RAYO VALLECANO

Andoni Iraola, entrenador de moda en Primera: "No creo que esté muchos años entrenando"

El técnico del Rayo charla con Relevo sobre su papel, sus inquietudes, su inconformismo y sobre una de las revelaciones de LaLiga.

Andoni Iraola durante la charla /Salvador Fenoll
Andoni Iraola durante la charla Salvador Fenoll
Albert Blaya
Salvador Fenoll

Albert Blaya y Salvador Fenoll

Nada más decirle a Andoni Iraola (Usúrbil, 1982) que vamos a hablar de fútbol, aparece una enorme sonrisa en su cara. El técnico del Rayo Vallecano, uno de los equipos de moda del fútbol español, se sigue sintiendo futbolista pese a llevar siete años fuera de los terrenos de juego. "Empatizo mucho con el jugador". Hay en su mirada una vitalidad que el ser técnico todavía no ha podido apagar: "No creo que esté muchos años entrenando". Esperemos que se equivoque.

El Rayo Vallecano se ha transformado desde hace un tiempo en el "Rayo de Iraola". Un equipo con denominación de origen. ¿Qué fútbol le gusta ver a Andoni? A veces, para entender lo que uno es basta con mirar qué lee. Con los entrenadores es lo mismo pero con el fútbol. Y el ideario de Iraola es el que uno aprecia en el Rayo. Ahí está todo: "Me encanta el fútbol alemán, sobre todo Marco Rose", el técnico del Leipzig. En esta charla tratamos de ahondar en todo aquello que le inquieta.

Mendilibar nos dejó una pregunta para el siguiente invitado. ¿Qué es lo primero que haría al llegar a un banquillo a mitad de temporada?

Es algo que todavía no me ha tocado, pero priorizaría las sesiones tácticas y el trabajo sin balón. El saber qué tenemos que hacer y qué función tiene cada futbolista sin pelota, y desde ahí construir, porque con balón se necesita más tiempo y automatismos. En cambio sin él puedes poner las bases de algo sólido. Siempre se dice que los equipos que no tienen tanto balón son reactivos, y no estoy de acuerdo. Se puede ser muy proactivo sin pelota: dónde quieres que juegue el rival, qué jugadores quieres que reciban... Se pueden hacer muchas cosas.

En el 2015 se fue a jugar al New York City, donde tuvo a Patrick Vieira como técnico y terminó jugando de pivote en un 4-3-3 después de toda una vida de lateral. ¿Le dio este cambio una perspectiva nueva sobre el juego?

Venía de un fútbol más agresivo, de ataques por fuera, de centrar mucho… y Vieira como entrenador era de la escuela del City, de un fútbol más posicional. Fue una experiencia muy enriquecedora. Yo en ese escenario ya no tenía piernas para ser lateral, así que me situó por dentro o como lateral invertido, cerrándome mucho y eso me dio otra perspectiva, me abrió la mente y me ayudó mucho en el proceso de ser entrenador.

¿Cómo de importante es haber tenido entrenadores de primer nivel a la hora de dar el paso?

La experiencia es fundamental. He tenido mucha suerte con mis entrenadores porque al final los técnicos copiamos de aquí y de allí: estrategia, reinicios… Si como futbolista tienes referencias positivas vas teniendo más herramientas y puedes coger cosas de cada uno para ir generando tu modelo de juego. Cuanto más nivel y experiencia hayan tenido tus entrenadores y partidos en los que hayas jugado, mejor.

¿Cómo se definiría como entrenador?

Quiero que en todo momento mis jugadores sepan lo que tienen que hacer. Sin balón es más sencillo, pero con él tendrán mucha más libertad para tomar decisiones. Puede que un futbolista se sienta presionado en una situación, que otro de más nivel no lo sienta así... Y tú debes ayudarlos, porque mi labor como técnico es decirle al jugador qué puede hacer en cada escenario, y ahí él ya decide.

¿Ha tenido ataques de entrenador?

De momento, no muchos. Trato de controlarme. Cuando preparo partidos pienso: 'En este podemos salir con línea de tres, probar esto o aquello'. Pero todavía no me atrevo a dar ese paso. No dejo que me den esos ataques de entrenador.

¿Será su próximo paso el permitir esos ataques?

Cuando vas preparando partidos y metiéndote en los rivales hay cosas que tienes que tener muy trabajadas, saber dónde te sientes cómodo, qué escenarios dominas y cuáles no. Se necesita mucha continuidad. Te puedes amoldar con pequeños ajustes sin cambiar el sistema. Pero sí, mi evolución puede ir por ahí, el poder cambiar dos o tres sistemas en un mismo partido.

Esto es muy de escuela alemana: lo hacía mucho Nagelsmann en el Leipzig o Marco Rose.

El Gladbach de Marco Rose era de mis equipos favoritos. Me gusta mucho el fútbol alemán porque como espectador me encanta que pasen cosas. Que no sea un 'tú atacas dos minutos y luego me toca a mí'. Cada vez el jugador tiene que hacer más funciones porque todo el mundo ataca y defiende, por eso me fijo en ese fútbol donde el jugador hace de todo. Que atacantes presionen como defensas, centrales que conduzcan y se planten a última línea. Es un fútbol muy completo y táctico, por eso el Mönchengladbach de Rose me gustaba, se notaba que estaba trabajado.

¿Cuándo sabe si un equipo está o no trabajado?

Fíjate en la Real Sociedad. Es un equipo que maneja muchas alternativas: cuando les juegan en línea de cinco ellos, aunque jueguen en rombo, pueden dibujarte un 4-3-3 para atacar el espacio entre central y lateral. Si te ajustas para taparles una cosa y piensas 'ya está', es solo la primera parte de algo mucho más largo, porque aprovecharán lo que tú les dejas. Como espectador no te das cuenta de todas estas cosas, pero desde dentro siempre tienen mucha más miga de la que parecen.

¿Está su Rayo en el camino de hacer estas cosas?

Al final llevamos tres temporadas aquí y ya puedes empezar a profundizar más en el detalle, porque todos tenemos una respuesta en el día principal, pero cuando llegas ahí se producen ajustes y tienes que mejorar.

Su equipo saca buenos resultados contra los grandes de España. ¿Cómo se trabaja una presión contra equipos de tanta calidad?

Los grandes te dan oportunidades que el resto no. Si tú vas hombre a hombre contra todos, la mayoría te jugarán en largo y no podrás robar la pelota. La mejor presión no es esa, sino la que tú dejas iniciar al rival de tal forma que se encuentren incómodos y les puedas orientar para robarles el balón. Si vas de inicio con ellos te jugarán en largo y no robarás cerca de su portero. Hay que poner trampas, dejar iniciar y cuando ponen el balón en movimiento es cuando vamos con todo. El equipo grande entra en este juego porque si les mandas a un jugador encima nunca se sienten presionados, te facilitan esa presión aunque en el duelo individual sean muy buenos.

Ha tenido a Bielsa o Valverde de entrenadores. ¿Ha copiado algo de su gestión de grupo?

En este tema es mucho más difícil copiar que del táctico, porque tú eres como eres y no puedes ocultarlo, debes ser lo más parecido posible a tu yo real. Al final el jugador siempre termina pillando al impostor. A veces no puedes ser todo lo cercano que quieres porque muchas veces eres el malo de la película. La clave del éxito es ser auténtico y tratar de ayudar siempre al equipo.

"Al final el jugador siempre termina pillando al impostor"

Andoni Iraola Entrenador del Rayo Vallecano

¿Usted queda con sus jugadores?

No mucho. Mantengo una relación más distante porque es insostenible tener cada lunes a todo el equipo esperando en tu puerta para hablar. Me gusta charlar con ellos, pero de forma más puntual, porque gestionar lo otro sería muy complicado.

¿Es más difícil un lunes después de una victoria o de una derrota?

Después de una victoria siempre es más complicado porque si pierdes, el jugador que no juega piensa: 'A ver si apretando más esta semana tengo una oportunidad'. Al final hay que saber gestionarlo. El entrenador rara vez es plenamente feliz porque dentro de un equipo normalmente no todo el mundo lo está. Todos quieren jugar.

¿Cómo gestiona al vestuario?

Nunca hay que engañar al jugador, pero tampoco puedes ser el más sincero del mundo. Esto que dice la gente de que 'con la verdad vale todo', no es cierto. Si le voy a decir algo que le va a hacer daño es mejor que no se lo diga, que se lo haga ver de otra forma. Tenemos que ser honestos con no engañarle en el rol que tienen en el equipo y no decirle mentiras, porque el jugador es inteligente y te pilla.

Casemiro contó en una entrevista que usaba Wyscout para analizar a sus rivales. ¿Es más difícil ser entrenador hoy en día con tantas herramientas a disposición del jugador?

Creo que muchas veces es más sencillo porque el jugador está más preparado, habla tu idioma y no es una posición de profesor-alumno. Porque tú te has preparado pero el jugador se ha visto en la misma situación muchas veces y puede ayudarte, sugerirte. Cada vez que sales a la pizarra el jugador te examina constantemente. Si lo que cuentas ven que no tiene sustancia durarás poco. Te examina más el jugador que el entorno desde fuera.

¿Le pasa que cuando habla en el vestuario le rebaten y debaten con usted?

Cuando el futbolista te rebate ves que te ha entendido y le busca una vuelta. Es una maravilla cuando esto sucede. A veces, cuando hay equipos que juegan distinto me gusta que algún jugador salga a la pizarra para que me diga cómo presionaría, cómo nos emparejamos. Cuando en un vestuario tienes a muchos jugadores que el día de mañana pueden ser entrenadores se te facilita.

"Cuando en un vestuario tienes a muchos jugadores que pueden ser entrenadores se facilita tu trabajo"

Andoni Iraola Entrenador del Rayo Vallecano

¿Quién podría serlo?

Álvaro García siempre le da una vuelta a cómo presionar, entiende cómo saltar, qué tapar… es muy intuitivo. En el equipo tenemos a más de uno que podría serlo, aunque algunos no quieran.

Hay un jugador que me fascina y es Óscar Valentín. Debutó en Primera con 27 años el pasado curso después de cinco cursos en Tercera. Es de los jugadores de Europa que más presiona.

Nuestro trabajo es mejorar a los jugadores, pero Óscar es muy difícil de mejorar porque está ya muy cerca de su mejor versión. Comprende el juego, no se guarda nunca nada, te da mucha fiabilidad. Sabes que siempre estará en todas las sesiones al máximo, sabe anticipar, robar, intuye mucho dónde irá la pelota y eso es algo que se tiene o no. Estoy encantado con él porque le ha costado mucho. El mérito es suyo.

En el Rayo hay muchos jugadores que vienen de muy abajo y les ha costado llegar al máximo nivel. ¿Se nota en el día a día?

Nos ha costado mucho llegar hasta aquí y demostrar que pertenecemos a este nivel, pero esto no es llegar un día y ya te quedas 10 años. Es demostrarlo cada día, el día que no lo hagas vas a caer. Es estar continuamente a ese nivel. Es más, demostrar que puedes estar más arriba, porque el resto mejorará y te cogerán. Hay que tener este proceso de mejora integrado y pensar que si el año pasado hacíamos algo y nos iba bien, en este curso tenemos que añadir una C y una D.

Le gustan mucho los pases largos. Con Catena y Lejeune, el Rayo tiene dos de los jugadores que más en largo juegan de toda La Liga a pesar de no tener un 9 que gane disputas por arriba. ¿Qué busca?

Nos gusta jugar al espacio, en profundidad a las carreras de Álvaro o Camello, no a la disputa del 9. Buscamos hacer profundo al contrario y así darle a los jugadores en zonas intermedias espacio para trabajar. Si Álvaro o Camello no tirasen desmarques durante todo el partido a lo mejor Trejo e Isi no tendrían espacio para recibir. Sabemos que moviendo el balón de un lado a otro podemos encontrar espacios dentro, pero nos cuesta más entenderlo con la profundidad. Cate y Florian nos dan eso.

Tiene dos de las bandas que mejor funcionan en LaLiga. Fran y Álvaro muy profundos y con Isi cayendo más por dentro. ¿Costó generar esas sinergias?

Yo tuve a un entrenador que hacía ir a dormir al jugador de banda y al lateral siempre juntos en el hotel para que hiciesen migas. Todo requiere su tiempo. Con Isi buscamos tener al cuarto centrocampista porque nos da mucho ahí. Fran puede hacer mucho daño en conducciones hacia dentro, cuando hay un cambio de orientación puede ganar con control a su par e ir dentro. O buscar paredes con Álvaro y acabar en área rival. El jugar al lado de Álvaro le exige buscar otros escenarios para no pisarse y eso le convertirá en mejor jugador. Todos quieren seguir evolucionando.

¿Tuvo que cambiar mucho lo que tenía en mente cuando llegó al Rayo?

Cuando llegas hay que cambiar algunas cosas porque el equipo te gusta de una manera concreta. A lo mejor a mí me gusta de una forma pero viendo a los jugadores tienes que adaptarte a otra. La clave es tener sintonía y buscar el equilibrio. El fútbol es un deporte muy complejo. De grises. Yo no puedo decirle a un jugador hasta dónde tiene que perseguir a su rival, esto hay que olerlo. Nuestra tarea es enseñarles por qué hacemos unas cosas y no otras y que ellos equilibren en el directo, porque no podemos moverlos como fichas. Las decisiones que ellos tomen seguramente sean mejores que las del entrenador, porque ellos están ahí.

"Nuestra tarea es enseñar al jugador por qué hacemos unas cosas y no otras y que ellos equilibren en el directo"

Andoni Iraola Entrenador del Rayo Vaellcano

¿Hay que escuchar mucho al jugador?

Hay que llegar a un consenso. Catena y Lejeune tienen muchas cualidades, pero no son muy rápidos y yo les exijo jugar con la línea defensiva muy adelantada. El jugador te dice: "Mira, yo puedo salir hasta el tercer o cuarto corte de hierba". Hay que escucharlo.

¿Suelen tener razón?

Ellos quieren ganar, igual que yo. Si el jugador se queja tendrá su punto de razón, y no podemos ser tercos con esto. Si el miércoles estamos trabajando en algo para el partido y ves que el jugador no se lo acaba de creer, le daremos otra vuelta desde el staff, independientemente de si era nuestro plan inicial. Si el jugador se lo cree, hay que ir con esto.

¿Se sigue sintiendo futbolista? Por cómo habla lo parece.

Sí, todavía me siento jugador. Empatizo mucho con ellos. El fútbol es suyo, el entrenador está para ayudarlo, para poner el interés común por encima del interés individual de cada uno, para marcar el rumbo. Pero si se pierde o se gana es por los que están dentro.

En Nueva York coincidió con Lampard, Pirlo o Villa. ¿Le ayudó eso a gestionar a nombres como Falcao?

Como futbolista ya había ido a la Selección con jugadores que lo habían ganado todo y ahí te das cuenta de que el jugador de élite es más normal de lo que pensamos, que precisamente por esto ha llegado hasta ahí. Una cosa es lo que se ve desde fuera y otra el vestuario. En general, por muy alto que sea el nivel en el que ha estado el jugador, las necesidades son las mismas. Ni a Raúl de Tomás ni a Falcao les gusta recibir un trato especial, porque entienden que todos tenemos que aportar para el interés colectivo. Mientras todos aceptemos que esto es lo relevante no habrá problemas.

El Rayo lleva dos años siendo de los tres equipos que más goles esperados genera en situaciones a balón parado pese a ser uno de los equipos más bajitos. ¿Cómo lo trabajan?

Dejo estas situaciones para el analista e Íñigo Pérez, mi segundo, porque considero que es un mini partido dentro del encuentro y yo prefiero centrarme en el juego. Al final somos un equipo con jugadores pequeños: Isi, Álvaro, Fran, Óscar, Unai… En defensa se encuentran con marcas muy feas y se quedan con cara de "uf, míster…". ¡Pero si no lo defiendes tú, lo hará otro igual de bajito! A nivel defensivo se nos hace más difícil esconder esta estatura y a veces el que trabaja estas situaciones me pide un poco más de altura, pero me cuesta hacer cambios pensando solo en esto de inicio.

Le gusta mucho la NFL, como a Nagelsmann, que declaró que los jugadores tendrían que ir con pinganillo ¿Le gustaría poder intervenir más?

Por suerte para el aficionado y el futbolista el entrenador no tiene tanta capacidad para intervenir. He agradecido los cinco cambios, ahí tenemos un poco más de margen para modificar cosas. No tenemos jugadas ensayadas, ni tiempos muertos y es verdad que en otros deportes están más avanzados tácticamente, se desmenuza todo más, hay entrenadores por posiciones. El fútbol es más integral y el entrenador interviene menos, pero podemos aprender mucho del fútbol americano.

Es muy de papel y boli. ¿Guarda todo lo que escribe durante los partidos?

Algunos sí. El del día del ascenso lo guardo, y los de la primera vuelta los suelo guardar para la segunda, para preparar mejor los encuentros. Pero la mayoría acaban en la basura o en manos de mis hijos para que jueguen. Son apuntes que solo entiendo yo, por la letra, por el mensaje.

¿Qué le permite apuntar las ideas durante el partido?

En el trayecto del campo al vestuario, durante el descanso, me permite ver cuatro o cinco ideas que tenemos que corregir y esto te ayuda. Normalmente las suelo apuntar en una esquina de la pizarra y a veces no tiras de ellos, pero solo el hecho de apuntarlos te ayuda. No puedes ir siempre a lo mismo porque el jugador se aburre, necesitas ir variando en tu mensaje.

¿Sabe desconectar?

Es difícil. Mi mujer es muy poco futbolera y a mis hijos les da igual, así que ellos me ayudan mucho porque me hacen desconectar muy rápido. Mi mujer a veces se ríe porque suelo ir con un boli y papel en los vaqueros y a veces estamos paseando y se me ocurre algo y lo apunto. Siempre piensas en el siguiente entrenamiento, el siguiente partido. Ser entrenador te absorbe mucho porque siempre estás en contacto con el equipo: te llama el médico por unas pruebas, te dicen que otro es duda por unas molestias. Es difícil desconectar.

¿Se ve entrenando muchos años?

No me veo porque al final te exige mucho y te quita de otros sitios que también son importantes. Pero al final es ver venir, porque tampoco me veía de entrenador y aquí estamos. Al final significa hacerlo bien muchos años, y eso es difícil, y porque te desgasta mucho.

¿Qué es lo que más le obsesiona como entrenador?

No fallarles a mis jugadores, porque nuestra función es ayudarles. A veces en el corto plazo ellos no lo van a entender, pero a la larga te lo agradecen. Y que lo que se vea en el campo me guste tanto a mi como al aficionado del equipo en el que esté. Eso no significa que vayas a ganar siempre, pero si pierdes, por mucho que la idea guste, es una castaña. Tiene que ir acompañada de un resultado, pero cuando ves que el equipo engancha a la gente y que hasta el aficionado de otros equipos lo reconoce es un gusto.

¿Qué partido elegiría de todos los que ha entrenado como en el que mejor le salieron las cosas desde la pizarra?

Ante el Barça veo que las cosas nos salen. No recibimos goles, tenemos buenos resultados y pasan las cosas que preparamos y ves que el jugador te lo compra. Quizás por elegir uno sea el que jugamos en Girona el día del ascenso. Tuvimos que remontar y pasamos a un 3-4-3 que no habíamos usado y nos salió bien. El premio fue enorme y te sientes muy realizado.

¿Qué le preguntaría al siguiente invitado?

Algo que me preocupa y que veo que no se trabaja mucho es cómo te gustaría que jugasen tus equipos si te quedas con 10. Normalmente vemos que la mayoría de equipos se sitúan en 4-4-1 pero creo que hay otras formas de gestionarlo y vendérselo al jugador.