BARCELONA

El primer acto del 'presidente' Piqué

El central saldó cuentas pendientes en su último partido como futbolista.

Piqué, en el banquillo de El Sadar./GETTY
Piqué, en el banquillo de El Sadar. GETTY
Albert Rogé

Albert Rogé

Gerard Piqué tenía muy claro cuál era su papel en su último partido como futbolista profesional. El central, que se despidió del Camp Nou con todos los honores, viajó a Pamplona más con la idea de ayudar al equipo desde fuera que no haciéndolo en el césped. Y lo demostró con creces.

Xavi alineaba a Christensen y Marcos Alonso como pareja en el eje de la defensa. Piqué, al banquillo. Y eso porque viajó, que también se había especulado que quizá no entraba en la convocatoria. Pero Piqué no se lo quería perder. Aún tenía alguna cuenta pendiente y el escenario se puso perfecto para sacarlo a la palestra.

Con 1-0 y Lewandowski expulsado, el Barcelona se marchaba a los vestuarios. Todos los jugadores menos uno. Gerard Piqué, que entraba al terreno de juego en busca de Gil Manzano. El colegiado, que lo veía llegar, se preparaba para el duelo dialéctico que se venía a continuación. "¿Has visto qué córner nos has pitado? Eres el árbitro que más nos has jodido con diferencia", le soltaba el central nada más llegar.

Vestuarios calientes

La conversación entre los dos siguió de camino a los vestuarios y ahí, según el acta, Piqué le espetó "es una puta vergüenza, me cago en tu puta madre". El azulgrana ya sabía que estaba expulsado. Le daba igual. Se la tenía guardada al colegiado, que, con la de Piqué, ha expulsado a diez jugadores del Barça en los 33 partidos que les ha arbitrado. Entre ellos, Leo Messi, Luis Suárez y Neymar.

Piqué, en el momento de saltar al césped, era consciente que terminaría expulsado. Él priorizó su cometido. Escenificar que al Barcelona no se le puede seguir faltando al respeto sin que nadie alce la voz. Como si de un presidente se tratara, Piqué actuó de portavoz. Como tantas y tantas veces ha hecho en su carrera deportiva.

Piqué no se ha ido y ya está pensando en su regreso. No se le escapa un detalle, actuando ya como si fuera un presidenciable. Primero, con su decisión de retirarse en un momento atípico, luego con su discurso a la afición y este martes por la noche demostrando que a su Barcelona se le respetará. Si alguien piensa que Piqué desaparecerá del entorno del Barça, está muy equivocado. Su carrera hacia la presidencia del Fútbol Club Barcelona no ha hecho más que empezar.

Cercano con la afición

Como si nada hubiese pasado dentro de El Sadar, Piqué atendió a los aficionados azulgranas que aguardaban la salida del autobús azulgrana. El central, que quiere mostrar una cara más cercana en su nueva etapa, se mostró muy amable con los más pequeños, accediendo a fotografías y firmando todo lo que le entregaban.

Piqué es puro sentimiento barcelonista. Para bien y para mal. Con su decisión, ha recuperado parte del cariño de unos aficionados que se habían mostrado descontentos con su rendimiento. Agua pasada. Todo solucionado y con la mirada en el futuro, donde Piqué y Barça siempre irán de la mano.