FÚTBOL

Las primeras semanas de David Silva como exfutbolista: "¿Pero de verdad no vas a volver?"

Dobles sesiones de recuperación, un palco en el Reale Arena y la decisión familiar de quedarse a vivir en San Sebastián.

David Silva anunció su retirada del fútbol en el mes de julio./@David21lva
David Silva anunció su retirada del fútbol en el mes de julio. @David21lva
Álvaro de Grado

Álvaro de Grado

Su decisión de retirarse del fútbol la anunció la noche del jueves 27 de julio, pero la supo unos días antes, cuando recibió el diagnóstico: el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda puso fin de forma prematura a la carrera de David Silva, de 37 años, que tenía planeada al menos una temporada más compitiendo con la Real Sociedad por los estadios de la Champions League, el nivel al que siempre perteneció. La última temporada la había acabado lesionado -así lo reconoció Jokin Aperribay, presidente de la Real-, renqueante y forzando en cada partido de los últimos meses para lograr la clasificación a la máxima competición europea. Lo consiguieron.

Los días que pasaron entre que lo supo y lo comunicó sirvieron para reordenar su vida y también para negociar su salida del club. Renunció al 100% de su salario del año que tenía firmado con los donostiarras, pero puso una condición sobre la mesa: mantener su palco en el Reale Arena para poder ver los partidos en el estadio.

El club aceptó.

Desde entonces, casi tres meses después de su retirada, la vida de Silva sigue transcurriendo en San Sebastián. En cada partido de la Real Sociedad como local, ahí está Silva con su mujer y sus hijos: Mateo, de cinco años; Adriana, de uno. El futbolista canario ha mantenido su residencia en el País Vasco: una decisión familiar. Y también para aliviar su despedida del fútbol profesional.

David Silva tenía contrato hasta 2024. @RealSociedad
David Silva tenía contrato hasta 2024. @RealSociedad

Si Silva siguiera en activo, su vuelta estaría fechada para el mes de marzo, en plenas eliminatorias de la Champions League, si es que la Real Sociedad alcanzase esas rondas: "Pero David, ¿de verdad no vas a volver?". La pregunta se la hacen en Zubieta, todavía nostálgicos, tomando un café o llevando a sus hijos al colegio.

Las manos que recuperan su rodilla

Cada día desde hace muchos años, a su lado sigue Eduardo Álvarez, su fisioterapeuta de confianza. Por las mañanas desayunan juntos y hacen la recuperación en una clínica de la ciudad. Después, por la tarde, una segunda sesión que en ocasiones se realiza en la ciudad deportiva de Zubieta: "Uno de los momentos más complicados para un futbolista es pasar de 100 a 0. En este caso, con una lesión tan larga, lo encaramos como un periodo de transición: no eres futbolista pero hacemos una vida similar. A nivel mental es parecido. Te levantas, llevas a los niños al colegio y luego tienes un trabajo y un objetivo: recuperarte. No eres futbolista de élite pero la recuperación la estamos haciendo como uno de élite, o más. Tenemos tiempo, tenemos recursos y David va a necesitar esa rodilla para los próximos 50 años", explica para Relevo.

A pesar de que los donostiarras ofrecieron sus instalaciones para que Silva continuase estando presente en el día a día del equipo, el internacional español prefirió alejarse un poco. Su objetivo ahora es diferente al del resto de sus compañeros. "Mago, mago", le llamaban de puertas para dentro, donde sucedía algo excepcional: en el vestuario se veía el lado compañero... pero también se miraba a Silva como un ídolo. Más de un jugador de la Real Sociedad le preguntaba por el fútbol y por la vida. Por cómo afrontar la presión antes de un partido. O preguntas típicas como un aficionado más: ¿cómo es ganar un Mundial o jugar en el Manchester City?

Hay varios ejemplos muy representativos. Mikel Oyarzabal, con seis o siete años, iba al campo del Eibar a ver a Silva (cedido por el Valencia). Si se le pregunta al canterano Pablo Marín por quién es su referente, la respuesta es Silva. Otro de los más jóvenes, Momo Cho, no había nacido cuando el canario logró su debut.

David Silva junto a Edu Álvarez, en el vestuario.
David Silva junto a Edu Álvarez, en el vestuario.

La Real Sociedad no ha necesitado muchos cambios en la taquilla del vestuario con el número 21 de Silva, ya que su hueco ha sido ocupado por uno de los nuevos fichajes: André Silva. Mismo apellido... y mismo dorsal. Todo se ha mantenido igual, hasta el punto de que no se ha detenido ni la fabricación de sus camisetas.

Lo que no son iguales son los días del campeón de un Mundial, dos Eurocopas, cuatro Premier League y dos Copas del Rey, entre otros títulos. Su gran pasión fuera del fútbol, el vino, forma parte de su rutina semanal: Silva tiene desde hace años su propia bodega en las Islas Canarias (Bodega Tamerán), con distintas variedades autóctonas. También disfruta de la comida, y pocos sitios mejores que San Sebastián para dar rienda suelta a ese placer. Pero con su recuperación en el horizonte: "Está en el mismo peso que cuando jugaba. Exactamente el mismo. Tiene menos masa muscular, eso seguro, pero el peso es el mismo", dicen sus más allegados.