El derbi pone al Betis ante el espejo: de la planificación a la dirección de Pellegrini
El equipo verdiblanco salió muy tocado de Nervión, entre las dudas sobre la plantilla y la nula capacidad de reacción tras el 1-0.
El Betis salió muy tocado del derbi. No sólo son más de seis años sin ganar un duelo de rivalidad en LaLiga, sino que el equipo verdiblanco confirmó a la baja esas malas sensaciones que venía transmitiendo en este inicio de temporada. Las dos victorias seguidas ante Leganés y Getafe dispararon la ilusión, pero la realidad es bien distinta. Una sola victoria en los cinco últimos partidos, el varapalo europeo en Varsovia y la derrota por la mínima ante el Sevilla colocan a los verdiblancos ante el espejo, con deficiencias en la planificación y también en la dirección de Manuel Pellegrini.
Al igualado primer tiempo, con mayor posesión local pero más ocasiones visitantes, le siguió un segundo acto en el que el Betis se mostró incapaz de reaccionar al gol de Lukebakio. "Nos desorientó y nos fuimos abajo anímicamente", expuso Pellegrini, incidiendo en esa discutible decisión de Martínez Munuera para justificar el paupérrimo partido de su equipo desde el 1-0. El chileno deja atrás los derbis del pasado año, cuando el Betis se puso por delante en el marcador y no supo rentabilizarlas para llevarse el partido.
Pero no sólo el chileno volvió a demostrar que los derbis no son lo suyo -nueve en LaLiga sin ganar con cinco empates y cuatro derrotas- sino que también el equipo verdiblanco mostró deficiencias. Guido Rodríguez, Ayoze, Willian José y hasta Juan Miranda aparecían en el once que empató el pasado año en Nervión y, hoy por hoy, sus sustitutos ofrecen un rendimiento menor, sobre todo en partidos de enjundia.
Una plantilla con deficiencias
Llegó el Betis al derbi tras el bochorno de Varsovia con la unidad B. Pellegrini optó por las rotaciones ante el Legia -sólo cuatro futbolistas repitieron en el once del derbi- para buscar piernas frescas ante el Sevilla. Pero ni le salió el planteamiento en la Conference League, con otra derrota bochornosa, y tampoco en el duelo de rivalidad. La plantilla se ha quedado corta de efectivos en algunas posiciones -centro de la defensa y medular- pero tampoco ha dado un salto de calidad en otras como el lateral izquierdo, pese a los fichajes de Ricardo Rodríguez y Perraud, los extremos o la delantera.
"No estamos convirtiendo las ocasiones que creamos", señaló Pellegrini como otro de los motivos de la mala dinámica del equipo. Ni Vítor Roque, que ha errado numerosas oportunidades desde su estreno como goleador, ni Bakambu están viendo portería, como tampoco otros jugadores como Abde -un solo gol-, Fornals, Chimy Ávila o Johnny Cardoso. Sin la eficacia de Lo Celso, que había anotado cinco dianas hasta el derbi, el Betis se quedó sin pólvora y eso siempre rebaja el nivel de un equipo.
La dirección del entrenador
Poco se puede discutir del plan que viene manteniendo Pellegrini, el habitual durante sus cuatro temporadas anteriores en el Betis y que, habitualmente, le dio resultado, pero el equipo ofrece peores sensaciones sin que el entrenador detenga hasta el momento esa caída. Al bajo rendimiento colectivo le sigue también el mal momento individual que atraviesan numerosos jugadores, con lo que el técnico necesita buscar soluciones para revertir esa dinámica.
La plantilla confeccionada durante el verano contó con la aprobación del chileno para pelear por los objetivos marcados -clasificación europea vía LaLiga y llegar a rondas avanzadas en Europa-, pero hasta el momento no ofrece ni la consistencia ni los números de años anteriores. El gran baluarte de estos años ha sido la batuta de Pellegrini, tanto para rebajar la euforia en los momentos positivos como para mantener la calma en los complicados, y ahora el chileno tiene un parón por delante para preparar otro duro calendario que se avecina.
Sin rastro de los dirigentes
Dos varapalos como el de Varsovia y el del derbi hubieran necesitado una respuesta de los dirigentes, que mantuvieron el silencio tanto en la derrota europea como en la de este pasado domingo. Los mensajes no sólo se lanzan de puertas hacia dentro sino que también los aficionados necesitan conocer la versión de los que mandan como máximos responsables de lo que suceda en la institución. Las protestas por el penalti señalado en el derbi quedaron en mano de los futbolistas y del entrenador, que se marcharon de Nervión tan desorientados como estuvieron sobre el césped.