LAS PALMAS

La frase que ha estallado en la cara a Ramírez solo cuatro días después: "Con Carrión me voy a Segunda y vuelvo a ascender"

El presidente ratificó, y de qué manera, al técnico, pero la derrota ante el Celta lo cambió todo.

Carrión, en una comparecencia./EFE
Carrión, en una comparecencia. EFE
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Fútbol es fútbol y en la élite las palabras se las lleva el viento. El pasado 4 de octubre, Miguel Ángel Ramírez, presidente de la Unión Deportiva Las Palmas, pronunció las siguientes palabras, recogidas por diferentes medios canarios: "Con Luis Carrión me voy a Segunda y vuelvo a ascender. He aprendido y ahora apostamos por proyectos largos. Ya estoy fracasando porque me he gastado diez millones más y soy colista". Unas declaraciones de lo más arriesgadas teniendo en cuenta que el equipo era último en la clasificación con cero victorias y tan solo dos puntos en su casillero.

Pues bien. Las Palmas ha hecho oficial la destitución de Luis Carrión, sin que apenas hubiera tiempo de digerir tales palabras. Hay matices por el camino, por supuesto. El equipo cayó derrotado ante el Celta de Vigo 0-1 tras jugar como locales durante más de media hora en doble superioridad numérica. Ni siquiera ante nueve jugadores el equipo logró marcar y se marchó abucheado por los suyos en lo que parecía ya una situación insostenible.

Una situación en la que es comprensible destituir al entrenador, que en máxima categoría suele ser el causante de todos los males, ante la imposibilidad de arreglar fichajes ya realizados o recular en un mercado de fichajes cerrado. Un cambio de banquillo siempre viene bien a los protagonistas para recoger moral y salir adelante. Una circunstancia lógica si no fuera porque el propio responsable de su destitución le hubiera confirmado en el puesto de una forma tan contundente tan solo unos días antes del cambio de rumbo.

En la rueda de prensa posterior a la dura derrota ante el Celta de Vigo, a Luis Carrión se le preguntó directamente por las palabras del presidente. Ese ahora tan paradójico "con Carrión me voy a Segunda y vuelvo a ascender" no pareció convencer especialmente al míster, que disparó: "Le doy bastante naturalidad a esas cosas. No necesito que nadie me diga nada, sé cuándo las cosas están mal y cuándo están bien. Hoy la sensación es mala, tienes la sensación de que has estado acobardado y cuando has ido un poquito les has hecho daño. Quizás ha sido peor que se hayan quedado con nueve. Estamos en un momento de poca finura. No necesito nada, necesito finura y que el equipo dé la cara de una vez y ya está".

Carrión, tras caer contra el Celta.

Ramírez, Helguera y la directiva de la Unión Deportiva Las Palmas quisieron bajar al vestuario tras el doloroso palo. Aún es una incógnita si en esa improvisada reunión ratificaron al técnico o no. Él mismo puso algo de luz sobre las conversaciones mantenidas, aunque tampoco dejó excesivos titulares: "Como gente coherente que son nos hemos dado ánimos, ellos a mí y yo a ellos. Y a trabajar, poco más".

Carry on y la agitada llegada de Luis a Las Palmas

Luis Carrión llegó a Las Palmas con un gran cartel, después de estar a un paso de ascender al Real Oviedo a Primera División. Álvaro Cervera cayó tras la sexta jornada después de no conseguir un solo triunfo y el ahora ya extécnico de Las Palmas reflotó al equipo y le dio una fiabilidad asombrosa que se quedó a un paso de la gloria. Una temporada que le dio un gran cartel.

A mitad de partida, con García Pimienta ya fuera del club, Las Palmas se movió y llegó a un acuerdo con el entonces entrenador del Oviedo. Este, por supuesto, no había acabado su labor con el equipo ovetense y si ascendía el pacto se venía abajo. El avance de Cazorla y los suyos encendió las alarmas en la isla. Debían improvisar un técnico, sin margen de maniobra. Testaron a Corberán, valoraron nombres menores como Francisco o Albés...

En definitiva, no les quedó otra que esperar a Carrión y cruzar los dedos. Cuando más agitadas estaban las aguas, Miguel Ángel Ramírez apareció en redes sociales con un lema viral: "Keep calm and carry on". La traducción es "mantén la calma y sigue adelante", aunque por supuesto quería hacer un juego de palabras con el apellido del que sería su nuevo entrenador.

Tensó la cuerda hasta el final porque le convencía Carrión, porque esperaba que el proyecto llegara a buen puerto. De hecho, le firmó por dos temporadas. Y parecía creer en él hasta el final, incluso afirmando públicamente que no le echaría ni bajando este año porque subiría con él a los mandos el año que viene. Unas palabras que no han tenido ni siquiera una semana de vigencia. Luis está fuera.