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Monchi "apaga" la tele en el Mundial

El director deportivo del Sevilla, nunca fichó a un jugador a la conclusión de la Copa del Mundo.

Monchi antes de un partido del Sevilla. /GETTY
Monchi antes de un partido del Sevilla. GETTY
Alonso Rivero

Alonso Rivero

El Mundial lo ocupa todo. Para aficionados, jugadores, clubes o selecciones, la máxima cita continental se convierte cada cuatro años en el centro del foco mediático del panorama futbolístico, siendo igualmente un enorme bazar y caladero de futbolistas para los equipos europeos. Una buena participación grupal o individual catapulta inmediatamente a un jugador semidesconocido al radar de los ojeadores que buscan hacerse con las perlas más relevantes. Son cientos de scouting los que se trasladan a cada cita buscando a ese jugador que crezca en este campeonato y que el cambio de entorno y club le permita seguir avanzando, hasta convertirse en lo que ya apuntaba en la Copa del Mundo: una nueva estrella. Es por ello que resulta curioso que un director deportivo como Monchi, reconocido a nivel global, no haya adquirido a ninguno de sus cacareados fichajes tras la disputa mundialista después de estar sentado en un despacho más de 20 años. ¿Por qué?

Hay diversos motivos para que esta circunstancia se haya dado en el Sevilla, aunque tiene que ver sobre todo con su forma de trabajar, alejada de un momento puntual, más entregada al desarrollo futbolístico de un profesional en en largo tiempo, no en un evento que ocupa un mes escaso. Su método de captación, tantas veces explicado, provoca que en las fechas en las que habitualmente se ha venido produciendo este torneo (mayoritariamente en julio), la elección de los jugadores ya estaba cerrada. Desde el inicio de la temporada hasta el parón de invierno, la dirección deportiva se dedicaba a engordar la base de datos para posteriormente hacer una criba y realizar un seguimiento detallado de los jugadores seleccionados.

Otro de las circunstancias que ha provocado esta curiosa distancia con los mundialistas es que siempre se ha pensado que en vista al trabajo anteriormente realizado, no se necesitaba contrastar el rendimiento en los mundiales, porque en la mayoría de los casos, esos rendimientos son engañosos debido a la extralimitación que provoca y que luego es imposible mantener. Es decir, no dejarse engañar por las impresiones mundialistas. Un buen partido o fase de grupos de un jugador en concreto no indican que sea el indicado para vestir la camiseta del Sevilla. Mercado escaso. Y caro. Porque un escaparate como este, unido a una buena actuación, infla el producto, algo que va en contra del propio modelo de la entidad: obtener generosas plusvalías en la compra-venta de jugadores.

Lo más cercano a un mundialista

Corría la temporada 2010/2011. La temporada del Sevilla, tras la consecución de la Copa del Rey el año anterior, no era buena y Antonio Álvarez fue destituido. Monchi busca jugadores en enero que eleven el nivel del equipo. De una tacada, adelantándose a varios pretendientes, cierra los fichajes de Gary Medel e Ivan Rakitic. El chileno y el croata habían participado 6 meses antes en el Mundial de Sudáfrica que acabaría ganando la selección española. Se dejó los deberes mundialistas para el siguiente semestre.

Paradojas del destino, 12 años después y en una crisis deportiva galopante, los andaluces exportan a Catar el mayor número de internacionales de toda su historia: En Nesyri, Bono, Dimitrovic, Gudelj, Papu Gómez, Montiel, Marcos Acuña, Dolberg o Alex Telles están disputando todavía la fase de grupos y Delaney se ha tenido que volver a Sevilla debido a un esguince de rodilla. Veremos si este año, la fecha, las necesidades o alguna oportunidad de mercado, rompen estos "prejuicios" de Monchi con los mundiales.