Mario Martín se gana a Valladolid en cinco meses con el gen de Raúl: "¡Hay que dejarse la cabeza!"
El canterano blanco evoluciona a buen ritmo lejos de Valdebebas y volverá a enfrentarse a los de Ancelotti, que poseen sus derechos, como líder de un Pucela en apuros.

Mario Martín llegó al Real Valladolid el verano pasado. Cesión simple, sin opción de compra. El Real Madrid no quiso arriesgarse a perder a una de las joyas de su cantera, pero sabía que necesitaba darle minutos en Primera. Desde su debut como blanquivioleta, precisamente ante el club blanco y en el Santiago Bernabéu, han pasado cinco meses en los que el joven centrocampista ha destacado en varias facetas y ha ido evolucionando de manera muy positiva, hasta lograr hacerse con la titularidad y erigirse en una de las piezas fundamentales del Pucela en la lucha por la salvación.
En esta primera mitad de la temporada, el de Sonseca (Toledo) ha estado a las órdenes de tres entrenadores diferentes, fruto de la inestabilidad deportiva que vive su club. Al principio dejó dudas con Paulo Pezzolano, sin aprovechar sus minutos al salir desde el banquillo y tras ver una tarjeta roja en su estreno como titular. Sin embargo, detrás de su inexperiencia, propia de su juventud, se apreciaba claramente a un futbolista con confianza e intensidad. Cualidades que, si la suerte no cae de tu lado, pueden costar caro al equipo. Así sucedió con alguna derrota en la que el pivote salió señalado. Pero, lejos de achantarse, se creció para dar la cara. Incluso de manera literal.
La personalidad y el sacrificio de un digno discípulo de Raúl
En los últimos tres meses, el Real Valladolid solo ha ganado dos partidos de Liga. Una casual similitud en ambos, además del 1-0 como resultado y del José Zorrilla como escenario, es que en los dos días Mario Martín terminó malparado. Primero, por un golpe en la boca frente al Valencia que le dejó sangrando y con el labio hinchado. "¡Hay que dejarse la piel!", gritó tras llevarse los tres puntos. Dos jornadas después, ante el Betis, una disputa de balón le dejó también con una brecha en la cabeza. Casi como tradición, el club compartió otro vídeo sobre el mismo césped tras el pitido final con el jugador emocionado: "¡Hay que dejarse la cabeza también!".
Mientras unos bromean con que parece que hay que sacrificar cada partido a Mario Martín para lograr ganar, otros ven en él claramente inculcado el gen de lucha y sacrificio de Raúl González, su principal mentor en el Castilla durante tres temporadas y el máximo responsable de haber convertido al canterano blanco en el jugador que es. Un futbolista con personalidad y actitud, con un gran margen de mejora de la que él mismo es consciente, pero que no se arruga ni se esconde cuando falla. Mario Martín significa trabajo.
Con el tiempo, esa fe en sí mismo de la que a veces pecaba es la que le ha ido haciendo mejorar. Desde la llegada de Diego Cocca, el chaval de 20 años ha jugado todos los minutos en Liga y apunta a vivir de titular su segundo enfrentamiento ante su Real Madrid, esta vez con más presión y responsabilidad que hace unos meses. Por parte de la afición pucelana, muchas críticas se han convertido en elogios hacia Mario, que también ha dejado detalles de calidad que delatan su proyección. A la espera está por ver dónde juega la temporada que viene, según la decisión que tome la dirección deportiva madridista, pero lo que está claro es que a día de hoy debe exprimir su temprana madurez para reafirmarse como uno de los líderes que necesita el Real Valladolid en el centro del campo en su pelea por la permanencia.