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La desconocida historia del fichaje (y la ruptura) de Fran por el Madrid: "Pero tú, chaval, ¿de qué guindo caíste?"

El símbolo del Superdépor pactó su llegada al conjunto blanco con apenas 20 años. Después, el Madrid revendió sus derechos.

Fran, con la Copa del Centenariazo. /EFE
Fran, con la Copa del Centenariazo. EFE
Manuel Amor

Manuel Amor

Durante muchos años a Francisco González (Ribeira, A Coruña, 53 años) no se le conoció por su apellido. El equipo de su vida le atrapó tanto que pasó a convertirse en una prolongación de su nombre: Fran el del Dépor. Fue uno de los líderes de la etapa más gloriosa que se recuerda en Riazor, la de las remontadas en Champions y la Copa del Centenariazo, y a lo largo de sus 17 años como profesional solo vistió la camiseta del Deportivo. Así se le recuerda y recordará, pero su carrera pudo haber pegado un giro radical cuando empezaba a brillar.

En esta historia existen versiones encontradas e interrogantes por resolver, pero también una certeza que confirman todas las fuentes consultadas: Fran firmó un precontrato con el Real Madrid a finales del año 1989, cuando él tenía apenas 20 y el Dépor jugaba en Segunda División. "El fichaje de Fran se debió a Manuel Fernández Trigo. Fue periodista en A Coruña, en la Cadena SER, y en ese momento era gerente del Real Madrid. Tenía informes muy positivos del jugador. Cuando Fran era un joven prometedor, lo firmó sin decírselo al Deportivo", cuentan a Relevo miembros del club blanco que vivieron muy de cerca aquella operación.

En ese momento, el presidente de la entidad merengue era Ramón Mendoza. "Fernández Trigo le pidió permiso para fichar a Fran, y le dijo que sí. E hizo una cosa muy buena: inscribir el precontrato". El Madrid depositó la firma del jugador en la Liga de Fútbol Profesional para que quedase constancia de lo acordado, pero lo mantuvo todo en secreto durante más de dos años. El contrato debía entrar en vigor en el verano de 1992, cuando Fran hubiese continuado su proyección en el Deportivo y estuviese preparado para unirse a los Míchel, Butragueño y compañía. Unos meses antes, todo saltó por los aires. Hay explicaciones cruzadas en el porqué.

Las versiones de Real Madrid y Deportivo

El caso Fran levantó en armas a la ciudad de A Coruña en aquel enero del 92. El centrocampista ya había vinculado su futuro al Real Madrid pero, de forma difícilmente explicable, estampó su renovación con el Deportivo por cinco temporadas a comienzos de ese mismo año. Su salario se incrementaba campaña a campaña y le elevaba al rango de estrella. Según reportan las hemerotecas del momento, la primera persona en enterarse de que estaba ocurriendo algo extraño fue la gerente del club gallego: Berta Vales.

Fran pelea por un balón con Luís Figo.  EFE
Fran pelea por un balón con Luís Figo. EFE

Cuando presentó el acuerdo para extender el contrato de Fran, se encontró con una respuesta inesperada por parte de la LFP. No podían aceptarlo porque Fran ya había fichado por el Madrid. Vales llamó a Augusto César Lendoiro de inmediato. El histórico mandamás deportivista lo recuerda como si el tiempo no hubiese pasado: "Nosotros no sabíamos absolutamente nada y negociamos una ampliación con Fran. Llegamos a un acuerdo, lo depositamos en la LFP y, para nuestro asombro, nos dijeron que no podían validarlo".

La siguiente pregunta es inevitable: ¿por qué Fran renovó con el Deportivo cuando ya tenía un acuerdo para fichar por el Madrid? "Nunca tuvimos ni idea. Lo llamamos y él nos respondió una serie de generalidades: 'Sí, bueno, ya, pero…'. Me acuerdo de una entrevista una noche con José María García, lo estaba matando. Hasta tuve que salir yo en defensa del jugador. Le decía: '¿Pero tú, chaval, de qué guindo caíste?'. No daba ninguna aclaración importante de la firma de ese contrato, de cómo había sido, de por qué había sido… el colmo es que no tenía ni la copia del acuerdo con el Madrid".

La afición coruñesa montó en cólera y Lendoiro, "alucinado", no se quedó atrás. Sus declaraciones en los medios de comunicación cargaron con dureza contra el Madrid. 31 años después, sigue molesto. "Me enfadé muchísimo. Utilizaron aquella firma de forma grosera para hacerse con un jugador que no les correspondía. Fran todavía tenía contrato en vigor con nosotros". El clima se convirtió en irrespirable y el Madrid quiso reparar los daños. "Lendoiro armó un escándalo y Ramón Mendoza decidió actuar: le dijo a José Manuel Otero Lastres, su mano derecha, que se fuese a A Coruña a resolver el problema y ver qué solución le dábamos, porque la ciudad estaba en pie de guerra", rememoran desde el Madrid.

Ramón Mendoza (en el centro), con Lorenzo Sanz (izquierda) y Villar Mir (derecha).  EFE
Ramón Mendoza (en el centro), con Lorenzo Sanz (izquierda) y Villar Mir (derecha). EFE

El mencionado Otero Lastres, coruñés de nacimiento, todavía forma parte de la entidad (ejerce como vocal en la junta directiva de Florentino Pérez) y conocía de sobra a Lendoiro: habían sido compañeros en la carrera de Derecho. Él fue el encargado de sentarse con el enfurecido presidente del Deportivo y calmar las aguas. "Otero se lo dejó claro: 'Mira, Augusto, tenemos fichado a Fran por cinco años en una situación completamente regular y hagas lo que hagas no va a cambiar, pero lo que sí te ofrezco es la posibilidad de llegar a un acuerdo'", cuentan. Y, efectivamente, se alcanzó ese pacto: el Deportivo pagó 265 millones de pesetas al Real Madrid por recuperar los derechos federativos del jugador.

Para los blancos fue la operación más rentable de su historia. Recibieron una suma de dinero importante por un jugador que no había llegado ni a vestir su camiseta. Pero... ¿por qué el Madrid, que tenía contratado a uno de los grandes talentos del fútbol español, lo dejó escapar? Desde Concha Espina lo explican en base a dos factores: la necesidad económica y la innecesariedad deportiva.

"Mendoza tenía fichado para esa misma temporada a Martín Vázquez (regresó al Madrid desde el Marsella en octubre de 1992). Jugaba en el mismo puesto que Fran y no los veía compatibles. A nosotros también nos venía muy bien el dinero que nos daba Lendoiro", aseguran. El expresidente deportivista lo ratifica: "En aquel momento estaban en una situación económica complicada. Otero me comentó la posibilidad de recomprar algo que era nuestro… y se cerró en esos 265 kilos. Estábamos enfadados, pero para el Dépor era un jugador fundamental en todos los aspectos".

En lo que difieren Lendoiro y el Madrid es en la fórmula en la que se pactó aquella vuelta de Fran a Riazor. El club blanco explica que se guardó una opción de compra que posteriormente decidió no ejecutar: "El acuerdo que propuso Otero, y que Lendoiro aceptó, fue el siguiente: Fran se quedaba los dos primeros años de sus cinco de contrato en el Deportivo, y los dos últimos se iba al Real Madrid. El Madrid podía llevárselo al tercero, pero tenía que pagar 100 millones de pesetas. Si el Madrid no desembolsaba esos 100 millones, el Dépor se lo quedaba de forma definitiva".

Lendoiro, en una imagen de archivo.  EFE
Lendoiro, en una imagen de archivo. EFE

Lendoiro lo niega en rotundo: "No, no, no. Seguro que no. ¿Cómo vamos a pagar 265 millones si al tercer año nos dan 100 y se lo vuelven a llevar? Bastante fue tragar con aquello del Madrid como para que yo admitiese eso. Pongo la mano en el fuego. De eso nada. Es más, si el Madrid llega a poder recomprarlo por 100 millones al cabo de dos años… estamos hablando de que en la 94/95 el Deportivo pierde la Liga por el famoso penalti de Djukic y en el 95 somos campeones de Copa. Fran era internacional absoluto por España. Si no le hubiese interesado al Madrid, que seguro que sí, tenía mil fórmulas para ganar dinero a costa de Fran, como ya lo había hecho a costa de nosotros", añade.

Otra versión: la del asesor de Fran

Lendoiro y la entidad madridista chocan al hablar de aquello, pero hay una tercera versión: la de Xosé Antonio Ventoso Mariño, asesor de Fran y de su hermano José Ramón (otro miembro del Superdépor). Él formó parte de la operación y tiene otra explicación. "El Madrid no solo firmó un precontrato con Fran: también lo hizo con José Ramón. Ese fue el compromiso del presidente Mendoza. Después, cuando salió todo en la prensa, nos enteramos de que se había olvidado de incluir a José Ramón. Hablé con Mendoza y me dijo que las cosas son así, que el Madrid hace muchos precontratos y que, según la evolución del jugador, algunos quedan en nada. Somos de aldea, pero también matamos. Si el Madrid cambiaba el orden de los factores, cambiaba el producto", asevera a Relevo.

Según Ventoso, exdiputado socialista, la negativa del Madrid a fichar a su hermano fue lo que motivó que Fran no fuese al Bernabéu. "Mendoza rompió unilateralmente el acuerdo y creó todo tipo de presión sobre los chavales. El compromiso fue llevarse a los dos. Fran ya no quería ir al Madrid y el Madrid no quería a jugadores que no quisiesen jugar allí". José Ramón, contactado por este medio, niega que él hubiese firmado aquel precontrato, aunque reconoce que estaba previsto que fichase por el equipo blanco. Lendoiro y el Madrid no recuerdan que estuviese incluido en el pack.

Los amistosos en Málaga y Maracaná

A cambio de recibir los 265 millones, el Madrid se comprometió a jugar un partido de verano en el lugar elegido por el Dépor: "Nos salió muy a cuenta. Decidí que fuese en Málaga, porque allí había muchos madridistas. Toda la taquilla y derechos de televisión iban para nosotros: fueron unos 70 millones, un récord durante muchos años", dice Lendoiro. El club blanco agrega que proporcionaron a los gallegos otra ventaja: "Consideramos al Deportivo club especialmente protegido y le permitíamos elegir cada año a dos jugadores de nuestra cantera". Lendoiro lo pone en duda.

Fran, que no respondió a la invitación de Relevo a participar en el reportaje, terminó sellando su retorno al Deportivo y construyó una carrera de leyenda. El acuerdo definitivo se firmó el día en que los herculinos jugaron un amistoso en Maracaná a petición de Bebeto; Lendoiro se quedó en Madrid para cerrar el contrato y se lo perdió. Fuese por Martín Vázquez, por José Ramón o por el cambio de parecer de Fran, su zurda mágica jamás se movió de Riazor… y diez años después se cobró su revancha: fue capitán en la Copa del Centenariazo ganada en el Bernabéu. A Lendoiro, al fin y al cabo, le acabó saliendo a cuenta; Mendoza tampoco se tiró de los pelos: "No quería líos con el Dépor y lo arregló. En el Madrid nunca volvimos a hablar del tema".