Un Atleti con traje de Lino al que le sonríe hasta el arbitraje

El Metropolitano vivió un fútbol de Champions, de alta costura, elaborado por parte del Atlético y de la Real Sociedad, y un arbitraje de locura, con Munuera Montero decidiendo activamente en el marcador final del encuentro. Hizo caso omiso a la llamada de Prieto Iglesias, al no interpretar desde el monitor la mano de Morata dentro del área (67'), y sí pitó, de primeras y sin revisión del VAR, la mano de Carlos Fernández (85'), cuando estaba en el suelo, de espaldas, y su brazo cortó el disparo de Griezmann.

El Atlético mantiene la racha de 14 partidos seguidos ganando en el Metropolitano gracias al son de Lino. Le costó a Simeone, que hasta los primeros cambios del partido se mostró mucho mejor que la Real, con dos palos de por medio (De Paul y Witsel). Pero a partir de que Oyarzabal estrellara también un balón a la madera (63'), la Real se apoderó del partido, con Barrenetxea y Carlos Fernández haciendo lo que querían con Nahuel Molina.

De la banda izquierda de la Real, precisamente, llegó el empate de Mikel. Desde el 72', el partido fue para los de Alguacil hasta ese golpe de suerte y locura con el penalti de Carlos Fernández que transformó Griezmann. Las reglas del fútbol no las entiende nadie. Al Atleti, tampoco. Pero ahí está, intentando meter mano en la lucha por el campeonato...

Increíble, pero cierto. Al Atlético no le ha perjudicado por segundo partido consecutivo la revisión del árbitro principal en el VAR. Frente al Feyenoord concedió el gol de Morata y frente a la Real, Munuera Montero no quiso hacer caso a lo que le advirtió Prieto Iglesias desde el VAR. Los seguidores de la Real verían igual de absurda la mano de Morata dentro del área, como otras muchas que le han pitado al equipo donostiarra. Pero a fin de cuentas, esa máquina diabólica de la tecnología nos está volviendo locos a todos. En un principio, Munuera Montero aplicó el criterio racional.

Pero claro, luego vino la jugada del minuto 85. Con esa mano desde el suelo de Carlos Fernández a disparo de Griezmann. Munuera Montero pitó el penalti sin dudarlo. Ahí no llamó el VAR para revisar si era punible o no punible. Si cortaba trayectoria o no cortaba trayectoria. El problema es que las miles explicaciones que puedan dar para el VAR no tienen sentido alguno no sólo para los que llevan la camiseta txuri-urdin sino para los aficionados en general. Incluso para los de la Real, que la temporada pasada no vieron mano en el gol de Sadiq en Anoeta y sí subió al marcador...

Hasta ahora la acepción de lino para los atléticos más botánicos era una planta herbácea, anual, de la familia de las lináceas, con raíz fibrosa, tallo recto y hueco, como de un metro de alto y ramoso en su extremidad. A partir de este año, la planta que sembró Diego Pablo Simeone en la banda izquierda del Atlético de Madrid puede ser la que más florezca. Exhibición en defensa, con tablas para aguantar las embestidas de Kubo, y mágico en ataque, donde se convierte en un verdadero soplo de aire fresco cada vez que el balón pasa por sus botas. Su gol, y el increíble pase de Koke, demostró que el traje de Lino sienta estupendamente bien a este Atlético.

En el 43' sucedió todo aquello que sueñan los entrenadores con el media-coach. Que una jugada ensayada salga como se practica en los entrenamientos. El fútbol consiste en la realidad que pasa entre lo que proyectamos en nuestra cabeza y lo que luego sucede realmente sobre el césped. A veces, soñamos a lo grande y la caída duele más. Como en las jugadas a balón parado. Quedan preciosas en la pizarra o en los entrenamientos, pero bajar esa ensoñación a tierra cuesta varios mundos. Griezmann, desde la derecha, amagó con centrar al área, pero optó por el pase raso a la media luna del área a Koke; éste dejó pasar la pelota entre las piernas y ahí apareció De Paul, que, en lugar de fusilar, colocó al poste izquierdo de Remiro. La jugada dejó con la boca abierta al Metropolitano. El mensaje de esta jugada llevaba algo más que fútbol: lo que se trabaja con conciencia, a veces, da resultados.

La Real Sociedad venía con el siguiente balance: cinco triunfos, cuatro empates y una sola derrota (ante el Real Madrid). Y con la exhibición en Salzburgo. Sensaciones a años luz a las del Atlético, pero con un puntaje peor. Paradojas del fútbol, este encuentro fue como si igualara la fuerza real de dos placas tectónicas que tenían la pinta de desembocar en un terremoto-crisis en el equipo rojiblanco. Nada tuvo que ver la defensa del Atlético en comparación con el día del Feyenoord y tampoco se pareció la Real a la que firmó la obra maestra en Austria.

Kubo dijo el otro día que quiere pelear por el Pichichi de LaLiga, mientras que Morata lucha por ganarse el respeto de su propia afición por más que lleve los mismos goles que el japonés. En este Atlético-Real Sociedad,Morata volvió a desesperarse con el árbitro del partido, en esta ocasión Munuera Montero. Le pitan una de cada diez faltas que pide. Kubo, por su parte, también reclamó un penalti en el tiempo añadido de la primera parte, pero, más allá de los 'lloros', acaparó el principal peligro de la Real en ataque, sirviendo desde la derecha la mejor ocasión para la Real en la primera mitad, con un cabezazo de Oyarzabal que se marchó por encima del larguero.

En la foto inicial aparecen todos los que están, pero no todos los que son. Recuerden, la plantilla rojiblanca se compone de 23 efectivos y Diego Pablo Simeone volvió a confeccionar un once con lo justo. Riquelme, único revulsivo del primer equipo en el banquillo junto a Javi Galán y Savic, recién salido de lesión. El Atlético está con el gancho, físicamente hablando, con siete bajas por lesión a 8 de octubre y otro temible parón de selecciones, que ha traído de vuelta anteriormente a más jugadores tocados (Barrios, Soyüncü, De Paul, Molina...).