CD LEGANÉS 3 - REAL VALLADOLID 0

El Leganés demuestra que es de Primera División el día de su descenso más cruel

El equipo madrileño goleó, dio un espectáculo e hizo los deberes, pero el triunfo del Espanyol los sentenció al decenso a Segunda División.

Cissé celebra su tanto. LALIGA
Jonathan Ramos

Jonathan Ramos

En un día en el que se han despedido del Real Madrid Luka Modric, Carlo Ancelotti y Lucas Vázquez, la verdadera emoción en el fútbol de la capital ha estado a unos 17 kilómetros del Santiago Bernabéu, en el Estadio Municipal de Butarque. Los pepineros empezaron el partido con el nervio de aquel que conoce su destino, al menos todo aquel que estaba en su mano.

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Al Leganés solo le valía ganar este partido y esperar que el Espanyol pinchase contra Las Palmas. Pitido inicial y manos a la obra. Los de Borja Jiménez tuvieron colmillo desde el arranque, la afición se lo pidió. "A ti me encomiendo", rezaba la pancarta desplegada en el fondo del estadio. Ni cinco minutos y el Lega ya respondía. Diomande y Dani Raba generaron la primera ocasión de peligro, pero quedó en agua de borrajas.

El Lega avisó en la primera, pero la segunda no le hizo tanta gracia al Valladolid. De nuevo Dani Raba, esta vez por dentro. El centrocampista rompió su par y acercó el balón a la frontal, allí abrió a la banda para que Diomande acabase la jugada. Lo hizo, pero no vio portería por escasos centímetros. No sería hasta el minuto 20 que la afición pepinera se viese muy metida en el partido. En una triple ocasión sin salir del área de Karl Hein, Diomande parecía el protagonista de un rondo. Cada disparo acababa de nuevo en sus botas, y vuelta a empezar, pero sin llegar el gol.

Sería en el minuto 23 cuando llegó el éxtasis del Leganés. De nuevo, fue la banda izquierda del campo, en especial Diomande, que generó el espacio suficiente para dejar libre de marca a Javi Hernández. El futbolista golpeó seco, el balón tocó en un central del Pucela y en la segunda oportunidad pudo colarla por encima de Hein. Butarque era una caldera, no por los más de 30 grados sin un ápice de sombra, sino por sus gentes. "Sí se puede", exhalaban las cuatro gradas del campo. No había nivel que pudiese medir los nervios. Hasta se cantó un gol de la UD Las Palmas que nunca ocurrió.

La afición más cercana a la tribuna de prensa pedía explicaciones, pero no había respuestas. Alguien había vendido la piel del oso sin haberlo cazado. Por eso, fue mejor centrarse en lo que podían ver, lo que estaba pasando en el césped. En el terreno de Dani Raba, después de hacer caer varios defensores, el centrocampista logró encontrar a Munir, que pudo soltar el balón a Cissé antes de caerse. Este, con la pierna derecha, cambió el ángulo del disparo y la mandó al palo más alejado. Butarque volvió a estallar con este segundo tanto, pero la sala VOR rebajó la euforia. Munir estaba en posición antirreglamentaria cuando recibió el balón, justo antes de asistir al segundo tanto del partido. Por todo ello, el tanto no subió al marcado.

Diomande no se baja de Primera

Al Lega le daba igual, porque se veía jugando en Primera División. Los futbolistas volaban sobre el césped, ni se inmutaron tras al gol anulado a Cissé, porque Diomande devolvió la alegría con una jugada individual. El extremo volvió a romper a Candela para iniciar carrera hacia el área. En otro requiebro se generó el espacio suficiente para acabar la jugada en gol. Al palo largo y sin despeinarse, Diomande demostró que esel descubrimiento del Leganés este final de temporada y que está para ser titular indiscutible en Primera.

La afición todavía no se había sentado en su asiento cuando pudo celebrar el tercer tanto del Leganés. De nuevo, Diomande haciendo sufrir a Candela, que firmó uno de sus peores partidos en Primera. El extremo rompió al lateral, entró como un cuchillo al área chica y, al no tener espacio, optó por ceder el balón al segundo palo, donde apareció Juan Cruz como un avión para empalar un gol más que cantado. En otro chispazo más del futbolista que disputó toda la primera mitad de la temporada en el filial pepinero, el Lega sentenció el partido. Todavía no había llegado el descanso, pero lo que se veía en el césped era lo de menos, ahora lo que realmente importaba era lo que se escuchaba.

Y empezó el partido del transistor

La victoria se daba por sellada en Butarque y eso que quedaban 45 minutos. El Valladolid solo había tenido una jugada peligrosa y no parecía preparado para poder remontar un 3-0. Por todo ello, lo importante estaba ahora en Barcelona. La victoria del Lega no era lo único que contaba. El Espanyol tenía que pinchar, ya sea con empate o con derrota.

El silencio se hizo en el estadio, salvo en la grada de animación, donde nunca se dejó de animar. Cada vez aparecían más transistores y más teléfonos en las gradas, cualquier herramienta era óptima para enterarse del resultado del Espanyol - Las Palmas. Hasta se escucharon varios cánticos de "pio, pio". La embajada canaria de Madrid se había trasladado a Butarque.

Pasaron más de 20 minutos de la segunda mitad, pero no hubo nada reseñable. Quizás la sustitución de Diomande, que antes del descanso se fue al suelo debido a un mareo. Pero a eso del minuto 65 se hizo el silencio en el campo. La radio dictaba sentencia: el Espanyol tenía un penalti a favor. No falló Javi Puado, a pesar de la revisión de la pena máxima, se terminó ejecutando. Varios aficionados golpearon su propio asiento, mientras otros miraban indignados el partido desde su teléfono móvil.

Solo un cántico pudo levantar a todo el estadio: "Ahora más que nunca te quiero Leganés". Los jugadores intuían que el Espanyol no estaba pinchando, peor lo terminaron de confirmar en la última pausa de hidratación, cuando quedaban solo 20 minutos para saber si serían equipo de Segunda División o si se agarrarían a la élite del fútbol español. El partido entró en un estado de letargo, todo el estadio estaba empujando desde la distancia a Las Palmas y a su empate. Hasta volvieron a cantar un tanto de los canarios que nunca ocurrió. Esta vez toda la grada miró a las localidades de la prensa, no había gol. Es más, ni cinco minutos tardó el Espanyol en sentenciar el encuentro con el 2-0 tras el tanto de Pere Milla. Butarque se quedó roto, pero volverá. Siempre lo hace.

Ficha técnica

  • 3 - Leganés : Dmitrovic; Altimira, Jorge Sáenz, Sergio González, Javi Hernández; Juan Cruz, Cissé (Brasanac, m.74), Tapia (Chicco, m.82), Dioamandé (Diego García, m.63); Raba (Miguel de la Fuente, m.74) y Munir (Duk, m.63).
  • 0 - Valladolid : Hein; Candela (Luis Pérez, m.46), Aidoo (Ozcakar, m.46), Cömert, Henrique; Anuar (Maroto, m.46), Nikitscher, Alani, Raúl Moro; Sylla (Amath ,m.72) y Latasa (Arnu, m.72).
  • Goles : 1-0, m.24: Javi Hernández. 2-0, m.36: Diomandé. 3-0, m.40: Juan Cruz.
  • Árbitro : Soto Grado (Comité riojano). Mostró tarjeta amarilla a Candela, por el Valladolid.
  • Incidencias : Encuentro correspondiente a la trigésimo octava y última jornada de LaLiga EA Sports disputado en el estadio municipal de Butarque (Leganés) ante 11.523 espectadores.