ATHLETIC CLUB

De Marcos dice adiós entre lágrimas: "No quiero que mis hijos aprender a amar un club, quiero que aprendan a vivir como el Athletic"

El capitán rojiblanco se ha despedido en un emotivo acto con presencia de las categorías inferiores rojiblancas.

De Marcos, emocionado en su despedida./Athletic Club
De Marcos, emocionado en su despedida. Athletic Club
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Óscar de Marcos ha dicho adiós, poniendo fin a 16 temporadas defendiendo la camiseta rojiblanca y 17 campañas como profesional, sumando la de su debut con el Alavés en Segunda División, antes de que el Athletic Club abonase su cláusula de 360.000 euros. Nunca fueron mejor invertidos. Ha quedado demostrado esta mañana en Lezama, donde el conjunto rojiblanco ha organizado un acto humilde, pero repleto de simbolismo, como es el propio De Marcos. En Lezama y no en San Mamés. Recibido por un pasillo formado por todos los trabajadores. Junto al arco de la Vieja Catedral, que representa la historia rojiblanca. También junto a muchos de los jugadores de las categorías inferiores. Porque aunque no sea canterano, sí es el mejor espejo en el que puede mirarse cualquier niño que sueñe con defender este escudo.

El pasillo con el que fue recibido De Marcos.RELEVO

Nervioso, el capitán prefirió leer un texto que pensó durante semanas y que volcó sobre un papel en el hotel, previo a jugar ante el Valencia. Un texto cargado también de simbolismo. "Aquí encontré mi lugar. Me acogieron como uno más, como a un hijo. Y con el tiempo sentí que pertenecía a este lugar", iniciaba. "Lezama ha sido mucho más que un campo de entrenamiento. Era empezar cada mañana con un propósito, una ilusión. Y San Mamés, San Mamés ha sido mi templo. Allí encontré abrigo, paciencia, cariño. Allí la afición me hizo sentir que estaba exactamente donde tenía que estar. Hoy me despido, sí, pero no me voy de todo", continuaba con su texto.

"Cuando uno ha vivido con tanto amor, deja raíces. Aunque el cuerpo se marche, una parte de mí veces se quedará para siempre. Estos días, con lo que sucedió en Old Trafford, he podido responder a la pregunta de ¿qué es para ti el Athletic? Cuando todo parece decepción, siempre encuentro enseñanza. Para mí el Athletic no es solo un nombre, no es solo un club, es la punta de un iceberg del que lo más grande es lo que no se ve. Para muchos es fútbol, para mí es familia. Es la lealtad de un pueblo, la fidelidad que no negocia, el compañerismo. Está el ponerse siempre al servicio del grupo, caminar juntos".

Entonces llegó el momento más emotivo, notablemente emocionado. "Cuando pienso en mis hijos no quiero que aprendan a amar un club, quiero que aprendan a vivir como se vive en el Athletic. No con la mirada puesta en la victoria, sino en la forma de recorrer la historia. No quiero solo enseñarles un escudo, quiero enseñarles un modo de estar en el mundo. El Athletic no es una camiseta ni una bandera al viento, es ser fiel, ser justo, ser honesto, aunque nadie te esté viendo".

Referente para todos

Le han acompañado también exjugadores y compañeros, familiares venidos desde Laguardia, amigos de Bilbao y de su pueblo, sus padres, Pedro Antonio y Elvira, sus hermanos y, por supuesto, su mujer y sus tres hijos. Todos ellos, la razón principal de que haya decidido colgar las botas a los 36 años pese a ser titular indiscutible y estar a las puertas de la Champions League. Lo ha explicado él mismo. Se va tranquilo y ahora tendrá tiempo para disfrutar de los suyos, sin pensar en qué vendrá, aunque sea inevitable la pregunta. Externa e interna: ¿Y ahora, qué?

El vértigo, aunque sea una decisión muy madurada y que ha rondado su cabeza en las últimas tres temporadas, siempre está. Lo siente él también, antes de que este domingo dispute su último partido como profesional ante el Barça, mismo rival ante el que jugó -y marcó- su primer encuentro en San Mamés. Se va una leyenda futbolística y humana. Una parte del escudo rojiblanco. Un referente para las nuevas generaciones y para la actual plantilla, que le ha respetado siempre como una de las voces más autorizadas que han existido en ese vestuario. Así lo dicen todos.

Ha habido lágrimas, sobre todo al hablar de su hermano, su madre y su padre. "Pensaba que no iba a llorar, pero soy un flojo", bromeó. Incontrolables para muchos de los presentes, pese a que todos sepan que él está más feliz que nunca. Orgulloso de su decisión y de su pasado. Pleno. Imposible no estarlo sintiendo el cariño de toda una ciudad y una entidad tan histórica. No hay nada con lo que hubiese soñado que no haya conseguido, pese a quedarse a las puertas de su segunda final de la Europa League. Esa espina, cuentan, no le duele porque lo que sintió en Old Trafford, en una exhibición de amor a los colores por parte de la afición, le dejó tranquilo con lo hecho. Y ese siempre ha sido el premio que ha perseguido, por encima de los títulos.

Precisamente por eso es tan querido, anteponiendo la gloria deportiva en otros lugares a representar una manera de competir. Para él, un título en Bilbao, como el logrado el curso pasado en Sevilla con la Copa del Rey, vale por muchos más en cualquier otra entidad que no siente como esta. Pese a todo, no se siente leyenda: "Yo me considero un chaval de Laguardia que ha subido escalones poco a poco. Siempre aprendiendo, asumiendo el rol que me tocaba. No me considero una leyenda. Me considero una persona normal y disponible para el que lo necesite".

Muchas leyendas presentes

Lezama ha acogido hoy a muchas leyendas rojiblancas, que no quisieron perderse el adiós del capitán. Cómo no, José Ángel Iribar, el único futbolista en toda la historia que puede decir que tiene más partidos que De Marcos. Pero también los capitanes que tuvo durante su carrera, como Joseba Etxeberria, Carlos Gurpegui, Gorka Iraizoz o su buen amigo Markel Susaeta. Otros, como Andoni Iraola o Iker Muniain no pudieron estar por sus compromisos profesional, pero le hicieron llegar su cariño.

También hubo sorpresas, incluso para él. Dani García, uno de sus mejores amigos en estos últimos años, apareció en Lezama llegado directamente desde Atenas, donde ha conseguido este año dos títulos a las órdenes de José Luis Mendilibar. No dudó en viajar a Bilbao para acompañarle hoy y este domingo, cuando se realice el homenaje en San Mamés. Muchos otros compañeros también estuvieron presentes, con Balenziaga y Beñat Etxebarría destacando por la gran relación que mantienen. 

Todos ellos reunidos formando la familia que significa para él el Athletic.