La roja a Muriqi enfurece a Son Moix, enfrenta a Arrasate y Bryan Gil y 'obsesiona' a Copete con el VAR
El técnico del Mallorca recriminó al del Girona su actitud. Minutos después, Copete insistió una y otra vez haciendo el gesto del monitor.
La primera mitad del Mallorca-Girona estuvo manchada por una polémica algo artificial provocada por la expulsión de Vedat Muriqi. El delantero kosovar clavó los tacos a Bryan Gil tras una acción bastante extraña en la que pareció querer proteger el balón y tener la mala fortuna de colocar su pierna sobre la posición del atacante visitante. Una roja clara por juego brusco grave que no vio Hernández Maeso en directo, pero sí tras ser avisado desde la sala del VAR.
La acción hubiera tenido el mismo recorrido, independientemente de la actitud que hubiera adoptado Bryan Gil, pero este quiso dejar claro al colegiado qué es lo que había ocurrido. La maraña de futbolistas impidió a Hernández Maeso ser consciente de lo sucedido y el jugador entonces, desde el suelo, se levantó la media y apartó las espinilleras para hacerle ver cómo su pierna tenía claramente las marcas de los tacos que le había clavado su adversario.
Cuando el VAR avisó a Hernández Maeso, Muriqi no se lo podía creer e hizo un gesto de resignación consciente de lo que estaba por venir. Quizás era otra manera de comunicar su desaprobación con que en este fútbol de hoy en día algo así se pueda sancionar. Tras una breve revisión, no había lugar a dudas: expulsión. El punta, que había asistido a Larin en el primer gol de los suyos, se marchó resignado y Morlanes vio amarilla por protestar.
Tras sacar la tarjeta roja a Muriqi, Jagoba Arrasate abroncó considerablemente de Bryan Gil, del que considera que exageró su gesto para que el '7' viera el camino a los vestuarios. Independientemente de esto, la acción era claramente merecedora de cartulina roja por su brusquedad, más allá de que existiera voluntariedad o no. Desde entonces, el extremo del Girona fue abucheado de forma masiva cada vez que recibía el balón.
El caso es que un partido que estaba siendo tranquilo se convirtió en un caldo de líos. Morlanes vio amarilla por protestar y, cuando parecían calmadas las aguas, una acción fortuita de Van de Beek con Copete volvió a hacer saltar todo por los aires. El centrocampista del Girona disparó con la mala fortuna de que la inercia de la acción provocó que sus tacos se dirigieran al tobillo del defensor, impactando violentamente contra él.
El jugador, en la misma línea que Bryan Gil, se echó al suelo con dolor y trató de hacer ver a Hernández Maeso que había recibido una brusca patada. No obstante ni el colegiado lo vio ni desde el VAR, dirigido en esta ocasión por Figueroa Vázquez, consideraron suficiente lo ocurrido como para sancionar. En este caso, era fruto de una especie de rebote, lo que creyeron como un argumento de peso para dejarlo estar.
Algo que no agradó en absoluto a Copete, que insistió una y otra vez en realizar el gesto de la pantalla para pedir que el árbitro acudiera a verlo al monitor. Además de gesticular en exceso, como no dando crédito a que Van de Beek no fuera a ser sancionado con cartulina roja. Un comportamiento que se tradujo en amarilla, como la que vio Omar Mascarell por una acalorada discusión con un adversario. Ya al descanso, Son Moix despidió con una pitada abrumadora al colegiado tras una roja que, cuando la vean en una pantalla, comprenderán que era la decisión más apropiada.