REAL SOCIEDAD - BETIS

El peso de ser el nuevo Xabi Alonso: "En mis momentos más flojos no tuve el cariño que me merecía de ciertas personas"

Rubén Pardo recuerda en Relevo la presión que tuvo que soportar, desde incluso antes de debutar con el primer equipo de la Real.

Rubén Pardo, junto a su familia. /RArchivoelev
Rubén Pardo, junto a su familia. RArchivoelev
José Luis Lorenzo

José Luis Lorenzo

Su caso se convirtió en una cuestión de Estado. Nunca antes un futbolista de la cantera de la Real Sociedad provocó un cisma semejante dentro del aficionado de la Real Sociedad. Muchos creyeron ver en él al nuevo Xabi Alonso y ese sambenito le persiguió incluso antes de que debutara con el primer equipo del conjunto blanquiazul. Su carta de presentación, en un partido frente al Sevilla, tampoco ayudó pese a que cuajó un partidazo que todavía se recuerda. Rubén Pardo (Rincón de Soto, 1992), a sus 32 años, sigue jugando a fútbol, lejos de Donostia y de su querida Real Sociedad. Lo hace en Grecia, en el Aris de Salónica, aunque apenas está contando con minutos.

Deseoso de que llegue el mercado de invierno para cambiar de aires, Rubén Pardo atiende la llamada de Relevo para recordar su pasado como txuri urdin. Dice que convivir con la presión de ser considerado el nuevo Xabi Alonso no le ayudó. Echa de menos haber tenido más cariño de ciertas personas en los momentos más bajos en su periplo en Donostia, pero no guarda rencor a nadie. Echa la vista atrás y le entra la nostalgia. Hoy domingo no tendrá el corazón dividido. Su sentimiento blanquiazul es más que evidente.

¿Cómo estás?

Muy a gusto aquí, en lo que es la ciudad, pero no estoy teniendo un año bueno deportivamente hablando. Ahora que se acerca el mercado de invierno, intentaremos salir de aquí para encontrar un sitio donde pueda jugar y donde me pueda encontrar cómodo.

¿En qué estás pensando?

He hablado con mi agente por encima porque todavía queda más de un mes para que se abrá el mercado. Habrá que valorar todo, ver las ofertas que puedo tener y luego, decidir entre mi familia y yo, y ver lo que creemos que puede ser lo mejor.

Conociendo a Rubén Pardo desde hace muchos años, sorprende verle jugando en Grecia...

No te voy a engañar, es una liga competitiva. Obviamente está lejos de la LaLiga, pero hay equipos competitivos, jugadores de nivel. No solo los cuatro o cinco equipos que están un escalón por encima de los demás. Hay jugadores en equipos más bajos de nivel que tienen ese nivel y juegan bien, la verdad.

¿Cómo están de locos los griegos?

(Risas) Sí, esto es diferente. Se vive un ambiente distinto a lo que estamos acostumbrados a vivir ahí, pero también está bien, juegas partidos, juegas derbis y las aficiones lo viven mucho y, sobre todo, apoyan mucho a su equipo.

Pardo, con el Aris de Salónica.  Archivo
Pardo, con el Aris de Salónica. Archivo

¿Y a vosotros cómo os tratan? ¿como dioses o villanos?

Ellos tienen una forma de vivir el fútbol diferente. Bueno, el fútbol y el baloncesto. Aquí, por ejemplo, el Aris de Salónica de baloncesto es una especie de religión. Se vive muchísimo. Puedes ver vídeos del pabellón y siempre está lleno. Ahora no se pueden encender bengalas, pero yo he visto videos de bengalas en nuestro campo y en el del basket y es algo impresionante. Cuando yo estaba en la Real e iba a Illumbe a ver al Gipuzkoa Basket no tiene nada que ver con lo que se vive aquí.

Ahora que ha hablado de la Real Sociedad, vamos a echar la vista atrás en el tiempo, ¿qué significa el conjunto blanquiazul para Rubén Pardo?

Te diría que es mi vida. Al final, yo llegué en 2004 a San Sebastián y me he pasado más de la mitad de mi vida allí. Me han enseñado todo, los valores de respeto, de llevar una vida ordenada y, sobre todo desde el primer momento en el que pisé San Sebastián, han estado encima de mí y soy lo que soy gracias a ellos, deportiva y personalmente hablando.

Enseguida se empezó a hablar de Rubén, tu nombre se empezó a escuchar por todos los sitios. ¿Eso se convirtió en una losa? ¿jugó en tu contra? ¿Ahora que ha pasado el tiempo, cómo lo recuerdas?

Sí, sí que es verdad lo que dices. Se empezó muy pronto a escuchar mi nombre y las comparaciones y no te voy a engañar, hubo momentos que no lo supe llevar muy bien. Más que nada debería haber estado aislado de todo eso, trabajar, seguir en mi día a día. como han hecho otros jugadores y listo. Pero bueno, al final yo creo que hice unos años bonitos en la Real. Creo que la gente está contenta con lo que hice y con eso me quiero quedar. Al final tengo un buen recuerdo de la Real. Sí que es verdad que en mis últimos años no disfruté como me hubiese gustado, pero ya está, ya es pasado y no guardo ningún rencor. Como he dicho en otras veces, al final tengo muchos amigos en la Real y siempre le deseo lo mejor porque, al final, es mi equipo.

Rubén Pardo habla de las expectativas que se generaron sobre él. Relevo

¿Cuál es el peor recuerdo, Rubén?

Pues, sobre todo, el año que no tuve mucha participación, porque al final soy un jugador al que le gusta estar en lo que es una dinámica de equipo, ayudar a mis compañeros aunque no esté jugando muchos minutos. Me acuerdo que el año que tuve que salir cedido al Betis, jugué en la tercera jornada contra el Espanyol y no volví a hacerlo hasta el 23 de diciembre o así en Copa contra el Valladolid. No lo pasé bien la verdad, no me sentía a gusto. Ya se vio que tuve que buscar una salida para por lo menos volver a disfrutar y volver a entrar en esa rueda de jugar al fútbol.

"Me acuerdo que el año que tuve que salir cedido al Betis, jugué en la tercera jornada contra el Espanyol y no volví a hacerlo hasta el 23 de diciembre o así en Copa contra el Valladolid. No lo pasé bien la verdad, no me sentía a gusto"

Rubén Pardo Futbolista del Aris de Salónica

¿Cómo alguien tan joven como lo era Rubén Pardo en la Real puede asimilar ese cambio de rol, de ser un canterano en el que hay depositadas muchas esperanzas y que acabó, por así decirlo, en el ostracismo?

Sí que es verdad que hay que ser fuerte mentalmente porque la gente tiene unas expectativas muy altas sobre ti y van pasando los años, no vas teniendo los minutos que tú quieres, son decisiones de entrenadores para los que no entras en sus planes y tienes que ser fuerte, tienes que seguir trabajando porque el fútbol no acaba en la Real. Obviamente, yo quería haber hecho una carrera más larga en la Real. Es verdad que estuve muchos años, pero me hubiese gustado jugar más años. El fútbol se dio de esta manera y salió la oportunidad, primero, de salir al Betis, luego de regresar a la Real y más tarde, de ir a Burdeos. Es lo que te digo, al final del fútbol no acaba en la Real y hay que estar abiertos a más cosas. Repito que no le guardo ningún rencor a la Real, feliz con lo que hice. ¿Que me hubiese gustado jugar más? Por supuesto, pero se dio así y hay que asumir todo.

¿Esperabas haber dado un mejor rendimiento?

Sí. Hay que respetar decisiones, pero yo igual no estuve a la altura de lo que ellos esperaban. Respeto todo. Al final, solo es fútbol y lo que te digo, hay que seguir trabajando. Por eso creí que era momento de dar un paso al lado y salir de la Real y así se dio.

¿Notaste la falta de confianza de entrenadores?

Sí. Falta de confianza de entrenadores y de alguna persona que no es entrenador. Soy un canterano que pasó por todas las categorías de la Real y, en mis últimos años, el cariño que me merecía cuando estaba en mi momento más flojo, no lo tuve de algunas personas. Yo seguí trabajando, hablé con mi agente cuando ya me quedaba medio año para salir, hablamos con la Real, se decidió salir y listo.

¿A quién te refieres?

(Risas) Gente un poco más de alto cargo, Ya te lo puedes imaginar.

No te referirás a Jokin Aperribay, ¿no?

No, no tengo ni una palabra mala de Jokin mala. He estado muchos años en la Real y él fue una de las personas que más me ayudó cuando empecé. Le veía muy cercano hacia mí, siempre estaba pendiente de mí, por ejemplo, cando venía a Zubieta a vernos entrenar. La verdad que es un es una persona que le tengo un aprecio enorme y siempre le deseo que le vaya muy bien.

Tu carta de presentación en el primer equipo fue ante el Sevilla, partido en el que marcó un golazo que, visto lo visto, pudo jugar en tu contra. ¿Cómo lo recuerdas?

La verdad es que me salió todo en el primer partido que jugué de titular en Anoeta. Salió todo como muy rodado y luego llegó ese golazo, que fue culminar el partido antes del cambio en lo más alto. Fue ahí cuando empezaron las comparaciones, que si Xabi Alonso, algo de lo que me acuerdo perfectamente. Hay que asimilar todo, asumir que si sabía alonso me acuerdo perfectamente y bueno pues al final hay que asimilar todo, asumir que para nada soy Xabi Alonso, que era un chaval joven de la cantera que estaba empezando y tenía que trabajar como el que más.

Rubén Pardo recuerda su primera partido en Anoeta. Relevo

Antes incluso de que debutara en la Real Sociedad, la gente ya relacionaba su nombre con el de Xabi Alonso...

Previo a debutar, jugué en el Europeo y me pusieron esa etiqueta, ya no solo la gente de San Sebastián, sino también a nivel nacional. Llegué a Donostia, hice una buena pretemporada en los minutos que me dio Philippe Montanier y empezó todo. Era un chaval joven y hubo momentos en los que no lo asimilé bien y me lo tomé de otra forma. Debería haber sido siempre trabajo, trabajo y trabajo.

"Había momentos en los que cuando jugaba un buen partido, todo el mundo se volvía loco, que tenía que jugar siempre, pero en el momento en el que no era así, las hostias también caían para mí. Era un chico joven que cuando me daban turra, me afectaba"

Rubén Pardo Futbolista del Aris de Salónica

Se creó un gran debate en Donostia. Los que defendían a Rubén Pardo y los que le criticaban. ¿Cómo lo llevaste?

Había momentos en los que, como tú dices, cuando jugaba un buen partido todo el mundo se volvía loco, que muy bien, que tenía que jugar siempre, que aportaba cuando jugaba, pero en el momento en el que no era así, las hostias también caían para mí. Y lo que te digo, al final era un chico joven que cuando me daban turra, me afectaba. Y me acuerdo perfectamente antes, cuando tenía Twitter, que miraba muchas cosas que no debería hacer y me afectaba la verdad, no te voy a engañar.

¿Te comías mucho la cabeza?

Bastante. Había momentos en los que no lo pasaba bien. Cuando juego un partido a mí me gusta ser competitivo y tras no jugar un buen partido, me metía mucha caña a mí mismo. Aparte de lo que decía la gente de fuera, yo mismo tampoco me ayudaba.

¿Te faltó cariño de la grada?

Yo, de lo que es la afición de la Real, no tengo ni un reproche, la verdad. Siempre que salía a Anoeta o iba por la calle, me animaban. De la afición no tengo nada malo que decir. Nunca me ha pasado ir por la calle y que alguien me metiese caña, para nada y te estoy hablando que ha habido momentos que no jugado ni nada, pero súper bien, la verdad, súper bien.

Antes era tabú referirse a la salud mental, ahora es más normal. ¿Hubo momentos en los que sí necesitaste ayuda?

Sí. De hecho, siempre me acuerdo de una situación. En esa primera época en la que dejé de jugar, en la que no tenía mucha continuidad, me cogió por banda Joni, el cocinero, y me dijo: 'Mira Rubén, yo tengo un conocido que trabaja psicológicamente con las personas y te puede ayudar muy bien'. Y empecé con él y súper bien. Y de hecho sigo hablando con él, con un psicólogo. Al final me ayuda mucho y en momentos, ya no solo deportivamente, me ayuda a gestionar momentos de la vida. Aquí en Grecia, familiarmente hablando, estoy en una muy buena situación, pero el año deportivo está siendo complicado. Entonces, tengo que controlar todo, y de momento, voy muy bien.

Rubén Pardo habla de la ayuda psicológica que necesitó. Relevo

Yo tengo el recuerdo de un Rubén Pardo siempre jovial y bastante vacilón...

(Risas) Lo pasamos muy bien. Había un ambiente increíble. Tanto la gente más veterana como los jóvenes que empezábamos a subir, sin faltar el respeto a nadie, pero muy, muy bien.

¿Cuál es el mejor momento que recuerdas de la Real?

Es que tengo tan buenos momentos, de terminar de entrenar y juntarnos varios compañeros, en los viajes, en las habitaciones. Era todo increíble. Y luego, acababa LaLiga y nos íbamos de viaje un montón de jugadores a Ibiza. Eso es un grupo. Es lo típico que se dice, una familia, pero es que ahí éramos una familia de verdad. Y la gente que venía de fuera, en una semana estaba ya dentro de todo lo que es el grupo que teníamos.

Rubén Pardo es felicitado por Vela, Griezmann y Markel Bergara.  Archivo
Rubén Pardo es felicitado por Vela, Griezmann y Markel Bergara. Archivo

¿Con quién congeniaste más?

Con la gente de casa, teníamos todos muy buen rollo. Carlos Martínez, que estaba en la residencia cuando yo era muy joven, Xabi Prieto, que siempre me ha ayudado. Agirretxe, Markel... Es que no te puedo decir una mala palabra de ninguno. Luego, de los que venía de fuera, con Carlitos (Bueno). Ya lo sabes, hizo muy bien a nuestro grupo, el Chory… No te puedo decir nada malo de nadie.

¿Notaste el apoyo de los veteranos en esos momentos de bajón?

No, nada en especial. En ese momento estaban Prieto, Charly, Ima... Estaban todos y tú veías que tenías el apoyo de ellos. Salías a entrenar después de semana tras semana sin jugar y estaban ellos siempre para apoyarte, para darte ánimos entrenando, que eso es fundamental. Cuando tú no juegas, estar en una rueda mala de que igual te sale mal todo, siempre estaban ellos para empujarte, para seguir, para darte ese empujón y decirte: 'Venga Rubén, sigue' Me acuerdo de Imanol Alguacil, en mi última etapa en la Real, que no tuve participación y yo iba a entrenar, me tomaba como uno más y eso es de agradecer. Para mí Imanol lo que ha hecho conmigo cuando no he jugado es increíble y me imagino que seguirá haciendo lo mismo con jugadores que no tengan mucha participación, de apoyar, de seguir dándole porque les va a llegar la oportunidad y eso para mí de un entrenador es fundamental y en esa época por los chicos que te estoy diciendo pues estaban siempre para apoyar al joven.

"Me acuerdo de Imanol Alguacil, en mi última etapa en la Real, que no tuve participación. Yo iba a entrenar y me tomaba como uno más y eso es de agradecer. Para mí Imanol lo que ha hecho conmigo cuando no he jugado es increíble"

Rubén Pardo Futbolista del Aris de Salónica

De los entrenadores que tuvo en el primer equipo, ¿quién le marcó? ¿quién le dio más oportunidades?

Pues mira, te diría que David Moyes. Cuando llegó, al principio, me costó un poco entrar, lo típico, pero en el momento que ya empezó todo rodado, estuve a gusto. Con Jagoba también tuve mi continuidad. Al final tuve mis más y mis menos con todos, en el sentido de jugar partidos, pero sí que es verdad que con Jagoba y con David Moyes me encontré muy a a gusto. La época que entró Imanol, los ocho primeros partidos, venía de no jugar nada y me dio cuatro partidos. De hecho, el primer partido que me dio los 90 minutos fue contra el Girona y me dio el brazalete de capitán. Yo eso lo tengo marcado.

Guardas un buen recuerdo de Moyes y en Donostia todo lo contario. Cosas del fútbol, ¿no?

Sí, venía de una cultura diferente, veías cosas que no estabas acostumbrado a ver, con Jagoba, por ejemplo, pero es lo que te digo, fue una apuesta del presidente que no salió bien. Cosas del fútbol. Puedes apostar por un jugador que luego no te sale bien o por otro que igual apuestas menos y de repente, te pega el pelotazo.

¿Cómo recuerdas esa pretemporada en Austria?

Fue muy heavy. Me acuerdo perfectamente. Me acuerdo que trajo a un preparador físico que estaba loco ese tío. Me metía en el gimnasio y me metía los mismos pesos que Xabi Prieto. Y yo me preguntaba: 'Pero este tío, ¿a dónde va?' No estábamos acostumbrados a algo tan fuerte. Nosotros estábamos acostumbrados a hacer físico, pero intercalando el balón.

¿Fue difícil asimilar que tu estancia en la Real Sociedad se estaba acabando?

Sí, mucho. Cuando te vas fuera te das cuenta de que lo que tenías en la Real, ya no lo tenías. Tenías algo, pero no era lo mismo. Llevaba muchos años en la Real, teníamos de todo. Yo he pasado por todas las categorías y luego, sales fuera, y te das cuenta del nivel que tiene la Real. Al final pocos equipos hay como la Real a día de hoy. Es lo que pienso y lo que he vivido. Claro que fue difícil de asimilar. Me considero un chico de la casa, que estuve muchos años allí. Me acuerdo de la última noche, con mi mujer en casa de Mikel Oyarzabal, que me entró un bajón que alucinas. Y eso que me iba a Burdeos, a dos horas de San Sebastián. Lo pasamos mal. Es adaptarte a todo, aceptarlo y mirar hacia adelante.

¿Has llorado mucho?

Cuando estoy mal, sí me entran me entran bajones, la verdad. Tampoco te creas que he llorado mucho, pero esa noche, la de mi despedida en casa de Mikel fue dura.

Mira en lo que se ha convertido Oyarzabal. ¿Lo esperabas?

Y lo que le queda. Habrá gente a la que le guste más y otra, menos. Lo que está claro es que siempre está dando la cara, para lo bueno y para lo malo. Es el capitán de la Real Sociedad. Puede tener épocas de mejor juego, pero siempre da la cara. Está haciendo un mal partido, pero va a pelear como el que más y seguro que va a estar cerca del gol. En el momento que ya entra en una dinámica top, no te quiero decir nada de lo que es Mikel para la Real y para la Selección. Es un jugador top mundial y lo que te digo, lo que le queda todavía.

La primera salida fue a Francia, a Burdeos. ¿Qué te encontraste?

Lo primero que me di cuenta es que hace mucho frío fuera de la Real. Pues me encontré un club grande, histórico, con una ciudad deportiva muy buena, un campo muy bueno, una ciudad muy bonita, la verdad, Burdeos. Lo que pasa es que el club estaba en un momento muy delicado y este año lo han bajado a la Tercera División. Es una pena que clubs históricos estén pasando por esto. Mi etapa en Burdeos fue muy corta, con Covid de por medio. No se jugó la liga. El tema económico le afectó bastante y tuvimos que salir a Leganés.

¿Cómo recuerdas tu paso por Sevilla?

Fue maravillosa mi estancia en Sevilla. De 18 partidos creo que jugué 16. No estábamos en una época buena del Betis, pero conseguimos el objetivo, que era salvar la categoría y lo hicimos a falta de tres o cuatro jornadas. Mi experiencia en Sevilla fue muy buena en ese aspecto y luego, deportivamente, lo que buscaba era entrar otra vez en esa rueda de volver a jugar a fútbol después del medio año que estuve en la Real y lo conseguí.

Riubén Pardo, con la camiseta del Betis, frente a Luka Modric.  Getty Images
Riubén Pardo, con la camiseta del Betis, frente a Luka Modric. Getty Images

¿Te sorprende todo lo que ha conseguido la Real? ¿cómo lo has vivido desde la distancia?

No me ha sorprendido porque yo veía que la Real daba pasitos e iba para adelante, cada año, haciendo fichajes de un nivel muy bueno, rindiendo cada vez más, siendo más competitivos y, si llevan tantos años seguidos jugando en Europa, será por algo. Se está viendo que el club, año tras año, va creciendo y ya no es solo un club importante en España, es un club importante en Europa. Ya es solo ver cómo habla todo el mundo. Por ejemplo, en Grecia, conocen todos a la Real y me hablan maravillas de todos los jugadores. O sea, conocen a todo el mundo y eso antes no pasaba. Conocían a la Real, pero por ejemplo, a los jugadores no los conocían. Y no me sorprende por lo que yo veía que iba en aumento la Real.

Tienes 32 años pero parece que llevas toda la vida jugando a fútbol. ¿Cómo ves el futuro? ¿cómo ves tu trayectoria a partir de ahora en el fútbol?

Hay que ser realistas y empezar a valorar todo. Obviamente, llevo muchos años jugando a fútbol, desde los 18 que debuté en el fútbol profesional en la Real. Pero la verdad es que tengo ganas de seguir jugando. En ningún momento he pensado en dejar el fútbol ni dar un paso al lado. Para nada. Tengo 32 años, creo que todavía tengo cuerda para seguir jugando. En el momento en el que vea que me estoy arrastrando, que no pueda aportar nada más, daré un pasito al lado y ya está, pero creo que todavía tengo cuerda.

"Tengo ganas de seguir jugando. En ningún momento he pensado en dejar el fútbol. Tengo 32 años, creo que todavía tengo cuerda para seguir jugando. En el momento en el que vea que me estoy arrastrando, que no pueda aportar nada más, daré un pasito al lado y ya está"

Rubén Pardo Futbolista del Aris de Salónica

¿Pesa el hecho de no haberte asentado en un sitio en concreto desde que saliste de la Real Sociedad?

Puede ser. Cuando salí de Burdeos y fui al Leganés, la Segunda División es muy complicada, muy competitiva. Pero bueno, me he pegué tres años en el club y estuve contento y feliz. He jugado más de 105 partidos en tres años, que son muchos partidos. Era un poquito lo que buscaba. Una pena porque casualidad que justo el año que yo me voy, sube a Primera División. Que me hubiera gustando estar en un equipo los mismos años que estuve en la Real, sí, pero bueno, al final el fútbol se ha dado así, hay que asimilar lo que viene y dejarte llevar.

¿Te gustaría volver a España?

Sí, me gustaría. La Segunda División es competitiva y me gustó el tiempo que estuve, pero no voy a cerrar puertas a nada. Ahora que se va a abrir el mercado, tengo que valorar todo junto a mi familia, que es la que me acompaña y con mi agente, sobre todo sentarnos y ver lo que nos puede salir y cuando lo tengamos encima de la mesa, pues valorar todo.

Siempre tuve la sensación de que Rubén Pardo tenía puesto un caparazón que no dejaba ver realmente quién era Rubén Pardo. ¿Tengo razón?

Puede ser. Me gusta tener respeto por todo el mundo y que me respeten. Pero en el momento que veía que una persona me faltaba el respeto o que no creía que podía tener la confianza de él, pues tampoco quería estar muy cerca de esa persona.

¿Te han faltado mucho al respeto?

No, al respeto no, pero sí es lo que te digo, que ha habido momentos que no me han gustado. Por ejemplo, esos momentos malos por los que pasé, que no estuvieran cerca, no me gustó.