OPINIÓN

Pedri mejora a Iniesta

Pedri celebra su gol al Girona./GETTY
Pedri celebra su gol al Girona. GETTY

Xavi repite siempre que puede, con la boca pequeña, que no tiene equipo de gala y que, en contra de lo que la mayoría aprecia, no lo tendrá jamás. Es un claro mensaje motivador para mantener las líneas prietas en toda la plantilla y no sólo en un sector. Pero sabe, como todos, el once con el que el fútbol fluye y, sobre todo, con los jugadores con los que el plan se atasca. Si hoy mismo hubiera otro Clásico, todo el mundo recitaría la alineación de memoria, con Pedri a los mandos, con esa infidelidad consentida al 4-3-3 más cruyffista y con el abrazo al cuarto y necesario centrocampista.

Con sólo ver un rato de partido en Montilivi, uno aprecia de primeras que Raphinha empeora a Dembélé, perdido para la causa en el peor momento de la temporada, cuando asoman las semifinales de la Copa y la prueba del algodón contra el Manchester United. Su baja trastocará los planes de sostenibilidad y equilibrio que el Barça mostró en Arabia. No hay nadie en ese vestuario con unas prestaciones parecidas que encaje en el modelo.

La titularidad de Raphinha, decía, obliga a Ousmane a cambiar de banda. Y en la izquierda, siendo desequilibrante, es otra cosa. Pero esta no es la peor de las noticias cuando hay ausencias y se imponen las rotaciones preventivas. Sin Lewandowski, uno echa de menos dentro del área hasta a Luuk de Jong. Y eso son palabras mayores.

El Barcelona, con Lewandowski en su casa, se agobia, se frustra y se estrella. Con Memphis intentando descifrar aún los métodos de Simeone y las chapas del Profe Ortega, Ferran parece el único delantero disponible con trazas para hacer unas funciones parecidas desde la interinidad. Asumo la lluvia de críticas en este momento, pero Luis Enrique y otros entrenadores de élite que le han tenido lo ven igual y creo que algo saben de esto. El problema es que necesita que alguien le rescate urgentemente de un estado depresivo, futbolísticamente hablando, que hasta ahora ha aireado en cada gesto sobre el campo.

Ansu, con el talento que tiene y que ya ha demostrado en numerosas ocasiones, puede jugar en cualquier posición del ataque. Otra cosa es que sea igual de determinante en un costado, en el opuesto o de ariete. El canterano tiene cualidades de sobra para recibir, asociarse, encarar y dejar víctimas por el camino. Sin embargo, aún no es capaz de fijar debidamente a los centrales y de ser un referente para los centros laterales. Participó en el gol, que no es poco, pero sigue mostrando una querencia a abrirse en vez de permanecer como faro que evidencia su incomodidad. Lo bueno, dentro de lo malo, es que la baja de Dembélé le abre una opción de extremo para levantar el vuelo.

Ahora mismo, y a falta de juego para presumir, Xavi puede sacar pecho por dos cosas. Una es Pedri, a veces discutido por la eterna comparación con Iniesta, que lleva 15 goles en 100 partidos con el Barça. No está nada mal, cuando Andrés hizo 5 con los mismos encuentros disputados y cuando Valverde, por poner el ejemplo más evidente de una estrella que juegue en su puesto, ha marcado 14 en 175. El canario tuvo descanso y se vio obligado a salir del banquillo para poner orden una vez más. No digo que Pedri vaya a ser mejor que Iniesta. Digo que, con 20 años, le mejora. El otro brote verde es la defensa: sólo seis goles encajados en LaLiga. Seis. Con números así, si Xavi dice que no tiene un equipo de gala sino una plantilla de garantías, hay que hacerle caso. Este Barça se ha vuelto de repente fiable y él tiene bastante culpa de que se haya acabado el barbecho.