Simeone no quiere que le escuchen: se quita de en medio la cámara y los micrófonos en la pausa de hidratación
En estos meses de verano, cuando hay pausa de hidratación, los partidos tienen un aliciente más para el aficionado que lo ve por televisión: las charlas de los técnicos. LaLiga establece dar algunos bonus a los equipos que más colaboran en hacer más completas las retransmisiones. Se ve en las imágenes de vestuario, también en estos corrillos con los jugadores en los que los técnicos dan indicaciones.
A los entrenadores no les encanta el sistema, porque entienden que esas charlas tienen algo de privado, de secreto incluso, pero la mayoría aceptan las pértigas y las cámaras sin mayor drama. En Villarreal, a Diego Pablo Simeone la cosa no le gustó en absoluto. Cuando vio que los operarios de televisión se acercaban al corrillo miró a cámara con cara de pocos amigos. Señaló a donde grababa el aparato y pidió a sus jugadores que se juntasen.
Como es lógico, cuando el grupo se apiñó la opción de ver o escuchar lo que en ese momento se decía se difuminó. El aficionado que quisiese saber cuáles eran las recetas del técnico más longevo de LaLiga se quedó con las ganas, porque en La Cerámica no tocaba esta vez. No se notó ningún comentario explícito de Simeone echando al camarógrafo, pero tampoco se necesitan palabras cuando los gestos son elocuentes.
Así lo entendieron también desde la cabina de retransmisión. En el principio de la secuencia Morientes, comentarista, preguntaba a Jose Sanchis, locutor, si había pértiga (el micrófono). La periodista Isabel Forner, inalámbrico, contestaron raudos. "Sí, sí, va al banquillo del Atlético de Madrid. "Está llegando ya al banquillo visitante, qué ganas de escuchar los ajustes del Cholo de cara al final de esta primera mitad", añadía Sanchis.
Pocos segundos después, al ver que la cosa no fraguaba, Sanchis rectificaba: "Pues me parece a mí que no vamos a escuchar nada, de hecho veíamos a Diego Pablo Simeone en un segundo término y haciendo indicaciones a miembros del staff y tal vez incluso del departamento de comunicación, no lo sé, reclamando que la pértiga se apartase porque no quiere que se difunda el contenido de la charla que está teniendo con sus jugadores".
Morientes añadía el motivo: "Es verdad que es muy enriquecedor para el espectador, para nosotros que estamos analizando el partido, pero muchas veces el entrenador lo que quiere es dar alguna consigna que no salga más allá de ese grupo reducido de jugadores, que no pueda llegar a los oídos del que está arriba en la pecera, que es el entrenador contrario". Hay que tener en cuenta que Marcelino, sancionado, no estaba en su banquillo.
Y, finalmente, el locutor daba un último comentario para terminar de aclarar la cuestión. "Por cierto, recordemos, por dejarlo todo bien abrochado, que la implementación de esos micrófonos en las pausas de hidratación y demás son cuestiones que están contempladas en el reglamento audiovisual de la liga, pero que no tienen un carácter 100% vinculante, los propios clubes, los entrenadores pueden decidir de qué acciones toman parte y de cuáles no. En esta oportunidad Simeone ha entendido que lo mejor para los intereses deportivos es que no se difunda esa charla y está en su pleno derecho de rechazar la presencia de ese micrófono de ambiente"
Es verdad que los aficionados tienen poco tiempo para entender a sus técnicos en estos momentos, pues llegará el otoño y con él se marcharán también las pausas de hidratación. Los técnicos podrán hablar de nuevo sin ambages, sin tener en cuenta que una cámara y un micrófono está registrando sus movimientos. Algunos, como Simeone, ya se lo quitan antes de que eso pase, aunque sea a costa de una pequeña merma en los ingresos del Atlético. No es ni mucho menos el único, el Real Madrid, en permanente batalla contra LaLiga, no permite de ningún modo que la pértiga del micrófono se acerque a su banquillo en esos momentos.
Los aficionados echarán de menos algo que realmente aporta a la señal televisiva. Son varios los momentos que fueron significativos para poder aprender mejor lo que se cuece en un banquillo profesional. No hay que irse muy lejos, de hecho, pues en esta misma jornada se ha podido ver a Míchel en el Girona dar una charla técnica sobria pero interesante, en la que llamaba la atención tanto lo que les iba contando a sus jugadores, que en ese momento iban por abajo en el marcador, como el tono que utiliza el madrileño para explicar a los futbolistas los errores que están cometiendo.