GRACIAS, INIESTA

Los momentos de lucidez del genio que brillaba a la sombra de los demás

Andrés Iniesta, sin ser un gran anotador, marcó algunos de los goles más importantes de la historia de España y del Barça.

El Iniestazo de Stamford Bridge. /AGENCIAS
El Iniestazo de Stamford Bridge. AGENCIAS
Marc Mosull

Marc Mosull

Iniesta se retira. A sus 40 años, el ídolo de toda una generación de españoles y el futbolista que anotó el gol más importante de la historia del fútbol nacional, cuelga las botas 22 años después de su debut profesional con el FC Barcelona. Precisamente, su primer partido como azulgrana, el 29 de octubre de 2002 ante el Brujas en la Champions League, es uno de los momentos más importantes de la carrera del genio de Fuentealbilla, que, seis años antes de debutar con Van Gaal, había abandonado su localidad natal para enrolarse en La Masia, el 16 de septiembre de 1996, tras un brillante torneo de Brunete. Aquella decisión, la de alejarse de su familia y mudarse a Barcelona, fue traumática, pero también trascendental en la carrera de uno de los mejores centrocampistas del siglo XXI.

Para el recuerdo, también queda su debut con la Selección española, un 27 de mayo de 2006, en el Carlos Belmonte de Albacete. Sí, el gran embajador futbolístico de la provincia de Albacete y de Castilla-La Mancha realizó su primera aparición con La Roja en su tierra.

Nadie imaginó entonces que aquel futbolista liviano y enclenque, que levitaba por el césped y veía el fútbol como nadie, se convertiría en el autor del tanto que le daría al país su primera Copa del Mundo, en la final del Mundial de 2010 de Sudáfrica, un 11 de julio. Y cuando lo hizo, homenajeó a Jarque, su gran amigo, con un gesto para la posteridad. Ese fue el momento cúspide de su carrera, pero antes de alcanzarlo tuvo que lidiar con una lesión que casi le deja fuera de aquella cita mundialista.

Iniesta, un goleador inesperado

Y es que, pese a que lo suyo nunca fue el gol ni los focos solían apuntar hacia él, siempre a la sombra de Messi o de Xavi, curiosamente Iniesta tuvo ciertos momentos de lucidez de cara a puerta que le hicieron eterno y que trascendieron incluso a su forma de ver y jugar al fútbol, única. Que le pregunten si no a Pep Guardiola, que se recorrió toda la banda del campo del Chelsea para gritar uno de los tantos más celebrados de la historia del FC Barcelona, el Iniestazo de Stamford Bridge que clasificó de manera agónica al Barça para la final de Champions de 2009. Un gol orgásmico con fecha del 6 de mayo. De distinta manera, pero también lo fue el tanto que marcó en el 0-4 del Barça en el Bernabéu de 2015.

Volviendo al 2009, el conjunto que dirigía Guardiola ganó aquella Champions e Iniesta levantó uno de los 32 títulos que cosechó como azulgrana en sus 16 temporadas; entre ellos un sextete y otro triplete. Antes de abandonar el Camp Nou, a los 34 años Iniesta fue renovado de por vida, un honor reservado a un futbolista de leyenda como él. Su último gol con el Barça, por cierto, fue el 21 de abril de 2018 en la final de la Copa del Rey que ganó el equipo catalán ante el Sevilla.

Un mes después, el centrocampista de Fuentealbilla dijo adiós al Camp Nou y, tras su último encuentro, sentado descalzo en el césped del estadio que le convirtió en futbolista profesional, como despidiéndose en soledad, dejó una de las imágenes más íntimas y emocionantes de toda su carrera, que continuó, primero en Japón, y cinco años después en Emiratos Árabes. Y que ahora se termina.

Cuelga las botas el autor del gol más importante de la historia de España y el que le dio a la Selección su primera estrella en la camiseta con un momento de lucidez, de genio, lo que fue Iniesta, que brillaba a la sombra de los demás.