El Arsenal cierra a Mikel Merino, que dejará en la Real Sociedad más de 33 millones

Mikel Merino ya es nuevo jugador del Arsenal de Mikel Arteta, a falta de oficialidad, después de un culebrón que ha copado parte del mercado de fichajes. El centrocampista navarro, al que le quedaba un año de contrato con la entidad blanquiazul, jugará a las órdenes de Mikel Arteta, como era su deseo. Tanto Jokin Aperribay como Imanol Alguacil en sus últimas comparecencias ya daban por perdido al jugador. De hecho, no entró en la lista para el estreno liguero frente al Rayo Vallecano. Era cuestión de tiempo que se concretase su salida de la Real Sociedad y que el acuerdo entre clubes llegase, por fin, a buen puerto. Firma un contrato de cuatro temporadas, con opción a una quinta, a razón de 33,5 millones más cinco en variables.

Con el adiós de Merino, que anhelaba regresar a la Premier, una competición que ya conoce a la perfección, se cierra una historia de amor exitosa que arrancó en el verano de 2018, cuando la Real anunció su fichaje procedente del Newcastle por una cantidad cercana a los 12 millones de euros. Firmó hasta 2023. Ese verano, el de 2018, es historia para la Real Sociedad. Aquel mercado estival significó un punto de inflexión para el club, que ya había crecido desde la Segunda División a la Champions League de la mano de Lorenzo Juarros en la dirección deportiva, pero su ciclo parecía llegar a su fin cuando Jokin Aperribay apostó por el regreso al club de Roberto Olabe. El hoy director de fútbol llegó primero como compañero de Loren, pero un tiempo después asumió el liderazgo de un equipo de trabajo que ha perfeccionado con los años, siempre junto a Erik Bretos como mano derecha, y que ha consolidado a la Real en competiciones europeas y, además, reportó un título copero en 2021 -aunque la edición fue la de 2020-.

Y en todo este tiempo, una de las figuras más importantes en el césped ha sido Mikel Merino. El navarro fue el primer fichaje de Olabe, que aquel verano no acertó en las cesiones de Theo Hernández -aunque el tiempo demostró que estaba bien tirada- y Sandro, pero sí lo hizo en la verdadera apuesta de su estreno en el mercado. Merino llegó del Newcastle por 12 millones tras haber pasado por el Borussia Dortmund y haber deslumbrado en sus inicios en Osasuna y desde pronto se hizo con los mandos de la medular txuri-urdin.

El fichaje, además, fue una victoria realista ya que el Athletic Club también estuvo interesado, aunque Josu Urrutia siempre lo negó. Se deslizó entonces que una de las razones era que, en caso de triunfar en Donostia, podría salir más fácilmente a un gigante europeo que desde Bilbao. Algo que ya se ha demostrado, pues, a falta de un año para acabar contrato, la Real no ha tenido problemas en negociar con el Arsenal y pactar una salida por la mitad de su cláusula de rescisión.

En una de sus últimas comparecencias, Jokin Aperribay, presidente txuri urdin reconoció que esa política de negociar las salidas es una estrategia de club: "Los jugadores escogen dónde van y si se quedan o si no se quedan. Nos hubiese encantado no tener que negociar por Robin (Le Normand), pero también creemos que escuchar a los jugadores nos hace más fuertes", dijo preguntado por la salida del central. Cuando habló de Merino, el discurso fue muy similar: "No hay que esconderse detrás de un contrato cuando un jugador te dice que quiere aprovechar una oportunidad".

Más allá de este tipo de estrategias de club, Merino simboliza el éxito de la Real en estos últimos seis años. A su llegada le siguieron, un año después, las de Isak -salió después por 70 millones al Newcastle-, Portu, Remiro, Odegaard, Kubo, Brais… y muchos otros. Aunque en el último mercado recibió críticas, Olabe y su equipo de ojeadores han demostrado tener buen ojo para encontrar perlas, ya sea de rendimiento inmediato o en formación. Jugadores, además, que después pueden tener una plusvalía en forma de venta para asentar al cuadro guipuzcoano en la élite del fútbol español.

La salida de Mikel Merino significa un golpe duro para Imanol Alguacil por su importancia en el terreno de juego. El técnico de Orio ha afirmado en más de una ocasión que el navarro era el mejor jugador de LaLiga y, por tanto, de su Real Sociedad. Titular indiscutible siempre a sus órdenes, era un perfil que no hay en la plantilla. Más allá de su contrastada calidad, obligatoria en cualquier jugador interior en este cuadro donostiarra, su gran juego aéreo, su fortaleza física y su capacidad táctica daban un equilibrio al equipo impagable. Por ello, hay dudas en la afición de cómo puede afectar su marcha, más aún tras la venta de Robin Le Normand, otro pilar del equipo.

Es lógico que la Real haya buscado hasta el último momento que Merino estampase su firma en un nuevo contrato para evitar la situación de este mercado, en la que el jugador a falta de renovación era obligatoria la venta, ya que estaba a doce meses de salir libre. Durante muchos meses, todas las partes eran muy optimistas de poder llegar a un acuerdo. Las dudas del mediocentro de 28 años, ante la gran oportunidad de dar un salto de nivel y firmar además el mejor contrato de su carrera, se fueron acrecentando con el paso de los meses y, tras las llamadas de Mikel Arteta, finalmente decidió abandonar el club.

Así lo explicó Aperribay este pasado lunes, durante el acto de presentación de Sergio Gómez y Luka Sucic: "La semana pasada tuvimos una reunión con el Arsenal a mitad de semana y otra conversación el sábado. Mikel ya nos dijo en navidades que se siente muy de la Real, pero que quería volver a cumplir el sueño de jugar de nuevo en la Premier. Estando en Japón me llamó Roberto Olabe para decirme que había llamado el Arsenal, y ya sabíamos que probablemente Mikel iba a decir que sí. Las cosas estaban muy claras en navidades y las opciones para que se quedara en la Real eran que no aparecieran unos dos-tres equipos, y ha aparecido uno de ellos", lamentó el mandamás blanquiazul.

Mikel Merino se reencontrará en Londres con Martin Odegaard, con quien enamoró en Anoeta, y buscará sumar más títulos a su palmarés, en el que ya lucen una copa en Alemania, la Copa del Rey con la Real, además de los títulos de campeón de Europa con la Selección en categoría sub-19, sub-21 y absoluta, así como la Liga de Naciones y una plata olímpica. Seguro que el ascenso con Osasuna tiene el mismo valor en su corazón. Una carrera de leyenda, al menos en un club en el que siempre le recordarán y le tendrán como uno de los suyos. Su adiós duele en San Sebastián, pero también pone en valor una época inolvidable.