Julio César recuerda sus meses con Toshack y el txakoli: "Le dije que había muchas curvas' y él me contestó: 'El coche sabe ir solo'"
El exfutbolista brasileño, de visita por España, atiende la llamada de Relevo para repasar su trayectoria deportiva.
Julio César Santos (Sao Luis, Brasil, 1978) atiende la llamada de Relevo desde un céntrico hotel de Madrid. Lleva una semana en España y regresa a Monterrey, donde reside en la actualidad, mañana sábado. Se quedará con las ganas de asistir al Nuevo Zorrilla para ver el duelo entre dos equipos que forman parte de su dilatada carrera deportiva, que le llevó a defender la camiseta de hasta 16 clubes diferentes, el último, el Tampines Rovers FC de Singapur. El exfutbolista brasileño sigue vinculado al fútbol, trabajando en una empresa, BRMatters, perteneciente a la Fundación Real Madrid. "Hacemos una labor social y ahora estamos trabajando con cerca de 4.500 chavales, ayudándoles en sus necesidades más básicas", revela.
Echa la vista atrás en el tiempo y se siente orgulloso de su carrera. Habla maravillas de la Real Sociedad, donde solo jugó 16 partidos, pero en los que dejó su sello. "No te imaginas lo que forcé para continuar allí", asegura el exfutbolista, que alcanzó la gloria con el Real Madrid y la Octava Copa de Europa con el Real Madrid. Un fichaje, por cierto, el del Real Madrid, que a punto estuvo de no producirse porque el Barcelona se metió en medio. De hecho, estuvo reunido por el entonces director deportivo de la entidad blaugrana, Lorenzo Serra Ferrer.
Así que estuvo cerca de fichar por el Barça. ¿Por que acabó yendo al Real Madrid?
Valladolid está muy cerca de Madrid, con lo cual yo iba mucho a Madrid. La primera posibilidad de salir del Valladolid fue para ir al Betis, pero no se dio. En el segundo año fue para ir a Barcelona. Yo llegué a ir hasta Barcelona a hablar con Serra Ferrer, el director deportivo en esta época. Eso se supo, pero el Madrid ya tenía firmada una opción de compra con la cual la preferencia era de ellos entonces. Cuando surgió la posibilidad del Barça, ya estaba prácticamente hecha mi llegada a Madrid.
¿Cómo te acogieron en el vestuario del equipo blanco?
El vestuario en esa época era muy diferente al de ahora. Era un vestuario que tenía nombres muy fuertes, pero al mismo tiempo, gente de muy buen corazón, de gente con muy buen feeling. Estaba Roberto Carlos, que ya sabes cómo es, una persona muy feliz y que abre sus brazos a todo el mundo. Estaban Fernando Redondo, Clarence Seedorf y jugadores recién llegados. Era un equipo en el que había bastante gente de fuera y que estaba pues prácticamente en construcción. No conseguimos llegar a niveles altos en LaLiga, pero, a última hora, se llegó a un acuerdo de que la única forma de estar en la Champions el año siguiente era ganar la Champions. Y llegó la Octava frente al Valencia. Sólo por jugar un partido de Champions ya es algo completamente diferente. Yo creo que es el deseo de todos, poder llegar a jugar en Europa y tener la posibilidad de jugar una competición como ésta. Es una satisfacción muy grande. Tengo muy buenos recuerdos. Jugué Champions en el Real Madrid y también con el Olympiacos.
En Grecia jugó con una leyenda de la Real Sociedad como Darko Kovacevic…
Sí, no pude jugar en la Real porque cuando yo fui él se había ido a la Juventus. Llegó a Grecia y se hizo rápidamente con la posición y pasó a ser un referente. Ya no estaba Rivaldo y le favoreció bastante. Coincidí el último año con él. Llegó, hizo sus goles y ofreció su mejor versión. La pena es que se tuvo que retirar antes de lo que a él le hubiera gustado por ese problema de corazón que sufrió, pero ahora está bien.
Se convirtió en un trotamundos del fútbol, llegando a jugar hasta en 16 equipos. De todos los futbolistas con los que compartiste vestuario, ¿quién es el mejor?
Tú haces unas preguntas muy comprometedoras (risas). No te voy a decir un nombre. Mira, De Pedro, un gran jugador. He visto a pocos jugadores hacer lo que hacía con la zurda. Luego hay nombres como Rivaldo, Ronaldo, Maldini, Shevchenko, Boban...
¿Y cómo recuerda su aventura en la Real Sociedad?
Sabes que vives en una ciudad maravillosa, ¿no? Es linda. Tengo muy buenos recuerdos de allá. Hice muy buenos amigos. Cuando yo llegué, la Real estaba pasando por un momento difícil, pero llegó Toshack. Ya conocemos su mentalidad, de ganar, de superación y, entre todos, conseguimos salvar a la Real de un desastre, de tener que bajar a Segunda. Conseguimos salvarnos dos jornadas antes del final.
Solo jugó 16 partidos, pero el recuerdo que tiene la afición de usted es el mejor...
Estoy muy agradecido. Me hubiera encantado haber seguido pero la Real tampoco disponía de muchos recursos económicos. De mi parte, yo di todo para quedarme. No fue posible y fíjate que dos años después quedaron segundos. La Real fue una revolución tremenda. Todo parte de una base, de un proyecto y el acierto en las personas que tú incluyes dentro del proyecto. Había un grupo bastante bueno, con una mayoría de jugadores vascos y ellos tenían tatuado muy bien qué significa la Real Sociedad y ser parte de un club de esta dimensión. Yo fue feliz de ver llegar a la Real a estos niveles.
¿Cuál es tu mejor recuerdo de tu etapa en la Real?
Desde el primer día que me viene del Milán y puse el pie en el vestuario, lo primero que hice fue ponerme al tanto de todo lo que sucedía en San Sebastián y tenía que ser un vasco el que me fuera a contar eso. Entonces me senté entre De Pedro y Alberto. A mi lado estaban Rekarte, De Pedro, Aranzabal… Me puse al tanto de todo y ya empezamos a salir, a tomar unas cervecitas, a hacer equipo, buen ambiente y así, las cosas fueron sucediendo de forma super positiva.
¿Echa de menos el txakoli? ¿Estaba rico?
Ah, el txacoli. Fue lo primero que me dieron. Yo me acuerdo que llegué un día entre semana y Toshack me metió en su coche y me llevó a un restaurante en la montaña y nos pusimos a tomar txakoli. Estábamos Luiz Alberto, el centrocampista defensivo, Toshack y yo. Ya de vuelta le decía a Toshack que cuidado con las curvas. Y él me decía: 'No te preocupes, el coche ya sabe llegar solo y mañana, a las 9 de la mañana, necesito hablar con ustedes antes del entrenamiento'. Y al día siguiente con un dolor de cabeza que no veas.
¿Sigue sin olvidar el partido ante Osasuna?
Hubo algo especial allí. Ya sabes de lo que estoy hablando. Para mí fue un partido diferente y, con todo respeto, eso me lo guardo.
Llegaste a la Real desde el Milán y antes había estado en el Real Madrid. ¿Por qué la Real Sociedad?
Yo creo que tienes que tener palabra, lo primero, y lo segundo, ser agradecido. Yo con Toshack tenía una muy buena relación. Cuando él me llamó y dijo que necesitaba mi ayuda, no me lo pensé. No es fácil salir de un equipo como el Milán, en el que estaba jugando Champions. Toshack me expuso la situación y me prometió que ese equipo, la Real, no iba a caer a Segunda División y necesitaba piezas importantes para que pudiera llevar a cabo el proyecto. Era un desafío y, bueno, como él me ayudó cuando yo estuve en el Madrid, yo se lo tenía que agradecer. Y fue muy aceptado. Yo no me arrepiento en absoluto de haber ido, de haber conocido la cultura vasca, de haber conocido los vascos, de haber vivido placeres impresionantes con la comida. Fue todo muy positivo. En esa época yo tenía a mi hijo, un bebé que no tenía un año, y fue un lugar perfecto.
¿Cuánto te vacilaba De Pedro?
(Risas) Yo me reía mucho con este tipo. Era un personaje. Si lee esto, le mando un gran abrazo. Hace mucho que no hablo con ellos y les he perdido la pista. Debería tomarme una semana y darme una vuelta por allá, mirar un partido, ver cómo está el estadio nuevo, que no lo conozco, ir a Zubieta... Se nota que es un club que ha crecido mucho estructuralmente, Se nota cada vez que ves un partido, el ambiente de la gente.
Antes del Real Madrid y de la Real Sociedad, jugaste en el Valladolid. ¿Fue tu mejor época?
Si me preguntas a nivel personal, fue una muy buenas época. Era el principio de mi carrera, pero cuando empiezas una carrera te marcas unos sueños y unos objetivos y estás pensando cuándo vas a dar el paso adelante. Yo vivía muy bien, mis compañeros eran fenomenales, pero no dejaba de ser un equipo pequeño y con objetivos muy limitados. Cuando estás en una época de transición lo que quieres es dar un paso adelante y seguir buscando tus sueños.
¿Tendrás hoy el corazón divido?
Yo soy de los piensa que gane el mejor, el que se lo merezca. Cuando tienes el corazón súper dividido, lo mejor es utilizar la razón y la razón es ver un partido y decir: 'Mira este equipo es mejor y se ha merecido ganar'. Yo tengo que volver a México el sábado, pero si no, me hubiera acercado a ver el partido. Me hubiera hecho mucha ilusión.
Como brasileño que eres, ¿preocupado por el juego de Brasil?
¿Me ves con cara de preocupado? Hablando en serio, yo creo que ya no hacemos jugadores como antes. Antes se trabajaba mucho la individualidad y ahora han creado unos métodos de formación en la que se ha abandonado ese trabajo de la individualidad. Yo creo que ahí hay una confusión entre ellos mismos, que no saben por dónde reiniciar o cómo innovar o cómo mejorar. Se han olvidado de que Brasil siempre ha destacado por las individualidades. Antes, la selección de Brasil siempre tenía un buen número de futbolistas referenciales y hoy tienes uno, a veces ninguno si no juega. Eso se acabó y ahí estamos.
¿Cómo vives o qué opinión te merece todo el tema de Vinicius?
Yo creo que él ha pulsado un botón que no debería tocar. Igual no le hacía falta tocar. Y eso está muy mal visto. Antes, tú llegabas al colegio y alguien te decía: 'Tienes la nariz gorda o eres un narigón'. Eso lo empezaron a llamar bullying. Todo eso ahora, por suerte, esta mal visto. Pero hay un grupo de personas que todavía piensan que eso es algo que está de moda, por decirlo de alguna manera, llevar a cabo este tipo de actitud. Unes una cosa con la otra, y él, por su presencia, por su, digamos, papel que representa, lo que él dice o hace alcanza una dimensión enorme. Es algo que hay que arreglar. No se nos puede escapar y hay que intentar arreglar esa situación.
¿Te tocó vivir algún episodio racista?
Pues si lo viví, no me enteré.
¿Crees que España es racista?
Yo creo que existen personas racistas. En la vida tenemos que mirar a las personas y dejar lo demás.
Lo que sí ha cambiado, y mucho, es todo lo que rodea al futbolista. Antes eráis más accesibles, ¿no?
Es un tema de privacidad, que ahora es más frágil por el tema del teléfono móvil. Antes apenas había fotos porque solo se podían sacar con una cámara y para eso necesitabas llevar una bolsa grande, tenías que activarla, prepararla. Hoy todo es mucho más fácil. Parece que te estas mirando al espejo y estás grabando. Es muy fácil exponer la vida de una tercera persona. Ahora todo vale porque comercialmente hablando es muy apetitoso. Los futbolistas han dejado de tener esa privacidad que antes se tenía. Saludabas sin miedo de que se aprovecharan de ti.