CELTA DE VIGO

Marco Garcés se gana el aplauso del Celta por sus fichajes y el club saca pecho por su llegada tras cesar a Luis Campos

Marcos Alonso, Ilaix Moriba y Borja Iglesias, los tres nuevos, están rindiendo por encima de lo esperado.

Marco Garcés con Ilaix Moriba. /RC CELTA
Marco Garcés con Ilaix Moriba. RC CELTA
Óscar Méndez

Óscar Méndez

Hace ahora once meses, el Celta decidió darle la vuelta a su modelo deportivo, uno que apenas llevaba año y medio en el club pero que ya lucía desgastado. Carlos Mouriño y Antonio Chaves, presidente y director general de la entidad, se habían marchado en verano, y Luis Campos, director deportivo, no se entendía con Marian Mouriño, la nueva presidenta. Y ella quiso tener a su lado a una persona mucho más cercana y que estuviera en el día a día del club, algo que Campos no solo no podía prometer, sino que nunca se acercó a hacerlo mientras sí viajaba con mucha más frecuencia a París para estar presente en los partidos del PSG pese a que el cargo era el mismo.

Las distintas visiones en el aspecto deportivo obligaron a que Marian cesara al afamado director deportivo portugués pocos días antes de Navidad para, 72 horas después, anunciar la llegada de Marco Garcés. El mexicano apenas tenía nombre en España, pero la familia Mouriño sí lo conocía a la perfección por su labor en México. Llegó con el mercado de invierno a la vuelta de la esquina y ahí consiguió cerrar las llegadas de Manquillo, Jailson y Allende. Los dos primeros han tenido presencia habitual en el equipo, mientras que el argentino puede considerarse su gran lunar, aunque en su defensa conviene señalar que el volante sudamericano llegó con el aval de Rafa Benítez, que salió del club apenas dos meses después.

Su examen, eso sí, iba a llegar en verano. El Celta tenía un excedente de futbolistas en plantilla y había que cerrar numerosas bajas. Prácticamente logró que salieran casi una quincena de jugadores. No le tembló el pulso para rechazar la negociación para renovar a Tapia cuando conoció las cantidades que exigían sus representantes. El club iba a firmar a pocos jugadores y convenía acertar con ellos.

Llegaron Borja Iglesias, Ilaix Moriba y Marcos Alonso. Los tres, venidos a menos en cuanto a rendimiento en los últimos años. Eran una apuesta arriesgada que, por ahora, ha salido bien. El primero de ellos ya ha anotado cuatro tantos en Liga y se reparte la titularidad con Douvikas. El centrocampista ha ido de menos a más y, cuando está disponible, suele ser de la partida para Claudio Giráldez, que valora su despliegue físico y calidad. El central es un fijo para el técnico, casi tanto como Iago Aspas.

Las dudas con las que llegaron los tres han quedado disipadas. En el club están más que satisfechos con su rendimiento y valoran el trabajo hecho por Marco Garcés en sus contrataciones. La apuesta ha salido muy bien. En las oficinas aplauden la labor del mexicano, al que ven como un "hombre de club" que, además, ha llegado en un momento algo complicado en lo económico.

Nadie en A Sede esconde que prescindir de Luis Campos y apostar por el mexicano ha sido uno de los grandes aciertos de la nueva etapa iniciada por Marian Mouriño. Además del rendimiento que han ofrecido todos los fichajes a excepción de Allende, en Vigo también destacan su implicación a todos los niveles, incluso con el equipo femenino de As Celtas. Garcés tiene ahora trabajo de cara al mercado de invierno, aunque sus esfuerzos se centrarán más en cerrar en alguna salida.