ATLÉTICO

Los fichajes de Simeone impactan desde el primer día y el Atlético de Madrid sueña

El Cholo, siempre cauto con las incorporaciones, está encontrando rápido el sitio a los nuevos.

Julián celebra con Gallagher y Simeone. /REUTERS
Julián celebra con Gallagher y Simeone. REUTERS
Marcos Durán

Marcos Durán

Siempre hay que soñar con ser campeón. Algunos sueñan aún a sabiendas de que es imposible conseguir tal gesta, otros sueñan porque ya lo han conseguido en alguna ocasión y un pequeño grupo sueña despierto porque sabe que, año tras año, estará muy cerca de conseguirlo.

El Atlético de Madrid es de este segundo grupo. Un equipo grande de España que sabe lo que es tocar el cielo con las manos (y también el infierno), que siempre ha vivido con el freno de mano puesto, pero que soñar, ha soñado. Lo hace casi todos los años, con mejor o peor plantilla, con mejores o menores fichajes. Sus aficionados se mueven entre el optimismo y el pesimismo en cuestión de semanas, días, horas, minutos y segundos, pero sueñan.

Y este equipo de Diego Pablo Simeone tiene que pensar en grande y soñar. Por tres motivos: porque tiene al Cholo, que fue capaz de hacer soñar a toda una afición, porque han venido jugadores capaces de demostrar que quieren ser campeones con un club que lo busca siempre y, tercero, porque los números así lo dicen.

Empezando por esto último, por lo empírico y tangible, el Atlético tiene 11 puntos, a cuatro del Barcelona. Ha encajado dos tantos, los dos en el primer partido y, desde entonces, cuatro porterías a cero. El equipo colchonero consiguió cuatro veces estos mismos datos y, en dos de esas cuatro veces, fue campeón de liga. En la 95/96 y en la 20/21. En las otras dos fue tercero.

Muchos de ustedes dirán que esto no es importante, que las épocas cambian, que las temporadas son diferentes, que los jugadores no son los mismos y que, en definitiva, son números. Claro que sí. Pero mentalmente esto es muy relevante, los equipos se hacen de atrás para adelante y más en un conjunto que en los últimos años ha descuidado la parcela defensiva.

Llegar, ponerse la camiseta y jugar

Otro de los motivos es la llegada de nuevos fichajes que estén a la altura de lo que demanda el club y que permita lo que comentamos antes, soñar. Porque el Atlético necesitaba rejuvenecer el equipo y hacer movimientos. ¿A qué coste? Al coste de necesitar adaptación.

Porque con Simeone no es fácil llegar y jugar. Le pasó a muchos de los mejores jugadores del Atlético de Madrid en la última década. Le pasó a Griezmann o Diego Costa, por citar un par de ejemplos. Adaptarse a lo que pide el Cholo no es simple y los futbolistas lo saben.

Pero el Atlético fue a buscar futbolistas que estén listos para ponerse la camiseta y rendir. Ha ocurrido con Le Normand, con Gallagher, con Sørloth y con Julián Alvarez. También con Musso o Giuliano Simeone. Cada uno con sus más y sus menos, pero no han necesitado 'tanto' período de adaptación.

Del central procedente de la Real y del delantero del Villarreal se presuponía que llegaban para eso. Para rendir desde el primer minuto. Le Normand le ha dado una seriedad que la defensa el año pasado no tuvo y vemos que Giménez está siendo potenciado a su lado. Sørloth, a pesar del poco acierto en el remate contra el Valencia, ha demostrado que es importante en toda la fase ofensiva del juego y que tiene mucho que crecer.

Por otro lado, los jugadores que llegaron de la Premier League, Julián Alvarez y Conor Gallagher. Dos futbolistas de primera clase mundial que no necesitan adaptación como tal, sino adecuarse en lo físico. El inglés estuvo entrenando poco durante el verano por la incertidumbre de su fichaje, mientras que el argentino jugó Copa América y Juegos Olímpicos.

Obviamente, hay detalles para pulir y mejorar para ambos. Pero rápidamente entienden a la perfección lo que quiere Simeone de ellos y son capaces de brindárselo al equipo. El partido de ayer de Gallagher jugando como 'mediocampista' y siendo alabado por el Cholo en rueda de prensa resume lo que se busca de él. Y con Julián pasa parecido, fue suplente y, en una que tuvo, fue gol, a diferencia de contra el Espanyol, que jugó de titular y tuvo dos claras que no pudo marcar.

Si a esto sumamos que Giuliano, los dos ratos que ha jugado ha sumado, que Musso fue capaz de defender la portería en San Mamés ante la ausencia de Oblak y que un jugador como Lenglet, que conoce la liga a la perfección está en el banquillo para sumar, explica por qué Simeone elogia a su banquillo, a los jugadores que entran desde la segunda unidad y por qué el Atlético quiere soñar con algo grande.