Cuatro 'rebeldes' con causa en el Real Madrid: Nacho, Ceballos, Camavinga y Asensio
El Madrid ha encontrado cuatro suplentes de garantías para afrontar el tramo final. Todos tienen motivos para reivindicarse: futuro, renovación...

En el gen del Real Madrid va la capacidad de resistencia, resiliencia o, como prefieran llamarlo, espíritu de supervivencia. Así lo demostró el equipo en la enésima remontada. Fue ante el Villarreal, tras ceder 2-0 con pésimas sensaciones al descanso. Los hombres de Ancelotti se sublevaron e incluso se apreció al técnico más exaltado de lo habitual para recriminar a Rodrygo que no le saludara tras ser sustituido. El bloque naufragaba, la crisis se acentuaba. Y ese gen, único, imperecedero, estaba inmerso en lo más profundo de sus energías. Sí, necesitaban rebeldía, que esos futbolistas que dieran un golpe sobre la mesa. Y si no eran Benzema, Vinicius (que rompió su sequía) o Fede Valverde, ya lo harían cuatro menos habituales: Ceballos, Nacho, Asensio y Camavinga.
Y todos tenían motivos para hacerlo, aunque el principal no era otro que el triunfo de los suyos. Así ocurrió. El ex del Betis fue el héroe consagrado, con gol y dos asistencias para liderar la remontada. Pero todos tuvieron su parte de mérito. Nacho demostró que desde un rol secundario no se olvida la protección de su área. Asensio insistió en ataque, dio el pase de gol a su compañero y sacó las garras en busca de dar la vuelta al resultado. Y Camavinga metió un plus de intensidad cuando se reclamaba a gritos. Una actuación coral fantástica. Parte del banquillo del Real Madrid clama por una oportunidad. Y justo en el momento idóneo. Las bajas de Carvajal, Tchouameni, Lucas Vázquez o Alaba continuarán dando oportunidades. Y qué mejor medicina para Ancelotti que contar con una plantilla profunda, ideal para competir en un calendario que aprieta y a veces también ahoga.
Por fin Ceballos
Ceballos no marcaba con el Real Madrid desde 2019.Y lo hizo cuando más lo necesitaba. No solo fue el gol, también sus dos asistencias. Todo lo que no entra en estadística también está sobre la mesa: su intensidad contagió al resto, siempre fiel en la presión, trabajador incansable. Desde el pasado 1 de enero es libre para firmar con cualquier club, ya que acaba contrato el próximo 30 de junio. El club, por ahora, no le ha ofrecido la renovación. No existe un acercamiento entre las partes.
Su reivindicativa actuación en el Estadio de la Cerámica es su mejor cartel por diferentes motivos. Por un lado, para ganarse más minutos en el Real Madrid. Por otro, en busca de una oportunidad en la Selección de Luis de la Fuente. El nuevo técnico nacional ha sido uno de los principales valedores en las categorías inferiores de España. Le ha dirigido en la Sub-19, en la Sub-21 y en la Olímpica y siempre ha confiado plenamente en su valía. También mirando al futuro. Con partidos así, se ganará una oferta de su actual club o suculentas propuestas de otros. "Hay que aprovechar cualquier minuto con esta camiseta", declaró tras el triunfo. En la eliminatoria copera, lo cumplió. Y tanto que lo hizo.
Asensio, otro rebelde con causa
Su caso es bien diferente al de Ceballos. Asensio sí que ha entablado conversaciones con el Real Madrid y ha confirmado públicamente que quiere continuar en el equipo. Aún sin acuerdo, su papel principal es el de alzar la voz como revulsivo. Poco a poco se ha adaptado a ese rol, no siempre sencillo en la élite. En las últimas semanas, ha ejecutado lo que Ancelotti le pide: velocidad, conducción, disparo. No dejar de intentarlo, cuando las fuerzas fallan.
Ante el Villarreal no solo dio la asistencia a Ceballos en el último gol, sino que también participó en ese contagio de un equipo de horas bajas al que parecían habérsele olvidado las grandes noches de Champions ocurridas meses atrás. Se mostró muy participativo y contribuyó activamente en la conducción del balón en transiciones. El pase de gol que selló el 2-3, además, parte de un sprint, de no dar la pelota por perdida.
El tesón de Camavinga
Un futbolista en aras de crecimiento como Camavinga no necesita más que continuidad. Precisamente no la está encontrando en esta segunda temporada en el Madrid, en la que esperaba una mayor presencia que le permitiese mostrar las sensaciones que dejó en los partidos de tronío. Ante el Barcelona, salió señalado con una pobre actuación. Y frente al Villarreal iba por el mismo camino. Su primera mitad no fue especialmente dañina para el bloque ni tampoco destacó negativamente con respecto a otros compañeros. Sin embargo, vio una cartulina amarilla que en otras ocasiones le ha costado la sustitución tempranera.
Ancelotti apreció su esfuerzo en la segunda y le dio más tiempo. A veces precipitado, Camavinga encontró en el césped de La Cerámica terreno para conducir y mostrar su refinada técnica para conquistar los espacios. Otra muestra de que hay un enorme talento escondido en sus botas que, en ocasiones, solo necesita una confianza continuada. El cuerpo técnico del Madrid está encantado con su tesón. Es un futbolista mentalmente preparado, fuerte, con la cabeza en su sitio y solo es cuestión de tiempo que se asiente.
Nacho, un veterano intachable
El discurso con Nacho se cierra en el mismo cauce temporada tras temporada. Es el espíritu de las remontadas encarnado en un jugador. Siempre comienza tímido, a la espalda de los titulares más habituales, incluso como tercera opción en sus posiciones. Sin Lucas Vázquez y Carvajal, se hizo con el lateral derecho, donde fue el mejor de la defensa. Otra vez.
En el centro de la zaga, Militao, Alaba y Rudiger le han ganado la partida. De hecho, tal y como informó Relevo, a los pesos pesados del vestuario no les ha agradado el rol testimonial que Nacho atesora esta temporada. Pero ahí está, una vez más, dando la talla cuando su club más lo necesita. A priori, gozará de más opciones en las próximas semanas por los problemas físicos de los fijos. Pero su rebeldía esconde lo que después grita el Madrid: un equipo de tal espíritu se construye desde el hambre de todos sus protagonistas.