OPINIÓN

Quien dude de este Barça que cambie de deporte

Los jugadores del Barça, lamentándose al finalizar el encuentro ante el Atlético de Madrid. /EFE
Los jugadores del Barça, lamentándose al finalizar el encuentro ante el Atlético de Madrid. EFE

Como todo en este Barça de Flick, hasta la injusticia llega antes de tiempo. En apenas media temporada los azulgrana han visto como su equipo devoraba sus miedos goleando a sus verdugos (Bayern y Real Madrid) y cogía una velocidad de crucero impensable para un proyecto tan tierno, para después ver qué color tiene el reverso amargo de lo inesperado, en este caso una sequía de puntos grosera (5 de 21) que termina en la derrota más dolorosa que ha sufrido el culer en años. Si la injusticia tomase forma, pensará el aficionado, tendría en su sonrisa el gol de Sorloth.

Todo en este deporte va y viene, lo que imposibilita poder retener nada o tener tiempo para catalogar las cosas por su nombre. El Barça, revelación en octubre, está en una crisis de resultados inmensa en Liga aún cuando su juego le lleva a pensar que está cerca de salir de ella. Es este deporte tan bello y odioso a la vez que se puede decir perfectamente que el Barça ha jugado el partido más completo del curso con el hecho de que ninguno ha levantado tanta frustración entre sus aficionados esta temporada. Esta temporada está siendo una montaña rusa de emociones y habrá que estar preparado para ello.

Ante la baja de Lamine Yamal, que es como decir que tu casa pierde el tejado, Flick acertó. Lo hizo porque modificó cosas entendiendo que no podía replicar algo sin el jugador que le daba sentido y pasó a un 4-3-3 con Gavi y Pedri de interiores y Fermín más abierto. El Atlético, siempre conservador cuando visita Barcelona, como si no asumiese todo lo logrado con Simeone como propio, quedó en tierra de nadie durante muchos, demasiados, minutos, sin detectar ni siquiera intuir el destrozo que Pedri perpetraría en ese partido.

Es tarea de todos los que amamos el fútbol rescatar actuaciones individuales como las del canario para la posteridad. Que el resultado no tape ni robe de la memoria un partido fascinante de Pedri, con pases que desafían la lógica y un sentido del ritmo y la responsabilidad enormes. Como interior puro, Pedri fue el punto y la coma del equipo; lo definitivo y lo transitorio, asentando al Barça en la frontal tantas veces como fueran necesarias, marcando y dejando asistencias que ningún compañero supo aprovechar, quizás por vergüenza ante un partido colosal. El resto no supieron estar a la altura del canario.

En caliente nunca se deben sentenciar cosas. Pero este partido sí deja una clara: jugando así este FC Barcelona va a ganar mucho más de lo que va a perder, por mucho que los resultados recientes sean nefastos en Liga y que esto le aleje de los títulos. Puede sonar contradictorio, pero lo importante siempre es lo que uno puede extraer de cada encuentro, ese elixir que sustraes para aplicar a futuro y generar así algo que merezca la pena. Durante casi 90 minutos el FC Barcelona dominó, generó ocasiones y apenas cedió metros y ocasiones a un equipo pletórico en su confianza. Todo sin Lamine Yamal. Quién vea esto y dude que se cuestione qué deporte le gusta.