La delantera del Sevilla... y la peor racha en más de 50 años

Las rachas son habituales en el fútbol, pero no dejan de ser alarmantes a partir de un punto en concreto. El caso del Sevilla es particular. García Pimienta ha logrado inculcar a su equipo una forma e identidad de juego concreta, y el vestuario se la ha comprado por completo. Sin embargo, el eslabón más débil está siendo un ataque incapaz de que sus delanteros conviertan las ocasiones que les llega cada partido. Porque en temporadas anteriores el balón no llegaba arriba, pero esta vez es distinto.

Todo el mundo en Nervión era consciente de que la salida de Youssef En-Nesyri iba a suponer un descenso en la cantidad de goles del equipo. El marroquí ha llegado a promediar casi veinte goles por año desde que llegó al Sevilla, cifras para nada sencillas de igualar. Sin embargo, lo que nadie, o poca gente, podía llegar a pensar es que tras doce jornadas de liga ninguno de sus dos delanteros iba a ser capaz de celebrar, al menos, un tanto. De hecho, si incluimos a Peque como ariete en la ecuación, el dato continúa igual: cero goles.

Ni Isaac Romero, ni Iheanacho. Ninguno. A apenas días de visitar al Leganés, García Pimienta continúa trabajando con ellos. Más en lo mental que en lo futbolístico, pues aunque siga defendiendo que es "una mala racha", ese bloqueo de cara a puerta comienza a lastrar el juego más allá del área rival. Es el caso del canterano, quien ante la Real Sociedad firmó un partido de desesperación y sin aportar con balón -ningún regate completado y hasta diez pérdidas- en aquellas zonas que necesita su equipo.

Y es que, aunque el lebrijano aseguró en zona mixta que no estaba preocupado, Isaac Romero e Iheanacho llevan unos números históricos. Para ver algo igual hay que remontarse más de cincuenta años atrás. Que los delanteros del Sevilla, a estas alturas de liga, no lleven ni un solo gol no ocurre en la entidad hispalense desde la temporada 1966/67. Aquel año, el primer tanto de los arietes nació de las botas de Pedro Antonio Cabral, en la decimonovena jornada de la competición doméstica... y el club nervionense acabó jugando la promoción de descenso, aunque fue capaz de mantener la categoría finalmente.

Una racha que ha pasado de mala a pésima. Un bloqueo de cara a puerta que sigue lastrando a un Sevilla que tiene como máximo goleador a Lukebakio -cinco-, perseguido de hasta cuatro jugadores con un solo tanto: Ejuke, Idumbo, Juanlu y Jesús Navas. Un problema evidente, que se hace más peligroso cada jornada que pasa, pues únicamente seis equipos han anotado menos que los nervionenses en este arranque liguero.

Pese a los pésimos números de Isaac e Iheanacho -quien anotó un doblete en Copa del Rey ante un equipo de Tercera Federación-, su técnico siempre ha mantenido el mismo discurso desde que comenzó la temporada. García Pimienta se agarra a una "mala racha", y en el caso del lebrijano suele recordar todo lo que le da a su equipo más allá del área rival. Sin embargo, tras la derrota ante la Real Sociedad obvió ese aspecto y tiró del factor emocional: "Los dos han tenido ocasiones muy claras de cara a portería. La de Iheanacho ha sido clarísima. No es un tema de que no tengan opciones, sino de que están pasando una mala racha. Isaac se deja la vida, no le puedo decir nada. Confiamos en ellos".

Y es que el técnico barcelonés mantiene la fe porque sus dos delanteros logran ponerse de gol -y también porque son los que tiene-. Es cierto que esa es la máxima para un atacante, pero el Ramón Sánchez-Pizjuán ya mostró con abucheos su desesperación total con este apartado del juego. El Sevilla se escuda en la mala suerte para no reconocer que no tiene gol. Es el deseo de García Pimienta... con un mercado invernal a la vista en el que no dudará en pedir refuerzos. Aunque es consciente de la situación del club y, sobre todo, en la mayúscula apuesta por Iheanacho.

El nigeriano es el único futbolista de la plantilla con un sueldo que recuerda a los de antaño. Fue el sustituto de En-Nesyri y ahí no había que estimar en gastos. Todos en Nervión cruzan los dedos para que vean portería. Porque les comienza a afectar en el resto de funciones que tiene un delantero. El sábado, otra oportunidad.