Jesús Mari Zamora llega a los 70 años y concede una de sus últimas entrevistas: "Tengo mucho menos dinero del que podía tener, pero me quiere muchísima más gente"
El autor del gol más importante en la historia de la Real Sociedad repasa en Relevo su carrera deportiva.

Ha hecho un paréntesis en su temporada de esquí para conceder a Relevo, según palabras propias, una de sus últimas entrevistas. No le gustan demasiado. Jesús Mari Zamora (Errenteria, 1955) es leyenda vida de la Real Sociedad. Él forma parte de la mejor generación de futbolistas salida de la institución blanquiazul. No solo eso, él fue causante, con su gol en El Molinón, de que la historia de la Real Sociedad cambiara para siempre.
Recién cumplidos los 70 años, el histórico '10' echa la vista atrás en tiempo para recordar una época inolvidable en la que el sentimiento de pertenencia a un equipo fue la clave para explicar el éxito conseguido. Él renunció a una oferta mareante del FC Barcelona para seguir defendiendo los colores de la Real Sociedad. "Te puedo decir que me solucionaba la vida", reconoce esbozando una amplia sonrisa.
¿Qué le diría el Zamora de 70 años al Zamora jugador?
Joder. Es una pregunta difícil de contestar. Pues disfrutar del día a día y que no hay más futuro que el presente, cada momento que pasa. Y disfrutar del día a día, desde todas las facetas, que igual, cuando tienes trabajos tan absorbentes como el que nos tocó a nosotros vivir durante muchos años, es lo que más descuidas. Eso nos absorbía tanto que dejabas un poquito de lado la familia, los amigos... Solamente le diría eso, intentar equilibrarlo un poquito más.
¿Es difícil no pensar en el futuro a largo plazo?
Sí, no es fácil, aunque yo siempre tenía, no sé por qué, por la educación que antes teníamos, o que yo era así, un poco presente el después. No sé si es bueno o no es tan bueno, porque muchas veces lo que estás viviendo igual no sabes apreciarlo bien o no lo vives como tienes que vivirlo. Pero sí es verdad que siempre he tenido esa sensación de y después qué, pero bueno no me ha ido mal tampoco pensando así.
Para los jugadores de tu generación, ¿fue difícil abstraerse de todo lo que les rodeaba? ¿Llegaron a disfrutar del fútbol?
Sí, sí que disfrutamos del momento. Vivimos situaciones muy complicadas en los años 70, 80 y 90. Era muy duro porque nosotros éramos personajes, entre comillas, públicos, y de alguna manera estabas ahí, expuesto y abstraerse no era fácil. Quizá yo estaba metido demasiado en el fútbol y lo otro, lo dejaba siempre un poco aparte. pero sí, con el tema de la violencia que había, era muy duro.

¿Fue especialmente duro para vosotros por ser jugadores de la Real Sociedad?
Nosotros, en algún momento, por el tema del Mundial por ejemplo, tuvimos escoltas. Tampoco nos comunicaron o nos dijeron por qué, pero lo vivimos como todo el mundo, con esa dificultad añadida de lo que pasaba y claro, de los enfrentamientos que había. Es un tema en el que, después de tantos años, no quiero entrar.
¿Qué significaba para Jesús Mari Zamora ser, en aquella época, jugador de la Real?
Yo, en esta pregunta, haría un inciso, que es que yo jugaba en el Don Bosco. Es verdad que la Real siempre me quiso fichar desde que tenía 12, 13 años y jugaba en la playa, pero bueno, yo estaba muy bien en el equipo del colegio. Teníamos un grupo muy bueno. Y no teníamos mucho conocimiento, yo menos, de lo que era la Real, un equipo que había estado en Segunda. Cuando yo ficho, ya con 17 años, ya estaba en Primera. En aquella época en televisión solo había dos canales, no había más y siempre echaban a los, en teoría, grandes, y solo los domingos. Entonces yo no tenía mucho conocimiento. Empecé un poco a conocer cuando empezaron a tocarme con 12, 13, 14 años y nos regalaban entradas para ir a Atotxa y bueno, a algunos partidos fui, pero sobre todo tuve conocimiento de lo que era la Real cuando llego al primer equipo. Ahí sí empiezo a conocer, a través de los veteranos, lo que es la Real Sociedad.
¿Cómo recuerdas ese paso del Sanse al primer equipo?
Yo estaba en el Sanse y la verdad es que estaba jugando muy bien. Habrá habido pocos momentos mejores en mi carrera futbolística jugando a fútbol como cuando estaba jugando en el filial. Teníamos un delegado, Iñaki Sarriegi, que falleció hace unos años, y teníamos muy buena relación con él. Fue, precisamente él, el que comenzó a decirme que igual subía, pero yo estaba a o mío, jugando. A mitad de temporada, un 16 de febrero de 1975, debuté en Málaga y todo sucedió muy rápido. Me llamaron del club para ir el martes a entrenar a Atotxa. Estaba Andoni Elizondo de entrenador y me dijo: 'Jesús, vas a hacer ficha, ya empiezas a entrenar y el domingo vas a jugar en Málaga'. Así fue todo, muy rápido, más rápido imposible.

¿Te costó asimilar lo que te estaba pasando?
Después de tantos años, qué puedo decir. Yo, futbolísticamente hablando, creo que estaba preparado porque, como te he dicho antes, estaba jugando a un nivel muy alto. Salvando las diferencias que puede haber entre la Primera División y una Tercera muy fuerte, pocas veces jugué tan bien. La presión no es la misma, pero estaba jugando a ese nivel. Desde ese punto de vista no tuvo una importancia mayor en cuanto a una presión añadida o algo así. Sí desde el punto de vista emocional, lo que suponía un vestuario de primer equipo y un vestuario de la Real Sociedad, ya que había muchos veteranos y empezábamos a llegar los más jóvenes con una diferencia de muchos años, igual de 10 y 12 años. Sí, emocionalmente hay un cambio, más que deportivo. Emocionalmente sí, porque empiezas a sentir realmente en tu interior lo que significa la Real Sociedad, pero sobre todo el primer equipo. Cómo ellos, los veteranos, viven, cómo transmiten esa vivencia a nosotros que estábamos llegando poco a poco.
¿Asustaba ese vestuario?
Imponía, sí. Asustar no es la palabra, pero sí imponía. Llegas con 19, 20 años y la gente tenía 32 y 34.
¿Quién era el futbolista qué más te imponía?
Todos, pero el capitán era Jose Mari Martínez. Se veía que era el capitán. Estaban Gorriti, Gaztelu, Urreisti… Estaba ya ahí Inaxio Kortabarria. Me dejo muchos jugadores, pero eran los que llevaban la voz cantante, sobre todo el capitán. Había mucha exigencia. Ellos tenían mucha exigencia consigo mismos y lo que representaban. Ese sentido de pertenencia que tenían.
¿Guardas el recuerdo de algún mensaje especial que te hicieron llegar?
Sí, del partido de Málaga cuando debuté que, por cierto, perdimos 2-0. Se lesionó 'Pela' Arzak. Fue su último partido y entró y debutó Elkoro. Me acuerdo de la arenga aguerrida que se produjo antes del partido, me impactó mucho.
Tras ese debut, ¿pensabas que todo se iba a desarrollar como luego sucedió? ¿pensabais que estabais en el inicio de algo grande?
No, para nada. Cuando yo llego, ya había algunos compañeros en el primer equipo. Estaban Satrústegui, Idígoras, Arconada... Satrus era el que jugaba algo más. Y no, para nada. Faltaba un camino que recorrer para hacer el equipo definitivo. Además, yo llegué con Elizondo, justo antes de la época de Iriondo, una época muy buena donde la Real Sociedad empieza a cambiar su fútbol por uno más vistoso. Está Andoni, luego viene Irulegui y luego es cuando ya entran Alberto Ormaetxea y Boronat. Y para nada. Era un poco como una transición que teníamos que hacer, pero tú sabes que las transiciones nunca sabes cómo se van a producir. Supongo que el club, la Junta Directiva y los entrenadores tendrían un poco la idea de cómo hacer esa transición y con quiénes, pero para nada estábamos pensando en nada de eso. Primero era llegar y asentarnos, y a partir de asentarnos, ver qué venía. Pero incluso antes de asentarnos, yo, la idea que tenía cuando llegué al primer equipo, era desarrollar las capacidades que tenía, sobre todo físicamente, en beneficio del equipo para ayudar a la gente ya más veterana. Mi idea era esa, la de ayudar. No era la de imponerme con mi juego, con la calidad que tenía o el talento que tenía, sino era ayudar más al equipo.
"La idea que tenía cuando llegué al primer equipo, era desarrollar las capacidades que tenía, sobre todo físicamente, en beneficio del equipo. Mi idea era esa, la de ayudar. No era la de imponerme con mi juego, con la calidad o el talento que tenía"
Leyenda de la Real Sociedad¿Qué significa ahora formar parte de la mejor generación de la historia de la Real Sociedad?
Te lo puedo preguntar a ti o a cualquier aficionado que me diga, seguro que acertamos, seguro que decimos lo mismo. Yo creo que es lo más grande que ha habido, pero vamos, lo más grande para nosotros y lo más grande para la historia del club. Yo siempre digo y no es por vanidad, es un hecho relevante que todo el mundo lo puede comentar, que en la Real Sociedad hay una antes y un después de eso. El antes es ese equipo sube y baja, pero con esos veteranos que nosotros conocimos, afortunadamente además. Siempre lo digo, yo particularmente, debo mucho a todos estos veteranos. Me enseñaron a conocer lo que es el club, me enseñaron el sacrificio, la entrega, la lucha, el trabajo, el sentido de pertenencia. Eso, si no te lo transmiten así y lo vives, es muy difícil. Ellos son los que consolidan a ese equipos ascensor en Primera porque con ellos también vamos a Europa la primera vez. Ese es el antes y el después es con nosotros, cuando conseguimos lo inimaginable, incluso para nosotros mismos. Tampoco podíamos pensar eso, ni nadie pensaba. Pero yo creo que hay un camino que produce todo eso. Es tan grande porque encima todos éramos de aquí. Eso ya es imposible hacerlo, por lo tanto, por eso creo que es tan grande.
¿Cuál fue la clave en ese camino?
La unidad, pero una unidad que tienes que trabajarla. El sentido de pertenencia y que el club, el equipo y los logros están por encima de las individualidades es lo que ayudó a conseguir aquello tan importante. Si te das cuenta, en aquellos tiempos, la prensa no definía, normalmente, a los jugadores. No destacaba a unos jugadores respecto a otros del equipo. Si hablabas más de unos cuantos era porque estaban en la Selección y estabas obligado, pero no se hablaba tanto individualmente porque sí de este o de aquel. La diferencia era porque tú lo manifestabas en el terreno de juego y porque estabas en la Selección, pero no tanto desde la prensa. Es algo que ahora se hace mucho y, en mi opinión, no es conveniente.
"En aquel equipo había jugadores muy importantes, que aun no siendo tan importantes porque no estaban en la Selección, no dejaban de serlo. Todo el mundo, dentro del equipo, sabía cuál era su papel y la importancia que tenía en ese equipo"
Leyenda de la Real SociedadEn aquel equipo había jugadores muy importantes, que aun no siendo tan importantes porque no estaban en la Selección, no dejaban de serlo. Esas cosas también ayudan mucho para las cosas que hicimos. Todo el mundo, dentro del equipo, sabía cuál era su papel y la importancia que tenía en ese equipo. Ahí había un gran respeto entre todos nosotros. Hombre, como pasa en todos los grupos tenías desavenencias o cuestiones más personales, pero todo el mundo sabía la importancia que tenía porque importantes no éramos individualmente, sino lo importante éramos como equipo, como unidad, porque ese sentido de pertenencia que nosotros teníamos era más importante que la individualidad de cada uno.
¿Era una familia ese vestuario?
No, no voy a decir que era una familia. No. Incluso te diría que tampoco amigos, por momentos. En otros sí, pero porque es normal. Todas las familias, todos los grupos, todos los equipos, pasan por situaciones de tensión, de estrés. Cada uno lo lleva como puede y, en ocasiones, hay enfados. Pero el tener claro como teníamos que lo importante era la Real Sociedad y no tanto nosotros individualmente, fue una de las bases en las que se sustentó lo que luego conseguimos. También es verdad que muchas veces, desde el entorno, no se ha entendido, no se ha comprendido lo que nosotros hicimos. Nosotros sí entendimos que el sentido de pertenencia y el sentido de club que nos inculcaron nos ayudan a ser mejores. Tampoco se ha entendido desde el otro lado lo que nosotros hemos dejado de ser individualmente para centrarnos en el colectivo.
"No éramos una familia. Incluso te diría que, por momentos, tampoco amigos. Había gente muy importante, deportivamente hablando, y todos con muchísima personalidad y con los criterios claros"
Leyenda de la Real Sociedad¿Había mucho gallo en esa caseta?
No. Había gente muy importante, deportivamente hablando, había gente, te diría que todos, con muchísima personalidad, con los criterios claros, con las ideas claras, éramos jóvenes, pero con una madurez, pro lo menos en el aspecto deportivo, muy importante, y en el aspecto personal como cualquier otro joven. No éramos diferentes. Yo no les llamaría 'gallos', les llamaría personalidades diferentes, liderazgos diferentes compartidos que quizá nosotros lo compartíamos, pero desde fuera no se veía así.
La leyenda dice que había dos bandos en ese vestuario. El liderado por Luis Arconada y el liderado por Jesús Mari Zamora. ¿Qué hay de cierto?
(Risas) En absoluto. Es la primera vez que oigo eso. Para nada. No había dos bandos. La Real era un equipo de mucha personalidad individualmente, pero no había dos bandos. Sí había personalidades fuertes que podían chocar, pero no había dos bandos. De hecho, si hubiera habido eso, hubiera sido perjudicial. Y no hubiéramos conseguido lo que logramos. Sí que había diferencias, pero compatibles para saber que lo más importante era la Real Sociedad y no, nosotros. Lo estoy repitiendo muchas veces, pero fue muy importante para alargar, y no solo conseguir, la historia de la Real Sociedad. Flor de un día puede pasar, pero mantener años como mantuvimos y conseguir cuatro títulos, no se hace porque sí. Se hace cuidando las cosas. Y lo de los bandos lo desmiento absolutamente. Te digo la verdad. Después de tantos años te podría decir, pero no fue así. Había personalidades diferentes, pero que eran compatibles.
¿Se ha perdido ese sentido de pertenencia del que habla?
Es algo que lo sientes o no sientes y de hecho, hay varios, entre ellos yo evidentemente, que no nos fuimos. Nosotros tenemos ese mérito de decir:: 'Yo, teniendo esa oportunidad me he quedado, y lo he hecho dejando de ganar mucho dinero y seguramente solucionando mi vida'. Eso es sentido pertenencia. Tú tienes la posibilidad de solucionar tu vida, o no, pero te quedas aquí, en vez de intentar solucionar tu vida. ¿Por qué me quedo yo aquí? Evidentemente me quedo por ese sentido de pertenencia, por esa inculcación de valores que hemos tenido de esos veteranos. Siempre digo que son los que nos han hecho sentir, te diría incluso emocionarnos, con todo lo que ha significado eso. Y eso se produce con una simbiosis enorme con la afición. Hay un detalle que no se suele decir pero para mí creo que está ahí y se ha dicho muchas veces, pero igual ha quedado un poco así. Y es que en aquellos años, sobre todo cuando estábamos llegando, porque no había la presión que tenías cuando empiezas con los títulos, el aficionado iba al campo sabiendo que íbamos a ganar, pero no solo iba a eso, iba también a ver el partido pensando en cuántos goles íbamos a meter. Eso es increíble. A mí me ha dicho mucha gente; 'Nosotros ya sabíamos que íbamos a ganar el partido. Pero íbamos también a ver cuántos goles ibais a meter'. ¿A quién le pasa eso? Entonces, esa simbiosis que teníamos con el público, con la afición, para nosotros era también algo emocionalmente muy fuerte que te implicaba muchas más cosas. Y si eso no hubiera habido no sería todo igual.
"A mí me ha dicho mucha gente; 'Nosotros ya sabíamos que íbamos a ganar el partido. Pero íbamos también a ver cuántos goles ibais a meter'. ¿A quién le pasa eso? Esa simbiosis que teníamos con la afición era algo emocionalmente muy fuerte"
Leyenda de la Real Sociedad.¿Fue difícil decir no a las ofertas mareantes?
Más que difícil, era una sensación un poco extraña. Mira lo que te digo. Cuando te pagan tanto dinero, dices: 'Voy a solucionar mi vida y encima tengo la opción de ganar cada año títulos'. Igual luego no ganas, pero posiblemente sí. Decir no, en cualquier profesión a lo máximo que puedes aspirar, no es que sea difícil pero lo que pasa es que ese sentido de pertenencia que yo tenía, hizo que no fuera tan difícil decir que no. ¿Por qué? Porque aquí teníamos todo, nuestra mentalidad también, más de aquí, de pueblo, familia, amigos, tu ambiente, eso también ha ayudado mucho, ¿no? Claro, luego piensas: 'Ya, pero esto me va a durar a mí, como mucho, diez años más, y luego me quedan muchos años de vida'. También piensas eso, pero son decisiones que tomas, y totalmente convencido de haber tomado esa decisión.
¿Cuánto llegó a ofrecerle el Barça?
(Risas) Solo te digo que para solucionar la vida sí, no te puedo decir más.
Hace unos días murió Arambarri, autor de uno de los goles más importantes en la historia de la Real Sociedad y que permitió el ascenso en Puertollano, pero si hablamos de goles históricos, el tuyo en El Molinón no tiene parangón. Echas la vista atrás y ¿puedes explicar con palabras esa sensación?
Es difícil explicar. Yo siempre digo que todo y nada. Es una situación en la que tampoco había pensado yo, que va. Creo que éramos tan humildes en ese sentido que nos daba igual quién metiera el gol, lo importante era ser campeones con la Real Sociedad. Daba igual que si Luis, si había un penalti lo paraba él, o que Satrus o Roberto o Alonso o Diego o yo marcáramos. Yo nunca he tenido esos pensamientos. Yo solo he pensado en el equipo, en el conjunto, en la Real Sociedad, Yo la Real Sociedad considero que es el aficionado. Es el que mantiene el espíritu, toda esta historia, toda esta situación. Las diversas directivas, los diversos empleados que pasamos somos circunstanciales por un motivo. Los que siempre están ahí son los aficionados. El abuelo, el padre, el hijo, el nieto, el que sea. Yo creo que nosotros hemos sido tan grandes porque hemos tenido la humildad de darle la importancia al que en un momento dado es necesario para ser campeones. Yo creo que eso es otro gran valor que tenía aquel equipo y que nos habían transmitido, que lo importante era el equipo, el conjunto, no era la individualidad. Todo se ponía al servicio del equipo y yo creo que eso es lo que se ha valorado mucho por la afición.
Dígame la verdad, ¿pensaban que les iba a pasar otra vez lo de la temporada anterior, que iban a perder la Liga en el último instante?
Futbolísticamente hablando, las mejores temporadas fueron las anteriores, incluso las de UEFA, con cuartos y quintos puestos. Pero también es verdad que no teníamos esa presión, que luego supimos lo que es tener presión realmente. Y ese año en el que la Liga se nos fue... Bueno, yo digo siempre que se nos fue porque la perdimos relativamente. Porque la verdad es que los arbitrajes que hubo fueron terribles. Yo creo que nos impidieron ganar, porque lo que pasó en el penúltimo partido... Primero, faltaba Roberto López Ufarte, un jugador fundamental para nosotros, y luego, sí es verdad que en ese partido, cuando empatamos, y teniendo un último partido en casa, que si lo ganábamos ya éramos campeones, sí nos pudo un poco la presión. Algunos queríamos ir para adelante, otros para atrás... Hubo un error y un acierto terrible de Bertoni. Pero ese es el año que nosotros teníamos que haber conseguido el campeonato. Si hubiera habido VAR, ganamos LaLiga con puntos de diferencia. Tampoco pensamos, una vez terminada esa Liga, que podíamos ganarla al año siguiente. ¿Cuál fue el planteamiento? Yo creo que, individualmente hablando, cada uno ejerció su aspecto emocional de una manera y el aspecto deportivo, de otra, y lo que hicimos fue seguir la misma línea que habíamos hecho hasta ahí. Y sin meternos esa presión inicial, creo que fue muy bien. Después si apareció la presión, pero ya teníamos un bagaje como para soportar y poder pelear con esa situación, pero no fue nada fácil. Fue duro. Dependías de ti, pero todo se puso en contra y sabíamos que el Real Madrid no falla nunca. Tiene esa mentalidad y están acostumbrados. Nosotros no lo estábamos, pero ya teníamos un bagaje y ahí sí supimos estar a la altura, y muy bien además. Tenía que salir. La historia nos debía eso.
¿Os sentisteis dioses?
No. Todos tenemos ese ego y nos sentíamos muy importantes. Es así, no vamos a decir que no. Todo el mundo, en esa situación, se sentiría importante. Pero importante desde el punto de vista no de una vanidad arrogante, sino desde un punto de vista de decir: 'Coño, lo hemos conseguido después de lo que nos pasó el año pasado'. Después de cómo se nos escapó, al año siguiente, otra vez contra el Real Madrid, fuimos capaces de conseguirlo. Desde ese punto de vista, no nos considerábamos ni dioses ni nada parecido. Lo que hicimos nos lo debíamos a nosotros mismos y a la afición. Conseguir ese título, un club como el nuestro, pequeño, ante los grandes, eso es... y de hecho, así se constató en todo el país. Si el título lo hubiese ganado el Madrid … Allí no se escribió mucho sobre eso, pero siempre ha sido así. Es una pena porque no te dan lo que te mereces, pero nosotros, internamente, nos quedamos totalmente satisfechos porque había 10.000 personas en Gijón y todas las calles de aquí se quedaron vacías. Cuando luego después ves los vídeos y observas cómo estaba todo, te preguntas: '¿Que hay mejor que esto?'
¿O sentisteis ninguneados?
No le dimos mucha importancia a eso. Nosotros ya sabíamos lo que había porque ya estábamos en la Selección y conocíamos cómo eran las cosas. Con la selección, incluso, la prensa nos quiso enfrentar con Juanito o con el otro y resulta que nosotros nos reíamos porque nos llevábamos muy bien y no había nada de lo que se decía. A nosotros lo que nos importaba era nuestra afición. Nuestra afición era campeona en un años duros y creo que eso fue, en cierta manera, un bálsamo, pasajero, pero fue un bálsamo en ese momento y eso es lo que más nos importaba, que nuestra afición fuera campeona con nosotros.
¿Era tan difícil jugar en aquella época en el Santiago Bernabéu?
Era difícil en todos los campos porque nos llamaban de todo. Quizá a raíz de eso, del título, la cosa se calmó un poco porque a la gente le gusta mucho eso del grande contra el pequeño y encima si le ganas, más. Cambió un poquito. Pero era duro porque había mucha falta de respeto y la verdad es que nos llamaban de todo.
"Era difícil jugar en todos los campos porque nos llamaban de todo. Quizá a raíz del título, la cosa se calmó un poco, pero era duro porque había mucha falta de respeto y la verdad es que nos llamaban de todo"
Leyenda de la Real SociedadAtotxa vivió grandes momentos, pero pocos como el día en el que tanto usted como Luis Arconada dijeron adiós al fútbol, con una vuelta de honor inolvidable…
¿Qué te voy a decir? No lo sé. Fíjate si hubiéramos tenido un Anoeta con 40.000 personas o más. Sí entiendo que para el aficionado sería un momento impactante que tanto Luis como yo, en ese momento, nos retiramos los dos juntos con toda la historia que llevábamos detrás.
¿Es consciente de que muchos aficionados al fútbol se hicieron de la Real Sociedad gracias a futbolistas como tú?
Sí. Es difícil hablar de esto. Han pasado 30 años y es evidente que la gente nos sigue parando. Nos piden fotos, autógrafos… La última vez fue el otro día, viniendo de Jaca. Estaba echando gasolina y me dijeron a ver si me podía hacer una foto. Cuando vas fuera te conoce la gente. Mucha gente de fuera es de la Real es por nuestra generación. Es normal. Cuando el pequeño se come al grande… Eso fue impactante para el aficionado al fútbol español. Es una de las cosas que, a mí, particularmente, me dice que acerté al quedarme en la Real. ¿Qué hay mejor que el cariño, por ejemplo, de tu pareja, de tu familia, de tus amigos, y, como tú dices, de los aficionados? ¿qué hay mejor que eso? ¿dinero? Te soluciona muchas cosas, pero puedes tener mucho dinero y no te quiere nadie. Tengo la sensación de que tengo mucho menos dinero, pero me quiere muchísima gente. Y yo también les quiero a ellos.

Cuando estás con los aficionados ves cómo se emocionan y te agradecen. Yo, ya no sé si es por la edad o porqué, porque soy bastante pasional y emocional, pero yo les digo a ellos: 'No, si nosotros estamos más emocionados que vosotros'. Se quedan un poco así, pero es la verdad. Es un sentimiento recíproco. Así lo siento. Eso no tiene precio. Salvando las diferencias, con tu familia, con tus padres, tu mujer, tus hijos, que es otro nivel, cada uno lo vive como lo vive y si la gente lo vive así, pues adelante. Estoy superagradecido de que lo vivan así. Y a mí me emociona y estoy emocionado. Hace poco estuvimos con el equipo en Pilzen, celebrando los 50 años de la Real en Europa. El club se portó muy bien, nos lo merecíamos, lo pasamos muy bien y fue muy emocionante estar con la afición. Fue increíble. Había gente joven, incluso de mi pueblo, de Errenteria, que no me han visto jugar ni por asomo, pero si solo les dices los nombres, ya está. Te recuerdan. Yo eso lo vivo como si estuviera jugando a fútbol todavía, Es verdad.
¿Te sientes reconocido?
Sí, creo que sí. Creo que se tenían que haber hecho muchas más cosas y lo digo desde la humildad, desde el sentimiento de pertenencia a la Real Sociedad y lo digo sin críticas. Es una aseveración que hago. Yo creo que se deberían haber hecho muchas más cosas y todavía se está a tiempo para hacerlas. Pero no solo con nuestra época, con algunas otras épocas también. Ya sé que ahora el fútbol se ha hecho un negocio tan grande en el que hay que estar arriba porque, si no, el dinero no te entra, pero igual tenemos que buscar un cierto equilibrio entre el dinero y aumentar ese sentimiento de pertenencia haciendo cosas y que la gente, el aficionado joven, los chavales que empiezan a llegar al club, conozcan realmente la historia del club. Porque sin historia no hay futuro. Todavía hay cosas ahí que se pueden hacer mejor.
¿Qué supuso para alguien como Zamora que tres jugadores como Bakero, Txiki o Luis Mari López Rekarte se fueran de la Real?
Una decepción. Supuso el fin de la filosofía de la Real Sociedad porque al poco se comenzó a fichar a jugadores extranjeros. Nos dolió a jugadores como Luis Arconada o como yo, que habíamos dicho no a ofertas para dar validez a ese sentimiento de pertenencia tan importante. Yo creo que el club estaba en un momento en el que necesitaba una inyección económica. Espero que fuera así, porque si no, no lo entendería esa decisión. Sí que dolió y supuso una decepción.
¿Jugadores como Zamora, López Ufarte, Satrústegui o Arconada tendrían sitio en el fútbol de hoy día? ¿qué le parece el debate?
Comparar circunstancias, momentos con una diferencia de muchos años es muy difícil. Es imposible por diversos motivos que son muy concluyentes. Primero, la diferencia de años, las circunstancias que confieren en cada momento muy distintas en cuanto a medios, tecnologías y demás. En nuestro caso, que todo el mundo era de la cantera, de casa y cuando vinieron los extranjeros y jugadores del resto del Estado ya cambia todo. Es un debate innecesario, inadecuado que, simplemente, busca la noticia. Está bien que en cada momento, en cada generación y en cada circunstancia, se valore desde ahí. Los jugadores buenos lo fueron antes y lo son ahora. Yo creo que podrían jugar tanto ahora como antes
¿Disfrutas del fútbol?
Si vas a ver el fútbol desde el punto de vista táctico, como entrenador, como jugador que quiere ver un poco las cosas, es bonito. Desde el punto de vista emocional, porque yo entiendo que el deporte o la vida hay que vivirla con pasión, y yo el fútbol lo he vivido con pasión, entonces, si lo ves desde ese punto de vista, me gusta un poco menos ya. Disfrutas, bueno, a veces sí, a veces no, pero quizás disfrutaba algo más antes.