El origen del carácter de Ancelotti
El pasado del técnico está marcado por la tranquilidad: su padre, sus profesores, entrenadores como Liedholm...

Carlo Ancelotti es un hombre tranquilo. A lo largo de su carrera, el italiano ha demostrado tener una especial habilidad para gestionar las crisis desde la calma. Una bonhomía que los vestuarios agradecen, pero que en muchas ocasiones le ha acarreado muchas críticas. La mano dura suele tener mejor prestigio en ciertas esferas que el guante de seda. Sin embargo, al entrenador del Real Madrid no le cambian de camino: para torear los egos no hay mejor receta que el diálogo. ¿Cuál es el origen de ese temperamento moderado? Su pasado. "Mi experiencia ha sido así. He tenido un padre tranquilo, que nunca se enfadaba; he tenido una profesora tranquila; he tenido entrenadores también tranquilos, por ejemplo Liedholm... Yo tengo esto", explicó Ancelotti este viernes en una entrevista con la ESPN.
Si uno echa la vista atrás, a lo largo de su trayectoria ha tenido que sofocar muchos incendios. En el Real Madrid, sin ir más lejos, se ha encontrado en las dos etapas con varios focos. Tuvo que lidiar con Bale, su disgusto por jugar en la derecha y con su representante; convencer a Di María de jugar en el centro del campo; gestionar los disgustos de Isco y Marcelo por verse relegados al banquillo; calmar la intranquilidad de Asensio; dirigir de la mejor forma el caso Hazard... Y de todas las situaciones (o la mayoría) ha salido sin quemaduras. No hay ningún secreto para salir airoso: "Cada uno tiene su carácter y por el carácter que uno tiene manejas las relaciones. Yo tengo un carácter bastante tranquilo e intento manejar las relaciones con las personas de manera tranquila". Mensaje sencillo, sin ornamentos.
Ancelotti es consciente de que muchas veces se le mira con recelo por ser, supuestamente, blando con su vestuario. "Las veces que las cosas no salen bien, ponen mi tranquilidad como límite porque a veces dicen que tengo que dar caña. No es mi carácter. Intento manejar la relación con las personas por mi carácter. No digo que esto es justo o no. Si otro tiene un carácter distinto tiene que utilizar su carácter para la relación", argumentó.
Veteranos y noveles
No es fácil conducir con tanta serenidad un vestuario como el del Real Madrid, con tanta competencia como egos. Sin embargo, tanto la temporada pasada como esta, el ambiente en la caseta blanca se ha revelado como estable. Los veteranos están mezclando muy bien con los jóvenes. Igual que los fichajes. La imagen de Rüdiger en la camilla, con la cabeza ensangrentada después de haber chocado con Trubin en el gol al Shakhtar, reflejó la atmósfera que reina en la plantilla. Hasta Alaba se acercó y le besó la frente. "He bromeado un poco con esto. Antonio es muy fuerte, con carácter. Un luchador, ganador. El ambiente es bueno, la plantilla es buena por esto. No hay 'superstars', son jugadores muy humildes, se ayudan. Y si no es así es difícil. Sobre todo por lo que pasó el año pasado, incorporar así de bien a los jóvenes".
Fue Ancelotti quien acabó por darle a Vinicius el espacio que venía reclamando con su juego; dio continuidad a Valverde; confió en Rodrygo y en Camavinga; ahora está demostrando que le tiene mucha fe a Tchouameni... Poco a poco, fue metiéndoles en el once sin que el ambiente fuera enturbiado por el 'orgullo' de los jugadores que más tiempo llevaban en el equipo.
Y así se presentan al Clásico, con la tensión del partido, pero con la tranquilidad del técnico: "Si no hay veteranos que no tengan esta capacidad de ser humildes es muy difícil de incorporar jóvenes que llegan con mucha fuerza, mucha energía, mucha calidad. Tienes un poco de preocupación cuando llega un joven que te puede quitar un sitio... Si tienes un poco de ego las cosas se complican en el vestuario. Aquí no, la dinámica está marcada mucho por los veteranos como Nacho, Carvajal, Kroos, Modric, Benzema... Es también el trabajo del entrenador. Que los jugadores entiendan que esto es para el equipo. No es fácil, pero con estos jugadores es más fácil...".