García Pimienta y una forma distinta de liderar

Perfil bajo. Esto es lo que define a Xavi García Pimienta en sus primeros días como técnico sevillista. El Ramón Sánchez-Pizjuán se ha convertido, en apenas dos temporadas, en uno de los lugares más incómodos para un entrenador. Con hasta seis distintos, Nervión está 'esperando' al técnico barcelonés. Sin embargo, el ex de Las Palmas, que debutará precisamente ante su antiguo equipo, conoce a la perfección el proyecto al que se ha unido.

Pimienta firmó, oficialmente, por el Sevilla el pasado 2 de junio. Desde que se 'adueñó' del asiento nervionense, el técnico catalán ha contado con el respaldo de José María del Nido Carrasco, presidente, y Víctor Orta, director deportivo. Algo que, en los tiempos que corren por Nervión, no es nada baladí. El hecho de estar presente en la planificación y que su opinión tenga relevancia, es algo que le ha permitido ganar liderazgo, la gran clave de todo entrenador que se enfrenta a un nuevo vestuario.

Pese a ello, el técnico prefiere ejercer ese mandato de una forma distinta. Algo peculiar. En el propio club se han sorprendido con su trato, muy cercano y distendido, pero siempre con el orden y la organización de fondo. Algo que denota su experiencia, por ejemplo, en los escalafones inferiores del Barcelona.

Además, es consciente del proyecto del Sevilla para la próxima temporada, algo que, indudablemente, le ha reforzado como líder. Los jugadores que han llegado a Nervión no son conocidos, precisamente, por sus egos futbolísticos. Seguramente Saúl Ñíguez sea el gallo más complicado en este sentido, pero ha llegado a la capital andaluza para trabajar. Se ha notado desde el primer día.

Por eso, sin futbolistas como Fernando Reges, Ivan Rakitic o el propio Sergio Ramos, García Pimienta ve más sencilla la tarea de ganarse al vestuario. De momento lo ha logrado. Los jugadores nervionenses están contentos con su nuevo técnico y la forma de trabajar -y eso que realizar una pretemporada en Sevilla, con las altas temperaturas que conlleva, es, como poco, delicado-.

Ese es el nuevo Sevilla al que se enfrenta García Pimienta. El vestuario ya lo tiene dominado, aunque en el fútbol ya se sabe: la pelota es la única que manda. Y en Nervión… el liderazgo está en las gradas, a las cuales se debe ganar a base de resultados. No existe otra fórmula.

El Ramón Sánchez-Pizjuán respira y se mueve a unas velocidades peculiares. En Nervión, el aficionado se compra la entrada deseando ver ritmo, golpeo, entrega... En definitiva, casta y coraje. Unas credenciales tan peculiares como complicadas de encajarlas.

Sobre el papel, García Pimienta, aunque continúa repitiendo desde el primer día que lo cambiará, llega 'manchado' de un estilo de fútbol que en Nervión no suele casar nunca. Las posesiones largas, el fútbol-control y la pausa no se da la mano con la velocidad que requiere el aficionado.

Es cierto que el barcelonés, durante la pretemporada, ha luchado por cambiar esa idea, aunque será un 'San Martín' que siempre llevará encima. Cuando pierda, le recordarán que viene de un lugar y una forma de trabajar que no encaja en la idiosincrasia sevillista. Aquello tan famoso como los tópicos en el mundo del fútbol.

Sin embargo, la gran oportunidad que tiene Pimienta es la necesidad que tiene el feudo nervionense de ver a su equipo ganar. Tras una última temporada horrible, el aficionado sevillista desea sumar puntos. Da igual la forma, si se aburre o si salta de alegría. La forma de volver a ilusionarse únicamente pasa por la victoria. Una oportunidad que deberá aprovechar Pimienta. Su gran reto.