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Israel Salazar lo tenía todo para triunfar en el Real Madrid... pero explotó en Valladolid: "No sé qué hubiera sido de mí sin lesiones"

'Sala', que ahora juega en el Estoril Praia portugués, brilló a las órdenes de Paulo Pezzolano en el club blanquivioleta.

Israel Salazar, con el trofeo de la Youth League 2019-20./REAL MADRID
Israel Salazar, con el trofeo de la Youth League 2019-20. REAL MADRID
June Lavín

June Lavín

"No sé qué hubiera sido de mí sin lesiones". Esa es la lectura que Israel Salazar (Badajoz, 2003) hace de su hasta ahora corta pero intensa trayectoria en el fútbol. Descuelga la llamada de Relevo desde Estoril, donde reside desde agosto de 2024. "Estoy muy bien, a gusto y agradecido al club y a mis compañeros porque me han dado todas las facilidades para adaptarme", explica. Su nombre irrumpió en el escaparate del fútbol formativo español cuando emergió como uno de los delanteros con mayor potencial de las categorías inferiores del Real Madrid, avalado por una "muy buena relación" con el gol (superó los 150 en La Fábrica). Lo demostró, sobre todo, en categoría cadete y juvenil. Sin embargo, una concatenación de lesiones musculares frenaron su progresión en el peor momento, cuando lo tenía todo para ser uno de los líderes del Castilla de Raúl, con quien se le llegó a comparar ("es un privilegio que se te compare con una leyenda del madridismo") por su intuición y picardía en el área.

Su etapa en La Fábrica no finalizó como esperaba y, después de salir cedido a UCAM Murcia (2RFEF en aquel momento), firmó por el Real Valladolid Promesas. Para Sala, como se le conocía en Valdebebas, todos los caminos conducían al filial... hasta que Paulo Pezzolano le brindó la confianza necesaria para reencontrarse consigo mismo y también con el gol. Su estreno con el primer equipo blanquivioleta fue soñado: logró anotar en su debut en Copa, en un partido ante el Espanyol, y también en Liga, contra el Amorebieta. "Pezzolano me hizo sacar todo. Estuve allí [en el Valladolid] y tuvo el valor de ponerme a mí, a un chaval de la cantera... No todos los entrenadores tienen la capacidad de hacerlo". En busca de oportunidades, y después de estudiar diferentes propuestas, recaló en las filas del Estoril Praia de la primera división lusa en agosto del año pasado.

'Sala', sobre su etapa en el Real Madrid y las lesiones que sufrió en su último año.RELEVO/SERGIO CERQUEIRA

¿El gol se entrena o es algo que se lleva dentro?

Bueno... En La Fábrica es verdad que lo tenemos todo para mejorar y para crecer como futbolistas y personas, pero es verdad que dentro de esa mejora que puedes llegar a conseguir está el talento que lleva uno dentro.

Después de romper el hielo, vamos al presente. Nuevo país, nueva ciudad, nuevo club... ¿Ya adaptado?

Estoy muy feliz y muy contento. Estoy en un gran club [el Estoril Praia]. La adaptación sí que es verdad que es un poco complicada al ser otro país y otro idioma. Lo que he visto en este tiempo es un fútbol bastante distinto al de España, pero compañeros, club y entrenadores todo perfecto. A los españoles [Joel Robles, Jandro Orellana y Alejandro Marqués] nos han dado muchas facilidades para acoplarnos, por así decirlo, y la verdad es que muy contento de poder esta en esta categoría, con ganas de seguir sumando.

Sois bastantes españoles en el club y también en la liga portuguesa.

Sí, es verdad. Uno de los objetivos junto a mi familia y mi agente era mirar a largo plazo en el sentido de que creemos que es una liga que para los jóvenes que buscan hacerse su camino en el fútbol es el mejor trampolín. Es un escaparate bastante top para los chavales jóvenes que estamos en busca de labrarnos nuestro futuro.

El reto es mayúsculo, pero ya conseguiste brillar en la cantera del Real Madrid. Todo el mundo hablaba de ti como uno de los delanteros con mayor potencial de La Fábrica...

Esa etapa en el Real Madrid me enseñó bastantes cosas. Tuve la suerte de estar varios años y estar siempre al mejor nivel, metiendo goles, yendo con la Selección española, pudiendo saltar algunas categorías... Siempre lo valoré, tanto cuando estaba dentro como luego, ya fuera. Es un privilegio que muchos no tienen. No sé qué hubiera pasado si no hubiera tenido lesiones, pero lo que está claro es que disfruté hasta el último día estando allí. Hice bastantes amigos, pude disfrutar de los entrenadores que tuve, que la verdad es que fueron espectaculares, porque cada uno me enseñó sus cosas y estoy muy contento de haber formado parte de la cantera esos años.

Incluso se te llegó a comparar por Raúl por tu idílica relación con el gol y picardía dentro del área. Un perfil de delantero diferente, no tan corpulento como los Latasa, Pedro Ruiz...

Al final, que te comparen con una leyenda del madridismo es un privilegio, pero es verdad que me faltó llegar al primer equipo. A día de hoy sigo mi camino, estoy creando mi espacio en este mundo y ojalá algún día pueda llegar a la mitad de lo que ha sido Raúl González [risas].

'Sala', durante un partido del Cadete B del Real Madrid. GETTY IMAGES
'Sala', durante un partido del Cadete B del Real Madrid. GETTY IMAGES

¿Qué crees que fue lo que hizo que el Real Madrid se fijase en ti después de pasar por varios equipos extremeños?

Lo recuerdo como una de las mejores etapas de mi vida. Soy un privilegiado por haber formado parte de las categorías inferiores del Madrid tan joven, y lo recuerdo con bastante aprecio. Yo siempre he sido delantero, también extremo, pero siempre arriba en el ataque. Y, como ya pude mostrar un poco en las categorías inferiores, el gol [fue lo que hizo que el Madrid se fijase en él], el estar siempre pisando el área, definiendo... Es lo que desde pequeño me hizo crearme mi espacio en el Madrid y en las inferiores de la Selección española.

Seguro que uno de los mejores momentos de tu etapa en el Madrid fue estar en el equipo que consiguió la Youth League en la 19-20 con Raúl. ¿Cómo es en las distancias cortas?

Una leyenda. Cualquiera que lo conozca le tiene respeto por ser la figura que es. Nosotros, como jugadores, ojalá pudiésemos ser la mitad o un cuarto de lo que él ha sido. Aprendí mucho, me fijé mucho en remates y definiciones que él nos enseñaba, también movimientos. Es bastante exigente, igual que la entidad, pero contento por lo que aprendí de él el tiempo que estuve allí.

La temporada siguiente también conseguiste 'rascar' minutos en el Castilla. ¿Sentiste vértigo al quemar etapas tan rápido?

No. La Youth League [por edad no le correspondía, pero dio el salto], a pesar de no sumar muchos minutos, es un recuerdo que siempre tendré junto a mis compañeros. Luego, debuté en el Castilla, pero no lo vi como algo que me pudiera frenar, sino como algo que se está dando así, de verlo como haber tenido la suerte de haber jugado en el Real Madrid y haberlo hecho saltándome alguna categoría. Me sirvió para aprender bastante de mis compañeros más mayores, que al final también exigían muchísimo más que cuando estaba en mi nivel de categoría. Eran cuerpos más grandes, todo más rápido, el ritmo... Te exigía y tú mismo mejorabas. Eso es un aprendizaje que me llevé. Aprendes antes y maduras antes.

¿Por qué no llegaste? Lo tenías todo...

Mi último año en el Madrid, en juvenil de tercer año, fue malísimo para mí: tuve bastantes lesiones, tuve roturas en el cuádriceps, una lesión bastante grave en el tobillo que me tuvo unos dos meses y medio fuera... Cuando estaba arrancando y mejorando en el tramo final de año, tuve una luxación en la clavícula y fue un año bastante malo para mí. Eso fue lo que me frenó y lo que me impidió dar el salto a pertenecer a la plantilla del Castilla el año siguiente. No tuve ritmo ni continuidad. Son aprendizajes que te da el fútbol y la vida. Las lesiones no las podemos controlar y los años siguientes pude reivindicarme con el Real Valladolid.

¿Crees que al Madrid le faltó paciencia contigo?

No lo creo. Al final fue un poco de todo, porque yo tuve un año malo con bastantes lesiones y no pude llegar a mis objetivos o al ritmo al que debería haber llegado para estar en la plantilla. Se tomó la decisión de salir ese año [cedido al UCAM Murcia] y tampoco fue mi mejor año. Al club le tengo mucho cariño, pero no estuve en mi mejor momento. No terminé de explotar en Segunda Federación, pero aprendí mucho de estar en un vestuario distinto, en un vestuario con gente más mayor de lo que estaba acostumbrado. Ni el Madrid ni yo fuimos culpables.

'Sala', sobre si al Real Madrid le faltó paciencia.RELEVO/SERGIO CERQUEIRA

Cuando sales cedido, ¿todavía conservas la esperanza de volver o ya te haces a la idea de que estás fuera?

Cuando salí al UCAM Murcia yo sólo pensaba en disfrutar de ese año, en hacer una buena temporada, porque seguía teniendo contrato con el Madrid y quería hacerlo bien, ya no sólo para volver sino también para tener otras opciones. Estando en el Madrid tienes un poco más de visibilidad que otros jugadores y siempre mantuve la esperanza, claro que sí.

Y de repente todo cambia cuando firmas por el Real Valladolid Promesas y consigues lo que por momentos parece imposible: asomar la cabeza en el primer equipo.

Sale la posibilidad de ir al Real Valladolid Promesas y la verdad es que es un club al que tengo bastante cariño y aprecio. Todo empieza como jugador del filial, pero llegué al primer equipo. No esperaba acabar el año de esa forma [formando parte de la primera plantilla], pero hubo mucho trabajo, sacrificio y suerte, porque se me dio bien las veces que me subían a entrenar y me dejé ver en esos entrenamientos, ejercicios y sesiones. No siempre subían a los mismos canteranos y las veces que yo lo hice intenté dar lo mejor para que el entrenador del primer equipo dijera 'a este chico hay que subirlo, hay que tenerlo en cuenta'. Justo fue un día en el que ganamos al Zamora y a la noche, justo cuando me iba a acostar, me llamó el director deportivo de la cantera para ir al viaje de la Copa del Rey con el primer equipo. No me lo creía. Fue una oportunidad bastante importante, poder vivir esa experiencia... Tuve la suerte de jugar, metí gol, la semana siguiente debuté en Liga, volví a meter gol contra el Amorebieta y me quedé con ellos [con el primer equipo] toda la temporada.

'Sala', en su debut con el Valladolid frente al Espanyol en Copa. REAL VALLADOLID
'Sala', en su debut con el Valladolid frente al Espanyol en Copa. REAL VALLADOLID

¿Cómo valoras tu año allí? ¿Lo sentiste como una reivindicación?

Fue un año corto pero intenso, y la verdad es que muy positivo. Me hizo dar un salto en mi carrera, que me permitió estar aquí en primera división de Portugal... No me lo imaginaba. Yo empecé como ese chaval del filial que quiere llegar, pero no te imaginas nunca que vas a llegar, y cuando llegas la verdad es que lo disfrutas al máximo. Es un club al que ya he dicho que voy a guardar siempre mucho cariño y siempre será un pucelano más del corazón, como dije en mi despedida. Es un equipo que me lo ha dado todo, al igual que el Real Madrid, que me lo ha dado todo desde pequeño.

¿Te dolió perder protagonismo después de una carta de presentación así?

Son decisiones del club, del entrenador... No me sentí dolido, sin más. Yo, al final, estaba ahí para sumar, sabía cuál era mi rol. Como cualquier jugador, siempre tienes esa ambición de querer jugar más, de querer jugar todo, meter goles... Pero bueno, yo es verdad que tuve la suerte de que todo lo que jugué lo pude hacer bien, ayudar al equipo... Sabía la presión que había por parte del club, que el año anterior había bajado de Primera y se tenía que volver a jugar y es un club de Primera por la historia y por todo. Fue una experiencia increíble salir allí a jugar con más de 20.000 personas en Pucela y es algo que disfruté al máximo.

¿Fue cosa del club, decisión tuya, una mezcla...?

Bueno, fue entre ambos. El club, yo... También salió esta opción [la del Estoril]. Míster, club y yo creíamos que no iba a ser un año para que yo pudiera disfrutar de muchos minutos y, siendo joven, salió esta oportunidad en una liga que es un escaparate importante. Quería dar el salto a un gran equipo y me vine para acá. Y si no pues seguir mi trayectoria, que ojalá también pueda ser en un Real Valladolid.

¿Cómo de importante fue Paulo Pezzolano para ti?

Es una trayectoria la que tengo. Ojalá siga por muchos años más, pero el que me ha hecho sacar todo es Paulo, Paulo Pezzolano. Estuve allí, tuvo ese valor de ponerme a mí, a un chaval de la cantera, del filial, que no todos los entrenadores tienen esa capacidad de hacerlo y eso es verdad que tienes que tener ese valor para decir: "Bueno, yo voy a apostar por este chaval". Y él lo hizo. Muchas veces salíamos a un partido y él me decía: "Isra, no te preocupes, presión ninguna, la presión es para mí... Tú sal a jugar, sal a hacer lo que sabes hacer". Por eso también me quitaba la presión de salir al campo y de fallar y que todo pareciera un mundo. Y no, en realidad no. El entrenador te ha dicho lo que quiere, el entrenador confía en ti, sabe el nivel que tienes, sabe lo que puedes dar... Y eso también es una de las armas que a mí me ayudaba a rendir mucho mejor en el campo.

'Sala' habla sobre Pezzolano.RELEVO/SERGIO CERQUEIRA

Y ya la última: ¿con qué sueña ahora Israel Salazar?

Con hacer un buen papel, que terminemos el año lo más arriba posible, porque será bueno para todos y estamos en un gran club, en un gran equipo. Tenemos armas para hacer todo lo que nos propongamos. De cara al futuro, trabajar, trabajar al máximo y sacrificarme como he hecho siempre. Como jugador, quieres luchar por llegar a un gran club, pero veremos... Es una oportunidad increíble estar en un club como este con 21 años.