RAYO VALLECANO 0 - ESPANYOL 4

Los sobrecogedores cuatro minutos con los que Vallecas abronca a los que se van para recordar qué es el Rayo: "No veremos al Liverpool, pero vimos al Móstoles"

El fondo del estadio alzó la voz para condenar a quien se marcha con 0-4 en el marcador: "Que no vuelvan".

El Espanyol celebra uno de los goles ante el Rayo./EP
El Espanyol celebra uno de los goles ante el Rayo. EP
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Corre el minuto 85 cuando medio estadio deja a un lado el frío y un resultado nefasto para ponerse a cantar como si no hubiese mañana. Aquellos que estamos acostumbrados a Vallecas entendemos la naturaleza de lo ocurrido, aunque más de uno podría quedarse perplejo. El Rayo Vallecano, en lo que posiblemente fue su peor partido de toda la temporada, perdía 0-4 ante un Espanyol pletórico. Todo lo que podía salir mal estaba saliendo mal. Un desastre. Pero ahí estaba la gente animando, al compás, saltando, haciendo retumbar los cimientos del maltrecho estadio. Cómo es posible.

No están todos los que son ni tampoco son todos los que están. En los minutos finales, con el resultado adverso y las malas sensaciones, un importante número de personas comenzó a abandonar el campo. Ocurre en todos los estadios, aunque no en todos se vive de la misma manera. Es un comportamiento que saca de quicio al fondo, donde se encuentran peñas, la Plataforma ADRV, Bukaneros y otros seguidores y abonados sin afiliación alguna. Como ya han cantado en más de una ocasión: "Aquí se viene a animar al Rayo, no a ver ganar al Rayo". Por ello y aunque entraron doce minutos tarde como protesta por jugar los viernes, nadie abandonó su butaca hasta bastante después del pitido final.

Todo lo contrario. Ahí se quedaron esperando a los jugadores para brindarle un mensaje de apoyo y, de paso, juzgar el comportamiento de todos aquellos que bajan los brazos y se marchan de su asiento antes del pitido final, como si solo importara si el equipo saca los tres puntos. "Ha habido cosas desagradables en el estadio. Lo primero los silbidos a los jugadores del Rayo Vallecano, que aun perdiendo el partido se dejan la puta vida en el césped. A toda esa gente que os ha silbado y que se ha ido antes de acabar el partido, les mandamos un saludo desde aquí. Que no vuelvan nunca más", comienza desde el fondo el portador del megáfono.

En ese momento, todavía mucha gente presente en el estadio rompe a aplaudir, defendiendo a sus jugadores por encima de todo. "Hoy no ha salido, no pasa nada, sois la hostia", continúa antes de otra sonora ovación de todos los presentes. "Vamos a seguir luchando, pase lo que pase, porque no nos olvidamos de lo que somos, no nos olvidamos de dónde venimos", continúa.

Porque el Rayo no deja de ser eso, un club humilde, un equipo de barrio que las ha visto de todos los colores y que ahora lucha por salir a flote. Habrá años mejores y peores, Europa o descenso, pero sin perder la identidad: "Habrá quien diga que aplaudir a los jugadores tras perder 0-4 es falta de ambición. Todos los que estáis aquí tenéis un abono con el posiblemente no veremos aquí jugar al Liverpool, al Manchester ni al Bayern de Múnich, pero aquí hemos visto al Móstoles, al Matalascañas, a equipos muy humildes... Y hemos disfrutado como nunca".

Un momento de extrema emoción que volvió a ser acompañado de miles de aplausos. "Lo que sí sabemos es que esta gente de aquí abajo nos está haciendo soñar", cierra. Cuatro minutos mágicos que demuestran que ni siquiera perdiendo 0-4 el Rayo deja de ser lo que es.