Triplete de Kike García para meter en un lío inédito al Betis de Pellegrini
El delantero destroza al equipo verdiblanco y otorga la primera victoria a Coudet. La grada del Villamarín estalla contra el palco.
El estreno de Eduardo Coudet con el Alavés fue a lo grande. De la mano de Kike García, autor de un triplete, el equipo babazorro destrozó al Betis y mete en un lío inédito a Manuel Pellegrini. Eso sí, la grada del Benito Villamarín no cargó contra el entrenador y sí contra el palco y los jugadores. "¿Dónde está el dinero?" o "Esta camiseta no la merecéis" fueron los cánticos de una afición que estalló contra su equipo tras una semana negra, en la que perdió ante el colista Valladolid, hizo el ridículo ante el Barcelona en la Copa del Rey y volvió a caer con estrépito ante el Alavés.
Fue el peor Betis de la temporada. Lejana queda aquella victoria contra el Atlético de Madrid en el mejor partido del año, pero tampoco fue la imagen que ofreció el equipo ante Celta, Barcelona o Rayo, aunque no ganase alguno de esos tres partidos. En un ambiente enrarecido desde el inicio, los de Manuel Pellegrini exhibieron ese mal momento que atraviesa el equipo. Por si fuera poco, Kike García, el delantero del equipo rival cuando entre los béticos se pide el fichaje de un punto, sacó toda su inspiración para anotar un triplete y sentenciar el partido.
Heliópolis lo vio venir y ya se respiraba un clima de animadversión desde los prolegómenos. La mala dinámica de resultados, con una sola victoria en los ocho encuentros anteriores, y la ausencia de fichajes pese a las salidas de jugadores como Rodri, Assane Diao o Rui Silva, caldearon el ambiente. Cánticos contra el consejo y el presidente, emulando a los que hubo en su día contra Lopera, y pitos al equipo en su salida al césped. Y hasta Vítor Roque, que pudo cambiar la dinámica, desperdició una clara ocasión que acabó en nada ante su tardanza en ejecutar.
Fue casi lo único del Betis en la peor puesta en escena de la temporada. El Alavés, que comenzó en descenso tras los resultados de la jornada, sí le puso temple al partido. Ya dispuso Guridi de una ocasión en el 8', pero su flojo disparo no puso en apuros a Adrián. Pero el Betis estaba empeñado en complicarse la vida, con Bartra como protagonista. El central perdió una carrera al espacio ante Kike García y acabó derribando al delantero, que transformaría él mismo. E incluso pudo ser peor para los verdiblancos en otra acción entre defensa y punta, que finalmente Hernández Hernández, tras consultar el VAR, dejó en nada.
De ese suspiro para el Betis llegaría casi de inmediato el gol del empate. Un balón suelto en la frontal tras un saque de esquina cayó en los pies de Jesús Rodríguez, cuyo disparo tras rozar en un defensa cabó entrando en la portería de Owono tras tocar en el poste. Pero ni el gol espabiló al cuadro verdiblanco, espeso en su fútbol y sin capacidad para gobernar el duelo. Ni Isco, tan brillante en otras ocasiones, era capaz de darle sentido al juego bético.
Todo se complicaría más tras el intermedio con la expulsión de Perraud. El lateral derribó a Carlos Vicente como último hombre, aunque en una posición escorada, y el árbitro canario no dudó en enseñarle la roja. Quedaba casi toda la segunda parte por delante, pero Pellegrini ya empezó a mover el banquillo dando entrada a Altimira por Abde para buscar la contención. Todo pudo cambiar en el 74', cuando Isco aprovechó un mal pase para plantarse ante Owono, pero no era el día del Betis y el malagueño erró ante el meta.
Ahí se acabó el Betis, que recibió la puntilla en el 80'. Carlos Vicente, un puñal por la banda derecha para enseñar las carencias béticas en la banda izquierda, metió otro balón en el área, que acabó en gol cuando cayó en los pies de Kike García. Tras el 1-2, el Villamarín estalló, pero todavía no había acabado el partido. Otra acción de Carlos Vicente sirvió para ponerle un balón medido a la cabeza de Kike, que remató a la perfección para cerrar su fantástico partido. Triplete y los tres primeros puntos para Coudet, que se abrazaba con los suyos en la banda. El Alavés respira y mira con optimismo el futuro, todo lo contrario de un Betis, que se ha metido en un lío inesperado y nunca visto con Pellegrini a los mandos.