El estado del césped y los palcos VIP certifican que es imposible que el Camp Nou esté para enero
Las obras avanzan a buen ritmo fuera del estadio, pero dentro el ritmo es un poco más lento. Las previsiones más pesimistas apuntan a regresar después del verano.
Noviembre era el mes en que idealmente el Barcelona pensó inaugurar el Spofity Camp Nou. Sin embargo, como en todas las obras, los tiempos se han ido dilatando. El club pasó de hablar del mes de noviembre a hacerlo de finales de año y, recientemente, de la segunda vuelta. En una "previsión pesimista" hecha por Lluís Moya, director del Espai Barça, se pone como fecha el mes de marzo. Pero también podría ser más tarde por distintos variables que pueden ir surgiendo y como ya publicamos en Relevo, por eso el club ha solicitado la prórroga de Montjuïc hasta final de temporada... Y empezar los primeros partidos de LaLiga próxima lejos de casa.
Existen un par de factores que actúan como termómetro del estado de las obras. El primero es el del césped. En el club calculan que, una vez se comience la instalación, al cabo de dos meses ya se podrían disputar partidos. El otro es el estado de los palcos VIP. Estaba previsto iniciar a montarlos este mes de noviembre y todavía no se ha podido poner ni un asiento.
En ambos casos, lo que afecta es el estado de lo que será el terreno de juego. Está lleno de maquinaria y materiales. Se están poniendo tuberías en la zona lateral y los asientos del segundo anillo, que poco a poco van dando color. En parte del primer anillo serán acolchados y todavía no hay rastro. Por otro lado, hay tramos en los que la zona del extinto Mini Estadi, que se usa de vertedero, se llena tanto que dificulta la ruta de los camiones que llevan hormigón.
Donde se avanza a buen ritmo es fuera del estadio, allí se trabaja para 'elevar' el suelo. La altura se mide por niveles y ahora está sobre el 50. Debería llegar al 80, que alcanzará la misma cota que el nivel de la calle. Podría estar listo, según las previsiones que se manejan, para febrero o marzo. En esta zona, con el estadio acabado, se encontrará uno de los puntales del proyecto, el boulevard.
La sensación es que en el exterior la obra avanza a buen ritmo, pero que dentro del estadio no hay la misma agilidad. Las previsiones de los más pesimistas señalan la fecha del retorno más allá del verano. Cuando no se juegue debería empezar a montarse la cubierta, primero con el cableado. En todo caso, el Barça podría jugar en el Lluís Companys hasta el mes de mayo porque ya lo ha pedido como medida de precaución.