Hugo Álvarez y el rechazo a Real Madrid y Barça para triunfar en el Celta: "Fue un acierto"

El ambiente en Vigo es inmejorable. La llegada de Claudio Giráldez al banquillo céltico y la posterior victoria ante el Sevilla han cambiado por completo la cara del cuadro olívico. El Celta se encuentra cinco puntos por encima del descenso y el próximo duelo frente al Rayo Vallecano en Balaídos será clave para la consecución de la permanencia.

Además de la llegada del técnico de O Porriño al banquillo celeste, el anhelo del aficionado, la otra buena noticia fue el rendimiento de varios de los chicos que estaban en el Fortuna con Claudio. Entre ellos, Hugo Álvarez. Fue el más destacado. El centrocampista de Ourense, que actúa como carrilero en el esquema de Giráldez en el filial como ante el Sevilla, fue condecorado con el premio al mejor jugador del partido.

Era la primera titularidad de Hugo en Primera División y demostró una entereza impropia de un futbolista prácticamente novel en la competición. Fue incisivo por el costado zurdo generando varias ocasiones de peligro. Además, estuvo más que correcto en la parcela defensiva. En definitiva, la mejor carta de presentación posible.

Hugo Álvarez ha sido una de las perlas de la cantera del Celta desde hace muchos años. El ourensano llegó en edad benjamín a Vigo procedente del Ponte Ourense, equipo de su barrio natal, aunque su carrera pudo haber cambiado por completo. Antes de recalar en el Celta, Hugo se entrenó en Abegondo, ciudad deportiva del Deportivo, aunque finalmente pondría rumbo a las Rías Baixas.

Posteriormente, los dos clubes más grandes de España, Barcelona y Real Madrid sondearon varias veces su incorporación. Incluso, el cuadro merengue negoció con los padres del jugador una posible incorporación al equipo de la capital de España. Finalmente, toda la familia tomó la decisión de rechazar al transatlántico blanco.

"Fue un acierto (rechazar la oferta), el tema de vivir en casa con nuestra gente, con mis amigos de siempre es algo que ayuda. En el Celta encontré mi casa, así que pienso que decidimos bien. Al final, si destacas en un lado te va a ver todo el mundo, sea en el Celta como en el Real Madrid, da igual", confesó Hugo en una entrevista para la Televisión de Galicia.

La historia de Hugo es la de un chico normal y, sobre todo, familiar. El jugador continuaba viviendo en Ourense y viajaba todos los días a Vigo para entrenar y para disputar los encuentros durante el fin de semana. Una circunstancia algo anómala para los canteranos fuera de Pontevedra puesto que la distancia entre ambas ciudades es de una hora de trayecto.

Incluso, en un reportaje breve sobre controles de alcoholemia que realizó la Televisión de Galicia para su canal de TikTok, la cadena autonómica grabó a varias personas realizando la prueba. Uno de ellos era Hugo Álvarez. Una imagen que se viralizó entre los seguidores del Celta. Eso sí, respetando las leyes de tráfico, el jugador del cuadro celeste dio negativo con 0'0.

Una anécdota de un chico normal, rodeado por un entorno sano, que es un futbolista excepcional. El futuro es desconocido, pero Hugo tiene todas las cualidades para triunfar en el Celta y convertirse, sino lo es ya, en uno de los ídolos de Balaídos de la mano de Claudio Giráldez.

Hugo Álvarez forma parte de una de las generaciones más prolíficas que ha dejado A Madroa, la Generación 2003. Unos jugadores que vivieron su ascenso al Celta Fortuna de la mano de Claudio Giráldez que apostó por tres de ellos en el Sánchez Pizjuán.

Fueron Hugo Álvarez y Hugo Sotelo, que había sido titular en alguna que otra ocasión con Rafa Benítez, los que partieron de inicio en Sevilla. Posteriormente, Damián Rodríguez, futbolista clave en el Fortuna, pudo disputar sus primeros minutos en Primera División. Jugadores que hacen que la Ría de Vigo y el Celta brille con luz propia.