OSASUNA 1 - BARCELONA 2

Este Barça sabe catar el liderato

La remontada, con un hombre menos, era el triunfo que necesitaba el equipo, el más pasional desde que llegó Xavi.

El Barça celebra el gol de Raphinha. /GETTY
El Barça celebra el gol de Raphinha. GETTY
Jordi Cardero

Jordi Cardero

Es la victoria que necesitaba el Barça de Xavi. Tres puntos de orgullo, de escudo. Con todo en contra. No hubo tregua en El Sadar, como tampoco la hubo en Vallecas. Parecía que el aviso del Rayo no había servido, que irse líderes al Mundial no era suficientemente goloso. Un Barça atraído por saltar al vacío se aferró a la fe, eligió volvió a creer. No hay paz para quienes piensan en Catar.

Lewandowski abandonó tras la segunda amarilla, en el minuto 31 fruto de la guerra de guerrillas librada con los centrales. La impotencia del placaje de Unai García, que Gil Manzano no consideró falta en el gol del Osasuna, en el minuto 6. De Jong, por fin, se rebeló. El neerlandés se inventó una asistencia donde no existía ni la idea. Ferran demostró que es el extremo más titular del equipo y el Barça se planta en el parón con las cicatrices cerradas. La victoria más pasional.

FERRAN TORRES

😎 Me reafirmo

Era el último de los extremos y se rebeló como el más indiscutible de todos. Recuperó la confianza reencontrándose con el gol y desde entonces ha vuelto a ser el futbolista que siempre fue. Como una vez dijo Benzema: "Juego para los que saben de fútbol". Al francés, el tiempo lo puso en su lugar. En El Sadar, Ferran hizo un partido 'invisible'. Dos acciones con poco foco fueron la metáfora de su fútbol: le sacó una tarjeta amarilla a David García y arrastró a los centrales en el gol de Pedri. Movimientos poco cuantificables, pero de tanto valor como una asistencia o un gol. A Luis Enrique le caerá el mejor Ferran del cielo.

BUSQUETS

😥 ¡Vaya día!

La otra cara de la moneda. Antes congelaba el tiempo con recortes y pisadas hipnotizantes. En Pamplona, con pies fríos y torpes, fue una fuente constante de ocasiones para los rojillos. Su primer cuarto de hora fue tétrico, otra invitación a Xavi a dejar de hipotecar el futuro pensando en el presente. Cuatro pérdidas en zona de riesgo y el error de marcaje en el gol. Arrasate soltó el anzuelo y Sergio picó. Los centrocampistas navarros bloquearon al Barça. Minutos después entendió que la clave estaba en el movimiento sin balón y desapareció de la gestación de la jugada. Quedó Pedri, siempre Pedri. De Jong, reacio de costumbre a rebelarse, se creció en la inferioridad. Propulsó al equipo.

ARRASATE

💯 Mis 'dieses'

Hay equipos que consiguen trasladar la esencia de un barrio, un pueblo o una ciudad al terreno de juego. El orgullo de toda una comunidad se pelea como un balón dividido, como un córner en el último minuto. Equipos desacomplejados que batallan sea cual sea la camiseta que se presente al otro lado del campo. Conjuntos de recursos finitos y eficiencia infinita. El lunes lo demostró Iraola y su Rayo, como también lo hacía Mendilibar y su Eibar. Arrasate y el Osasuna tenían claro cómo dañar al Barça sin alejarse de su esencia. Y lo lograron. David García fue su sombra sobre el campo. Estos equipos son el patrimonio más preciado de LaLiga.

XAVI

🚨 Poco se habla de…

El Barça se quedó con diez en el primer tiempo y Xavi retocó el equipo. Le ofreció metros a Jordi Alba, la piel de un carrilero disfrazado de extremo más que la de un lateral al uso. Antes había apartado a Busquets del balón para que el Barça encontrara resquicios de verde entre el inmenso océano rojillo. No movió el banquillo hasta el 74, a pesar del exigente contexto. Acostumbrado a prefabricar cambios para repartir minutos, cuando le tocó hacer movimientos de entrenador, se lo pensó dos veces. Terminó apostando. Gavi, comodín para equiparar la intensidad del Osasuna, entró para disputar el último cuarto de hora. Por otro lado, Raphinha, que unas horas antes celebraba estar en la lista de Tite, sufrió otro all in de Xavi sobre el inefable Dembélé. Su gol le volvió a hacer replantearse las cosas. Marcó con el corazón y dejó tatuado su mensaje. Al final, a Xavi no le tembló el pulso al hacer debutar a Riad.

PIQUÉ

📀 Mi 'bonus track

Vasos rotos, el crujir del cristal al pisarlo, botellas de champagne flotando en la piscina. La retirada de Piqué es como el final de una fiesta, un amanecer en la casa de Jay Gatsby. Su adiós -expulsión de capitán, de presidente- también es la invitación a hacer un viaje retrospectivo, el de un funambulista deshaciendo sus pasos. Y salen a flote los recuerdos. Más que los del propio futbolista, los de quienes te acompañaron cuando los viviste. En qué bar viste aquel partido, quién te empujó a ir al estadio una fría noche de invierno o a quién te abrazaste para celebrar ese gol. El fútbol, al final, siempre es la excusa.