un centro de Cardona.
Los cambios sentaron muy bien a un Villarreal que se instalaría en área rival. Todo, gracias a un Ilias que daría un paso adelante. Desde la faceta de encarador y asistente, dando en bandeja medio gol que desperdició Gueye. Y también, desde fuera del área con un obús que tuvo que salvar Hein con una palomita. El Valladolid veía que llegaba una tormenta. Y no había forma de achicar agua. Bueno, si la había. Karl Hein. Con otros tres paradones, con dos postes de por medio. Pero, aun así, el héroe no podría cumplir el objetivo.
Porque, cuando el escenario se pone difícil, balones a Baena. Quedaban solo seis minutos. Pero Álex siempre está. Y con otro centro con música, llegaría Ayoze en plancha para dejar claro por qué es tan importante para Marcelino. Porque siempre que se atasca el partido, el canario es el Joker de la baraja. Y aunque una lesión le haya frenado, ya queda claro que su nivel sigue intacto. El Villarreal saca tres puntos para confirmar que el sueño de Champions no es, ni mucho menos, una quimera.
-FICHA TÉCNICA:
VALLADOLID: Hein, Luis Pérez, Javi Sánchez, David Torres, Lucas Rosa, Comert (Sánchez, min 88), Mario Martín (Meseguer, min 71), Raúl Moro, Anuar (Kenedy, min 88), Amallah (Pérez, min 79) y Sylla (Latasa, min 71)
VILLARREAL: Diego Conde, Femenía, Albiol, Logan Costa, Cardona, Parejo, Comesaña (Gueye, min 70), Ilias (Yeremy, min 82), Baena (BErnat, min 90), Pepé (Terrats, min 90) y Barry (Ayoze, min 70)
TARJETAS: Parejo (45+1), Comesaña (min 48), Sylla (min 48), Javi Sánchez (min 55), Cömert (min 61), Torres (min 69'), Logan Costa (min 59')
GOLES: Barry (min 29), Sylla (min 60), Ayoze (min 84)