OPINIÓN

Joao, más que de actitud es una cuestión de atención

João Félix durante un partido en el banquillo del Estadio Metropolitano | /GETTY IMAGES
João Félix durante un partido en el banquillo del Estadio Metropolitano | GETTY IMAGES

El sábado, por fin, Joao Félix consiguió la 'hazaña' de jugar más de 16 minutos en un partido. Eso ha sido lo máximo que el portugués ha estado en el campo desde el pasado 18 de septiembre, cuando fue suplente y no ingresó ante el Rayo Vallecano. En media hora contra el Cádiz, insufló vida a un partido que estaba más que muerto, marcando dos goles en menos de cinco minutos.

Una cuestión de actitud, dirán algunos. Pero es normal que sea difícil expresar una actitud proactiva cuando desde el 18 de septiembre ha estado en el campo 3, 16, 8 y 14 minutos en Liga y 10 y 3 minutos en Champions, quedándose en el banquillo del Metropolitano durante 90 minutos contra el Brujas. La actitud debe ser siempre profesional, pase lo que pase, pero es normal que haya enfado y descontento.

Cuestión de actitud, dirán algunos, pero también de... atención. Precisamente la que no siempre ha tenido Simeone con el jugador portugués. Y por atención no nos referimos a favores o gestos llamativos, sino simplemente a pequeñas caricias (incluso a través de la prensa) hacia un chico azotado por jugar poco. El Cholo, en sus diversas ruedas de prensa, siempre ha manejado la situación con un perfil bajo, con pocas palabras de cariño, incluso más bien con algún 'palito' e indiferencia. Durante la rueda de prensa previa al partido ante el Cádiz, por ejemplo, menospreció incluso el gesto de carácter de Joao, que en el minuto 99 de un partido que 'a vida o muerte' en Liga de Campeones, quería simplemente lanzar el penalti decisivo, sin miedo, queriendo echarse el equipo a hombros. Un all-in que podría haber cambiado el destino de la temporada: la suya y la del Cholo. Hoy, simplemente dijo: "Cuando el campo habla, no hay mucho que decir...".

Las desavenencias entre el entrenador y el jugador son evidentes, pero el club no quiere devaluar a un futbolista tan talentoso y enorme. Joao era y sigue siendo intocable en el mercado. El único peligro, natural, consecuente de todo lo que ocurre en el terreno de juego, es la posibilidad de que el chico pida salir y que su agente, Jorge Mendes, presione e intente encontrar una buena solución económica para todas las partes implicadas. El regreso al Benfica no es una opción. Sin embargo, la Premier sí podría serlo.

"Joao tiene que estar tranquilo y manejar bien esta situación, porque todo el equipo y la afición están con él", dijo Saúl. Y Joao, como ya explicamos hace semanas aquí en Relevo, quiere que su situación cambie en el campo. Quiere ser merecedor de la titularidad, entrenándose siempre con profesionalidad e intensidad o simplemente marcando dos goles en menos de cinco minutos durante un partido. Pero siente que, a veces, del otro lado, hay una falta de... atención. O de confianza.

Para el club es intocable e intransferible y su precio es el de la cláusula, de 250 millones. Pero para el Cholo no es imprescindible, porque darle 13 minutos en los tres últimos partidos de Champions es una señal demasiado evidente como para significar algo diferente. La grieta se ha creado y no es algo nuevo de esta temporada. Eso sí, habrá que ver si se puede recomponer, como se ha hecho en el pasado. El partido ante el Cádiz, a pesar de la derrota del equipo, podría ser un nuevo punto de partida.

Los signos de malestar siguen existiendo: el post publicado el sábado por Joao es sin palabras, como buscando demostrar que él quiere hablar en el campo, o los habituales likes en Twitter. En sus historias de Instagram hay una frase de Mourinho que acompaña su gol y dice: "Si hablo, me meto en problemas". Pequeñas señales, casi imperceptibles. Pero lo cierto es que en media hora Joao Félix marcó dos goles, demostrando ser un jugador diferente, tanto en calidad como en talento. Un jugador que es un valor añadido para el equipo, un jugador que no puede estar en el banquillo tanto tiempo.