BARCELONA - SEVILLA

El culé Peque se reencuentra por tercera vez con el Barça tras salir por la puerta de atrás

El mediapunta del Sevilla pasó por La Masia en dos etapas y en ninguna se asentó. Ahora es una de las sensaciones de LaLiga.

Peque celebra un gol con el Sevilla. /SEVILLA FC
Peque celebra un gol con el Sevilla. SEVILLA FC
Manuel Amor
José Manuel Rodríguez

Manuel Amor y José Manuel Rodríguez

Para Gerard Fernández 'Peque' (22 años) habrá pocos partidos más especiales que el Barça-Sevilla de este domingo (21:00). El mediapunta del conjunto hispalense, que ha recorrido un camino plagado de obstáculos y escollos hasta llegar a Primera, pasó en dos etapas por la cantera culé (2014-16; 19-22) y se marchó por la puerta de atrás y sin visos de alcanzar la primera plantilla. El club azulgrana ni siquiera se guardó un porcentaje de sus derechos, voló libre y ahora, titularísimo con García Pimienta, destacado en el derbi y sensación en la Selección Sub-21 (gol y asistencia en el último partido), se ha revalorizado y se postula para revelación de LaLiga.

Peque, al que el vestir cinco temporadas esa camiseta le reafirmó como culé y no guarda ningún rencor, aterrizó en la cantera como infantil de primer año. Llegó del Cornellà, su otro equipo, y no gozó del protagonismo que hubiese deseado en sus campañas en Infantil B e Infantil A. Le perjudicó su escasa corpulencia y la competencia; la apuesta era Pablo Moreno, una bestia en las categorías inferiores que ahora trata de abrirse camino en Osasuna Promesas, y por detrás apretaban prodigios como Xavi Simons. En 2016 se marchó y volvió a Cornellà.

Allí recuperó la sonrisa, maravilló con un fútbol que ya hacía presagiar que aquel '10' tenía algo especial (gol, visión de juego, verticalidad, carácter…) y destacó durante tres cursos inolvidables que le sirvieron para debutar en Segunda B con 16 años. Al Barça no le quedó otra que recuperarlo; Valdés pidió su incorporación para el Juvenil B y el club hizo un esfuerzo por pagar su traspaso y convencer al Cornellà para no cerrarle las puertas. En su segunda estancia en La Masia las cosas le fueron mejor (21 goles con el Juvenil A, Pimienta le reclutó pronto para el filial…)... pero hubo algo que no gustó.

Peque, en un partido con el Barça Atlètic.  INSTAGRAM
Peque, en un partido con el Barça Atlètic. INSTAGRAM

Durante un tiempo, Peque compartió estancia en el fútbol base del Barça con Pau, su hermano y portero que militó en el Cadete B cuando el hoy jugador del Sevilla disfrutó de su última temporada en el Barça Atlètic. Ante la necesidad de revisar un tema contractual de Pau, y por la ausencia de otra figura que pudiese encargarse del asunto, Peque se ofreció a velar por los intereses de su hermano y ocuparse. A Alexanco, director de fútbol base, no le pareció correcto y a partir de ahí hubo un antes y un después; el mediapunta, que tampoco había terminado de erigirse en pieza clave del filial, salió libre en verano del 2022 al Racing y Pau puso rumbo en las mismas fechas al Gavà. Ahora continúa con su crecimiento en la prolífica Damm.

No le resultó fácil

Peque dejó un reguero de amigos en la cantera (Mika Mármol, Arnau Tenas…) y se marchó al Racing, a Segunda, por la influencia del entrenador Guillermo Fernández Romo, ex del Cornellà y un enamorado de su talento. En el primer curso le costó adaptarse: sólo 628 minutos y un gol de penalti. La campaña pasada se rebeló con 19 dianas, tirando del carro y llevando al cuadro santanderino a rozar la clasificación para el playoff a Primera. Allí se convirtió en un ídolo por su efectividad, su calidad y una personalidad (se encargó de todos los lanzamientos de penalti, algunos decisivos) arrolladora para su edad.

Relevo ya informó de que las llamadas para preguntar por sus condiciones de salida empezaron a producirse pronto y que equipos fuertes de LaLiga, Italia y Países Bajos petaron en la puerta en marzo. De hecho, la práctica totalidad de los clubes de Primera salvo el Real Madrid y el propio Barcelona se interesaron de una u otra manera por la situación y por conocer su disposición a cambiar de aires. El Sevilla apostó fuerte y se decidió a pagar los cuatro millones de euros de su cláusula.

Ahora, feliz en la ciudad y aliviado por haber regresado a la Selección, con la que no jugaba desde edad Sub-18 (le llamó Pablo Amo, ahora segundo de De la Fuente), atisba un porvenir prometedor sin olvidar lo que le costó alcanzar la élite. Hoy tratará de demostrar que el Barça se equivocó al dejar que emprendiese camino sin garantizarse una posible repesca y poner Montjuïc patas arriba.