GIRONA 0 - REAL MADRID 3

Cuatro días después del 'Voy a demostrar quién soy yo", Mbappé marca un gol que recuerda al jugador que fue

El delantero francés, que corre y lo intenta y falla mucho, encontró un buen gol que sí recordó al delantero que solía ser.

Kylian Mbappé, en Girona. /EFE
Kylian Mbappé, en Girona. EFE
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

La confianza que se ha marchado no llega de repente un día, así que cualquier paso puede ser el inicio de una remontada. Kylian Mbappé no hizo un gran partido, tuvo una primera parte gris, en la línea de lo que viene siendo en su tiempo en el Real Madrid, pero en la segunda, cuando su equipo dio un paso adelante y se impuso de verdad al Girona, dejó ver algunos brotes verdes.

¿Muchos? No, muchos no, moderado todo, como ese enfermo que de repente da un análisis algo mejor. No da para desatar la euforia blanca, pero quizá sí para comprar un poco de confianza en un jugador que cada vez más se encuentra el ceño fruncido de sus propios aficionados, que no ven en él el jugador que les habían vendido.

Viene de días muy duros, de un partido terrible en Bilbao, donde falló su segundo penalti consecutivo tirándolo flojo, regalándoselo al portero. En esa lavadora de ruido en la que está metido el jugador fue, quizá, el momento más bajo. Por eso, después del partido, se comprometió con los aficionados y advirtió: "Un momento difícil pero es el mejor momento para cambiar esta situación y demostrar quién soy yo".

Lo mejor fue el gol, por supuesto, porque en él sí que se vio el jugador que, en los dos últimos mundiales, se puso el fútbol por montera. Una zancada potente, zafarse del defensa con solo movimiento y, quizá lo mejor de todo, conectar un remate que era realmente complicado, en una posición muy esquinada. El golpe seco sorprendió a Gazzaniga, una jugada que en un buen Mbappé debería ser casi rutinaria, pero en la versión que se ha visto estos meses no formaba parte de su repertorio.

"Ha sido un partido difícil, sabemos de la importancia del partido, ellos tienen mucha posesión pero empezarnos muy bien el partido, marcamos en el primer tiempo y en el segundo volvemos muy fuertes, metemos dos goles y tenemos el control del partido. ¿Mi gol? Es parte de mi trabajo de ayudar al equipo, jugar con personalidad y ayudar al equipo a ganar", manifestó al finalizar el encuentro, antes de elogiar a Bellingham, la locomotora del Madrid en Girona: "Increíble, un gran jugador, jugar aquí con jugadores de gran calidad es un placer, Jude ha hecho un gran partido, también Brahim y Arda, somos un equipo y muy felices por la victoria de hoy".

Nueve goles

Hay algo de ansiedad en los movimientos de Mbappé, se le ve inquieto, porque no parece que le falten las ganas de gustar. No es que no quiera, es que no está pudiendo. Es verdad, en todo esto, que se parte de una exigencia desmesurada, que es la que se debe tener con alguien que aspira a ser el mejor jugador del mundo. Eso hace que los nueve goles que lleva en Liga sepan a poco, aunque cualquiera sabe que es una cantidad importante, de hecho solo le superan en el Pichichi Lewandowski y Raphinha.

La vida de Mbappé ha cambiado mucho en estos meses, y es evidente que no ha encontrado la manera de dar en el césped lo que tiene dentro como futbolista. Más allá de la extraña, y un poco absurda, gestión de los penaltis, no es un jugador que se esconda. En los partidos tiene siempre opciones, persigue muchas pelotas y se entrega, pero no está siendo capaz de que las ganas se conviertan en resultado. De hecho sus estadísticas avanzadas lo dejan claro, ha sido un jugador de mucho volumen y muy poco premio.

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Antes de ese gol, tuvo de todo. Una amarilla al filo del descanso por una protesta y una mano algo estrambótica que, para algunos, pudo dejarle en fuera. No parece que quiera darle con el brazo tanto como quitarse del medio a su defensor cuerpeando, por esas mismas el balón le termina dando en el antebrazo y generando una situación rara, pues el delantero francés siguió con la bola hasta que se puso delante de la portería y la tiró fuera. Tampoco llegó con mucha confianza, era consciente que en ningún caso ese gol se podía conceder.

Este domingo concederá una entrevista en Francia que, se supone, tiene que ser importante. Saber qué pasa por la cabeza del crack puede ayudar a entender qué está pasando todos estos meses. Mientras tanto, y en su irregularidad, todo lo que sea avanzar es algo a lo que puede aferrarse el madridismo. Si la actividad se convierte en goles, en buenos goles de hecho, quizá no reaparezca todavía el crack, pero sí un jugador que sume más que reste.