El Valencia que viene: Las bases que ha asentado Baraja contra los precedentes de Lim
El Pipo ha sentado las bases este año de un buen Valencia, pero dados los precedentes con Lim es normal que exista temor a que se repita la historia.

Un año más se acaba la temporada en el Valencia CF y un año más, la afición che no tiene un plato europeo que llevarse a la boca. La temporada del conjunto de Mestalla merece tanto reconocimiento en clave 'equipo', como críticas en clave 'Peter Lim'. Los primeros han rendido por encima de cualquier expectativa, incluso de las que les puso el propio club cuando les marcó la permanencia como meta. El segundo ha mantenido un año más su política de no inversión que lleva a los del Turia a seguir planteándose la misma pregunta de siempre ¿Para qué hace falta un dueño multimillonario si no invierte sus millones?
Pero Rubén Baraja ya ni pide a Lim que invierta. Simplemente ruega por activa y por pasiva que le mantengan el bloque del equipo para la próxima temporada "esto es un punto y seguido", "la clave es mantener el grupo", "cuantos más estemos el año que viene, más fácil será"... Ha dicho en repetidas ocasiones. Baraja habla para Singapur como lo hace hacia la directiva de Valencia, con el crédito que le da haber sacado el máximo rendimiento a su plantilla. Hasta este año, Baraja era más leyenda como exjugador que otra cosa, y como tal se le escuchaba. Este curso se ha ganado la vitola de entrenador del equipo con todas las de la ley.
También pide el entrenador "afinar" en los posibles fichajes, de la misma forma que se afinó con Pepelu a inicios del mercado de verano pasado. No es nada llamativo que el mejor fichaje del equipo che haya sido por el que más dinero Lim ha autorizado pagar, lo que sigue siendo una incógnita es el por qué se pagaron 5M por Cenk, un jugador que tal y como se firmó ya se le buscaba una salida. Más allá de esos nombres, Rubén pide a su directiva lo que cualquier técnico pide: que antes de cerrar a nadie haya consenso con él, que se mantenga la coherencia en la plantilla: si no se puede fichar talento, que al menos lo que se fiche sean jugadores que encajen con el sistema del técnico y su idea de juego.
Así se hizo con Yaremchuk (por quien Pipo optó antes que Alcácer al considerar que le encajaba mejor), así se hizo con Peter Federico (a quien el técnico ya daba el ok en agosto) y así se ha hecho con Dimitrievski. De todos esos nombres, Baraja estaba avisado y aunque tanto él como cualquiera preferiría jugadores de un perfil superior acordes a la historia del club, dentro de las alternativas económicas que planteaba la entidad (entre ellas, la del ucraniano a última hora un 31 de agosto), esas son las que más le convencieron.
Si despejáramos de la ecuación a Lim, probablemente la afición che estaría relativamente ilusionada: una leyenda al frente del banquillo, metiendo a su equipo en la lucha por Europa tras varios años sin hacerlo, con jóvenes prometedores con los que se puede crecer... Sin embargo, la sensación entre el populacho valencianista es de desgaste tras el año vivido ¿Por qué? Por los precedentes de Lim.
El temor que existe en la capital del Turia es que al máximo accionista le dé por hacer como hizo con Soler y Guedes en 2022, cuando los vendió a última hora del mes de agosto. Todos, desde el entrenador hasta directivos, entenderían una venta de Mamardashvili por 40 millones o de otro jugador por cantidades altas, no así que se desmantelara el equipo y se rompiera lo que parece que está empezando a construir Baraja. Dicho de otra forma, que si se vende al georgiano, no se venda a Mosquera o a Pepelu, salvo que llegaran ofertas multimillonarias que rompieran la baraja.
De poco sirve que hasta la fecha ya se haya cerrado a Stole Dimitrievski, se tengan porteros en la recámara por si sale Mamardashvili y se haya trasladado formalmente al Newcastle que por 25M no lo venderán. Los precedentes son demasiado impactantes como para no temer que la historia se repita por enésima vez. Baraja dio una rueda de prensa en la que verbalizaba todo lo escrito, sus deseos e inquietudes para el mercado de fichajes. Esa rueda de prensa habrá que releerla el próximo 1 de septiembre. Solo entonces se podrá saber si Lim ha vuelto a las andadas o por si por primera vez en años ha roto las negativas expectativas puestas en él. Lo que no va a tener nunca es el beneficio de la duda.