LALIGA SANTANDER

Las heridas tras la rajada de Iago Aspas: la plantilla no entendió la gestión del club en el mercado de fichajes

El Celta está al borde del descenso a falta de una jornada.

Los jugadores del Celta, ayer, tras la derrota en Cádiz. /EFE
Los jugadores del Celta, ayer, tras la derrota en Cádiz. EFE
Óscar Méndez

Óscar Méndez

Iago Aspas sorprendió ayer a muchos aficionados cuando se puso delante de un micrófono en el Nuevo Mirandilla para analizar la derrota del Celta ante el Cádiz. El de Moaña, que pocas veces se muerde la lengua cuando tiene que hablar, señaló directamente al organigrama deportivo de la entidad por la confección de la plantilla. "Nos falta calidad. Lo dije en agosto, lo dije en enero y no se subsanó", espetó. Y no es la primera vez que lo hace.

Semanas antes, el atacante gallego ya expuso el mismo discurso tras un mal resultado en Liga. "Creo que nos falta esa calidad que teníamos el año pasado para dar el último pase, ese futbolista de toque que ahora no tenemos y nos cuesta más". Sin dar nombres, es sencillo pensar en Brais Méndez y Denis Suárez, los dos jugadores del centro del campo que ya no están en el equipo esta campaña.

Precisamente la salida de ambos futbolistas sentó mal en el vestuario, aunque son dos casos diferentes. El de Mos fichó por la Real Sociedad a cambio de 14 millones en los primeros días de julio. El club planeó empezar pidiendo alrededor del doble, pero se conformó con esa cifra para sorpresa del grueso del vestuario por la celeridad con la que cerraron la operación, incluido también el cuerpo técnico que había por aquel entonces.

El caso Denis Suárez también provocó algunas heridas en el Celta. La decisión inamovible del presidente Carlos Mouriño de apartarlo no sentó bien entre sus compañeros. Consideraban que el de Salceda podía ayudar entre verano y enero, cuando se le buscaría de nuevo una salida, pero el máximo mandatario se cerró en banda pese a la insistencia de Eduardo Coudet y de varios jugadores del primer equipo.

La política de fichajes del pasado verano también sorprendió a más de uno. "No entendemos qué ha hecho el club en el mercado", reconocían desde el vestuario celeste. Tras perder a varios futbolistas con notable experiencia en Primera División, la apuesta fue fichar a varios jóvenes con la intención de que se revalorizasen, una decisión que no entendió buena parte del plantel. Así, llegaron nombres como Swedberg, Larsen o Luca de la Torre, llamados a ser importantes en el equipo pero que no han ofrecido el rendimiento esperado pese a costar alrededor de 20 millones de euros.

Esto también influye en lo que le cuesta al Celta levantarse de cada revés, uno de sus grandes males esta temporada. Es difícil ver al equipo remontar un partido cuando el marcador se le pone en contra, y prueba de ellos son los últimos once compromisos ligueros, donde apenas ha sumado seis puntos de 33 posibles y una única victoria, la cosechada por la mínima ante el colista Elche. De hecho, este curso no ha conseguido ganar ningún encuentro en el que ha empezado perdiendo.

Larsen se lamenta de una ocasión fallada.  EFE
Larsen se lamenta de una ocasión fallada. EFE

Los cambios en el XI tipo de la temporada pasada y esta han salido casi todos mal. Tan solo la irrupción de Gabri Veiga ha podido mitigar un poco el déficit de calidad en la plantilla. Coudet señaló en múltiples comparecencias que el equipo tenía menos nivel, Carvalhal indicó a su llegada que a la plantilla le faltaban piezas y los jugadores, en público y en privado, reconocen que han perdido potencial.

El Celta se jugará su supervivencia en los últimos 90 minutos de la temporada y para conseguirla deberá ganar su partido ante el Barcelona o replicar el resultado que haga el Valladolid en su duelo contra el Getafe. No obstante, la consiga o no, necesitará darle un vuelvo a su política de fichajes.