Euskadi reivindica su derbi: "En Asturias ibas escoltado; dos horas antes al campo... Aquí me pasé el día en Pozas"

Hoy es día de derbi vasco y se siente en cada esquina. Hay ganas. Nunca deja de haberlas, con una rivalidad histórica entre Athletic Club y Real Sociedad que ha tenido todo tipo de capítulos, piques y enfrentamientos más ásperos, como los vividos en los años 90 tras el 'clausulazo' por Joseba Etxeberria. El resultado y el tipo de partido es siempre una incógnita, agarrándose a los tópicos para analizarlo, pero hay algo que es seguro: Licenciado Pozas acogerá hoy a miles de aficionados de ambos equipos viviendo la previa en hermandad. Las diferencias se dejan de lado por unas horas y ese, para ex jugadores -también para los actuales futbolistas, con una buena relación en la mayoría de casos- y aficionados, es el mayor orgullo.

Hay motivos históricos. Y también políticos. Desde la salida a Atotxa de Jose Ángel Iribar y Kortabarria en 1976 portando la ikurriña en una reivindicación inolvidable -era una bandera prohibida hasta ese momento-, hasta un sentimiento cultural por la defensa de unos valores y una forma de entender el fútbol. Desde la apuesta por la cantera y el sentimiento de pertenencia, personificado en las negativas de Zubimendi y Nico Williams a salir a Liverpool y Barcelona respectivamente, hasta iniciativas de ambas entidades.

Este viernes, por ejemplo, se celebró la decimoquinta edición del derbi de los Bertsos, un orgullo cultural vasco, así como un enfrentamiento a pádel entre ex jugadores. Antes y después de los partidos, el buen rollo reinaba. "Nos hemos enfrentado desde que somos niños", destacaban como una de las claves de esa amistad que perdura hoy y que también existía cuando eran profesionales. Los vestuarios rojiblanco y txuri-urdin son una extensión de la sociedad.

En los grupos de amigos o en las redes sociales, el pique existe. ¿Quién tiene más canteranos? ¿Quién está mejor? ¿Quién se olvida del 3 de abril de 2021, cuando la Real ganó una Copa al Athletic? Todo eso existe, como "una rivalidad bien entendida" y que "es necesaria" siempre. David Zurutuza, inolvidable centrocampista txuri-urdin, incluso reconoce que a él le gusta que haya ese pique de declaraciones previas, como las que protagonizó Iñaki Williams admitiendo sus ganas por seguir "vacunando" a la Real. "Ojalá les vacunemos nosotros a ellos", respondía Zuru. "Estas cosas siempre las cojo con humor y me parece sano e incluso necesarias".

Sin embargo, hay algo que no se toca. El buen rollo en las horas previas, con cánticos en una y otra dirección, compartiendo mesa para apoyar las bebidas en unas calles en las que se entremezclan los colores. Un ejemplo, narrado por Carlos Martínez, ex jugador de la Real, lo ejemplifica a la perfección. "Hace dos años con Zurutuza y las mujeres vinimos a pasar el día en Pozas, estuvimos todo el día por aquí... Un ex jugador de la Real puede venir a Bilbao, estar tranquilo y disfrutar los derbis, y eso dice mucho de la manera en que lo vivimos aquí", reivindica antes de contar otra experiencia muy diferente cuando tuvo que abandonar Donostia.

"Me tocó vivir unos Oviedo-Sporting que para nada tienen que ver con los Real-Athletic. La afición tenía que ir hora y media antes al estadio, les decían que a poder ser no viajaran a la otra ciudad... Me ha tocado también vivir algún Sevilla-Betis como aficionado y, al final, son maneras diferentes de vivirlo, me quedo con la manera en la que lo vivimos aquí", dice Carlos, que jugó para el conjunto oviedista.

En la otra acera, en la del Sporting de Gijón, estuvo Borja Viguera, canterano de la Real y quien también pasó por el Athletic. Su opinión es muy similar a la del ex lateral txuri-urdin: "Aquí la rivalidad existe, pero es una rivalidad... Yo he podido vivir un Sporting-Oviedo y ahí la rivalidad va más allá, la rivalidad es en todos los sentidos, y aquí es más sana, queriendo que gane uno u otro, pero bien entendida y, sobre todo, con el ambiente que se vive antes".

Tiene claro, por experiencia propia, que "eso en Gijón o en Oviedo no se puede vivir, con tanta gente de un equipo o de otro en la otra ciudad". "Yo me acuerdo que con el Sporting fuimos escoltados, salimos escoltados, la afición entrando dos horas antes al estadio. Yo creo que todo eso hace que sea mejor, que todo fluya y el derbi vasco en ese aspecto está muy bien", defiende, pese a que en los últimos años haya una corriente que resta interés al duelo territorial vasco por ese hermanamiento previo.

Esto no quita para que entre aficiones sean habituales en las semanas previas las discusiones, más acaloradas que en el resto del año, pero no pasan de ahí, algo de lo que se enorgullecen todos los protagonistas. El propio Ernesto Valverde lo destacó entre semana, queriendo reivindicar el derbi vasco como ejemplo para todos. Esta temporada, precisamente, se vivió un episodio lamentable en el derbi madrileño, con el cierre de una parte del Metropolitano e imágenes de confrontación que se buscan erradicar. En Sevilla también hubo problemas e incluso hace unos años se tuvo que suspender el partido por el lanzamiento de objetos desde la grada, uno de ellos impactando en Joan Jordan.

"Es un derbi con mucho ambiente, un ambiente sano, muy sano. He vivido derbis mucho más peligrosos, en las que las aficiones se llevan peor, y la verdad es que es importante que se vaya erradicando un poco ese tipo de derbis en los que hay jaleos y que haya mucha más amistad entre ellos". Declaraciones de Fernando Llorente, que vivió y fue determinante en varios duelos entre los equipos vascos, pero también vivió en primera persona un Sevilla-Betis, clásicos con la Juventus o el derbi del norte de Londres entre Tottenham y Arsenal.

El derbi de esta noche es aún más especial para una agrupación de aficionados que tienen marcado este día en el calendario desde que inicia la temporada. Bizkaia Txuriurdina, peña realista en 'territorio enemigo', cumple diez años en esta temporada y lo quieren celebrar con una gran fiesta por Pozas y, a poder ser, un triunfo en San Mamés que permita a los suyos superar al Athletic en la clasificación. Josu Fernández, bilbaíno pero realista por la influencia de Arconada y aquellos títulos de inicios de los años ochenta, define como "muy especial" este encuentro, no solo por las previas de hermanamiento, sino por lo que supone también el lunes en el trabajo.

Tiene claro que "hay que tener rivalidad sana y con respeto para poder disfrutar juntos de este partido", sobre todo en un momento en el que ha habido episodios violentos que han alejado al fútbol de un sector de aficionados. El propio Josu vivió en el Reale Arena lo sucedido ante el Anderlecht en la Europa League y no duda de que esa es "una línea roja" que no se puede superar. "Yo creo que el fútbol es para disfrutarlo y pasarlo bien, porque todos tenemos nuestros trabajos, tenemos nuestras dificultades en la vida, y yo creo que hay que ir a los campos a poder disfrutar, a pasarlo bien con una afición y con la otra".

Joseba García, presidente de la Peña Deusto tiene claro que "aquí los derbis son otra historia". "Son derbis bonitos. Y últimamente, como estamos más igualados, hay más pique deportivo y hay muy buen ambiente", celebra. Incluso, su agrupación de aficionados rojiblancos participó en el pasado de iniciativas conjuntas a otras peñas de la Real. Eran otros tiempos, pero entonces se hacían poteos y kalejiras organizadas por ambas aficiones hermanadas, incluso más que en tiempos actuales.

De hecho, Joseba cree que hay que proteger el ambiente. En su opinión, en los últimos años está viendo una deriva de mayor crispación, "sobre todo en Anoeta". "En las previas siempre hay muy buen ambiente, con los cascos viejos llenos de gente de las dos aficiones, cantando juntos y con un ambiente muy bonito de verdad. Pero también tiene sombras, al menos yo he notado que allí cuando vas al estadio, no sé si es que sale gente solo va al campo con ganas de liarla, pero se enrarece un montón el ambiente". Eso sí, sigue pensando que "comparado con otros derbis que se ven en otras ciudades, que se llevan a matar, este es especial porque hay muy buen ambiente general".

Josu pone en valor el "respeto" de un derbi vasco que más allá de la rivalidad coloca por encima los valores reales de este deporte. "Tengo dos sobrinos del Athletic y cuando llego a su casa, me dan los cromos de la Real con cariño porque saben que su tío es de la Real. Y eso habla de respeto, de entender desde pequeñitos que se puede ser de otros equipos y no pasa nada. Y, sobre todo, vivir juntos un derbi con pasión pero hermanados". Precisamente por eso, tiene claro que otros enfrentamientos regionales en los que se supera la línea de la violencia no hablan de "pasión": "Deja de ser fútbol".