Savio aconseja a Vinicius que se centre y recuerda su salida de la Real Sociedad: "De las pocas veces que no escuché a mi mujer"
El brasileño muestra en Relevo su preocupación por todo lo que rodea la figura del futbolista del Real Madrid.
Savio Bortolini (Espirito Santo, Brasil, 1973) vive entre Florianópolis, Rio de Janeiro y Espirito Santo, donde reside su familia. Sigue ligado al fútbol, ya que acaba de hacerse con el Desportiva Ferroviaria, equipo donde él empezó a despuntar antes de fichar por el Flamengo. Pero también dedica su tiempo libre al mundo empresarial, en concreto al mundo inmobiliario. Echa la vista atrás y se siente "feliz y realizado" por lo que el fútbol le dio. Habla con nostalgia de su paso tanto por el Real Madrid como por la Real Sociedad, dos equipos que se verán las caras mañana sábado en el Reale Arena.
En Donostia no pudo conseguir el objetivo con el que llegó, intentar evitar un descenso que puso fin a 40 años consecutivos en la máxima categoría del fútbol español. El recuerdo es "muy doloroso", sobre todo por ese penalti fallado ante el Racing de Santander y que pudo haber cambiado el sino del equipo blanquiazul. En Madrid, por el contrario, alcanzó la gloria con un estilo de juego, cada vez más dificil de ver en el fútbol, algo que le produce "mucha tristeza". Aunque son muchos los que piensan que fue en el Zaragoza donde ofreció su mejor versión como futbolista.
Llegaste a una Real 'muerta' y en 19 partidos, en los que marcaste cinco goles, a punto estuvo de obrar el milagro. ¿Cómo lo recuerdas?
Mi estancia en la Real la recuerdo con pena por dos motivos. Primero porque, infelizmente, descendimos ese año y después, por estar poco tiempo. Fueron apenas seis meses. Todo fue muy intenso. Lo que vivimos en San Sebastián para mí fue algo muy especial. Yo estaba en el Flamengo porque me había vuelto a Brasil después de muchos años en Europa. Me acuerdo que yo estaba de vacaciones porque la liga brasileña había terminado en diciembre de 2006. Yo tenía un año más de contrato, pero me llamó directamente Lotina. Yo estaba con mi familia en la playa y me llamó diciendo que estaba en la Real y que me quería. Yo hablé con el Flamengo y no hubo ningún problema porque estaba en una situación muy complicada. Yo le di mi palabra a Lotina. Yo ya sabía de la situación de la Real porque seguía LaLiga española. Iba muy mal, pero mi vida siempre ha estado basada en desafíos. Yo llegué y vi que el club estaba en un momento muy complicado. Tenía buenísimos jugadores pero no se conectaban y yo, poco a poco, con mi experiencia, intentaba todos los días levantar la moral de los jugadores, diciendo que teníamos condiciones de superar todo, pero no fue posible. Yo fui a San Sebastián con una mentalidad de levantar el club y, lo más importante, conseguir la salvación, pero no fue posible.
¿Te sorprendió ver a la Real en esa situación cuando tan solo unos años antes había sido capaz de pelear LaLiga al Real Madrid?
Sí. Me sorprendió muchísimo. Con el Madrid y con el Zaragza había jugado contra la Real y sabía un poco lo que era el club, la ciudad, la afición... Y me sorprendió. Cuando juegas una competición tan equilibrada y fuerte como la española, por detalles se puede complicar muchísimo. Y cuando estás abajo, levantarte no es fácil. Cuando llegué ahí a principios de enero, yo veía que era una situación muchísimo más complicada de lo que pensaba. Pero yo fui pensando que había alguna posibilidad. Hicimos partidos muy buenos. Yo conocía bien el fútbol español. Fue una lástima porque yo tenía mucha ilusión. Tenía un objetivo claro: hacer de todo para salvar al equipo. No me puedo olvidar de ese penalti contra el Racing. Sentí una emoción muy fuerte cuando lo fallé, tanto que empecé en el campo a llorar con mucha emoción porque yo me daba cuenta de la gran expectativa que tenía la gente hacia mí.
¿Dentro de su longeva y exitosa carrera fue ese uno de los momentos más dolorosos?
Emocionalmente, mucho. Yo estaba con mi familia, con mi mujer y mis hijos, y veían todos los días cómo luchaba por sacar al equipo de la situación en la que estaba. Me acuerdo de un partido contra el Celta. Tuve un problema en la garganta, una inflamación muy fuerte. Empezó el lunes y el martes la infección era importante, con mucha fiebre. Jugábamos el sábado y el jueves fui al club y hablé con los médicos. Le dije que me recetaran algo y me dijeron que no, que era un medicamento fuerte. Finlamente, me lo recetaron. Bajó la infección, el viernes pude entrenar y fue un partido espectacular. Ganamos 3-1 y yo metí un gol. Había siempre una gran motivación y por eso, ese penalti fallado para mí fue algo muy doloroso. Yo me quedé muy mal porque yo veía que todo mi esfuerzo, que todo el esfuerzo del equipo para sacar al equipo donde estaba, parecía que allí se había terminado. Entonces para mí fue algo muy complicado emocionalmente hablando.
También llamaron la atención tus lágrimas cuando se fue de la Real Sociedad y firmó por el Levante. Más tarde reconoció que había sido un error...
Fue un error. Hubo una persona que habló conmigo y me dijo: 'Savio, si fuera tú, yo me quedaría, jugando inlcuso en Segunda. Estamos muy bien aquí, la afición te quiere y la ciudad es espectacular' Fue una de las pocas veces que no escuché a mi mujer. Vino el Levante con una propuesta muy buena, pero al final fue una mentira porque tuve muchos problemas financieros. Fue un error no haberme quedado porque yo estaba muy bien en la ciudad. Pero la Real también estaba en una época muy complicada. Tampoco sabía si el club iba a poder mantener un equipo competitivo. Fue una decisión difícil, pero bueno, fue la decisión que tomé.
Tu primera parada en España te llevó a Madrid. Echas la vista atrás y ¿qué recuerdos tienes?
Cuando miro atrás, veo a un niño que creció en una ciudad pequeña, que llegó a Rio con 14 años para jugar en el Flamengo, en un equipo grandísimo, de mucha tradición, de mucha afición y después salí directamente a Madrid, a jugar en el Real Madrid. Una curiosidad. Solamente dos jugadores en la historia del Flamengo salieron directamente al Real Madrid: Vinicius y yo. Lo digo para mostrar el grado de dificultad. Para mí era algo inimaginable. Cuando miro atrás y veo que jugué cinco años en el Real Madrid, con todo que conquistamos, los títulos de Liga, las tres Champions, el Mundial, no tengo palabras. Pero lo más importante, el cariño que tuve de toda la afición, de todo el Bernabéu. Muchas veces me preguntaba: '¿Qué hice para merecer tanto cariño?' Porque cuando salía al campo en el Bernabéu, yo veía a la gente que me quería. Cuando cogía el balón, intentaba hacer de todo para, a mi estilo, hacer a la afición un poco más feliz con los regates. Jugar cinco años en el Real Madrid fue muy especial. Yo me fui de Brasil con la intención de ganar y de conquistar campeonatos. Yo quería llevar algo distinto a la afición con mi estilo de juego. Fue una conexión muy linda. Cuando Lorenzo Sanz vino a Brasil para ficharme, cuando firmé el contrato, yo sabía que tenía un desafío increíble, pero quería llegar a España y triunfar. Tenía un objetivo muy claro y gracias a Dios las cosas me salieron muy bien.
Ya no hay jugadores del estilo de Savio. ¿Cuánto echas de menos ver más regateadores como tú?
Mucho. Yo sé que el fútbol ha cambiado, pero estamos hablando del fútbol brasileño, de la esencia del fútbol brasileño. Yo evolucioné muchísimo tácticamente cuando llegué a Madrid. Tuve un entrenador, Heynckes, que me ayudó muchísimo. Me daba libertad en el campo para hacer mi juego, pero me llamaba la atención con el posicionamiento. Pero yo no podía perder nunca mi estilo de juego. Yo, al principio, estaba un poco tímido y un día me llamó Roberto Carlos y me preguntó: 'Eh, ¿qué estás haciendo? Coge el balón, regatea y vete ya. Y si pierdes el balón, inténtalo otra vez. Yo te conozco y también tu estilo de juego' Y eso me dio una motivación y empecé realmente a hacer mi juego. Yo veo que cada día estamos perdiendo mucho de lo que tuvo siempre el fútbol brasileño: la creatividad, el regate, la improvisación... Pero no solo en el fútbol brasileño, en el futbol mundial también. Tenemos muchísimo jugadores de calidad, técnicos, pero cada vez veo menos el regate en el fútbol. Y eso para mí, como jugador que utilizaba casi siempre el regate como algo dentro de mi juego, me deja un poco triste.
¿Preocupado por el fútbol de Brasil?
Esto no es de ahora, es de hace mucho tiempo. Lo digo siempre. Ya no tenemos más Romarios, Ronaldos, Rivaldos, Ronaldinhos... Desde la época de los 50, Brasil siempre ha tenido un equipo muy fuerte, con tres, cuatro, cinco jugadores que hacían la diferencia, pero ya no tenemos eso. Por supuesto que tenemos jugadores de calidad como Neymar, pero con muchos problemas físicos, como Vini... Son jugadores que tienen mucha calidad, pero no sé... Lo que tenia siempre la selección brasileña con su afición, con su pueblo, parece ya que no existe más. Tenemos que hacer una renovación, una reformulación, pero en todo, no solo en el equipo, en general en el fútbol brasileño. Pensar en lo que nos trajo hasta aquí, a ser el país cinco veces campeón del mundo, pero eso ya ha quedaddo atrás. Tengo la esperanza que un día podamos pararnos y ver qué es lo que está pasando.
"Ya no existe lo que tenia siempre la selección brasileña con su afición y con su pueblo. Tenemos que hacer una renovación, una reformulación, pero en todo, no solo en el equipo, en el fútbol brasileño en general y pensar en lo que nos trajo hasta aquí"
Las críticas están siendo feroces...
Sí, muy fuertes. Estamos en momento complicado, difícil y siempre, cuando se habla de la selección brasileña, se habla de una selección cinco veces ampeona del mundo, de una selección de jugadores de muchísima calidad , pero desde hace mucho tiempo ya no encontramos esa conexión. En los últimos 20 años, por ejemplo, no hemos progresado y otras selecciones han alcanzado un nivel más alto. Nosotros nos hemos quedado y es una lástima, pero repito que esto no es un problema de ahora. Viene de hace mucho tiempo.
¿Qué opinión le merece todo lo que gira alrededor de Vinicius? Nadie duda de su calidad, pero es como que siempre está en el disparadero y cada vez menos por cuestiones futbolísticas...
Lo que puedo decir es que tiene mucho talento y mucha capacidad. Es un ídolo en el Real Madrid por todo lo que hizo. Y ahora lo que tiene que hacer es trabajar. No hay otra solución, dejar un poco todo el ruido de fuera, trabajar y mejorar para su club y para la selección brasileña. Es un jugador muy importante para los dos, pero en la selección brasileña hay una presión increíble. Algunos jugadores juegan en sus clubes de una forma totalmente distinta. Vinicius se tiene que olvidar de las cosas de fuera y centrarse totalmente en el campo, en los entrenamientos. Yo creo que sólo así puede cambiar. Está recibiendo muchas críticas en Brasil porque, en los últimos años, se ha convertido en el principal jugador del Real Madrid por todo lo que ha hecho, por todo lo que ha ganado y la expectativa es muy alta. Es así el fútbol. Cuando no se cumplen las expectativas es cuando vienen las críticas. Yo tuve momentos maravillosos, pero tuve momentos malos también. ¿Qué es lo que tenía que hacer? Trabajar y mejorar. Si nos quedamos hablando o viendo situaciones que realmente no existen, no podemos hacer nada. Es un jugador muy talentoso, joven y tiene que trabajar para mejorar en varios aspectos.
¿Tiene miedo a que se acabe perdiendo, que todo lo que le rodea pueda influir de manera negativa en él?
Creo que hay momentos en la vida en los que nos tenemos que centrar en las cosas realmente importantes. Cuando estamos bien y vivimos momentos maravillosos, tenemos que tener la mente fuerte para no salirte del camino. Son muy jóvenes y pueden pensar: 'Soy muy bueno, soy maravilloso, está todo bien'. Es algo muy peligroso. Y lo mismo cuando estamos en un momento malo. Tenemos que tener la mente y la cabeza tranquila, saber lo que significa todo eso y seguir trabajando. Yo sabía que los momentos malos son muy complicados porque para salir de una situación difícil, tienes que tener mucha cabeza y equilibrio. Intentaba utilizar la misma fórmula para las dos situaciones. Cuando estaba bien, la idea era seguir trabajando y todo lo que pasara fuera, bien, pero no me iba a cambiar nunca y, cuando estaba mal, actuar de la misma forma, seguir trabajando y mejorando.
Otro futbolista brasileño que está viviendo una época gloriosa es Rodrygo. ¿Cree que está infravalorado?
No le conozco personalmente. Hablo desde la parte futbolista. A mí me gusta mucho como jugador. Es un jugador que tiene dos cosas importantes para jugar en el Real Madrid: es muy táctico, pero además tiene mucha calidad individual. Es un jugador que te da mucho. Y me parece que es un jugador muy equilibrado emocionalmente. Es lo que parece de fuera. Me gusta mucho. Como Vini, son jugadores jóvenes y aún tienen que mejorar. Creo que ellos saben más que todos nosotros lo que necesitan para mejorar. Rodrigo es un jugador muy determinante, importantísimo. ¿Infravalorado? No lo sé. En los últimos años está siendo determinante en el Real Madrid. Es alguien que te da mucha fuerza en campo.
No me quiero despedir sin hablar de su paso por el Real Zaragoza, un equipo que vive momentos complicados en Segunda División y con el que usted vivió días históricos como la final de la Copa del Rey de 2004, precisamente frente a su Madrid...
Para muchos, individualmente hablando, fue mi mejor momento mi estancia en Zaragoza. Esa Copa es mi mejor recuerdo allí. Aquella noche en Montjuïc está grabada para siempre en mi corazón y en mis pensamientos. Fue un partido inolvidable donde casi nadie esperaba nuestra victoria, hasta incluso nosotros mismos porque sabíamos de la dificultad de ganar a aquel Real Madrid. Competimos desde el primer minuto ante un equipazo y, tras la expulsión de Cani, jugamos casi un tiempo entero con uno menos. No me lo creía cuando Galletti marcó aquel gol y cuando después llegó el final. Cantamos, festejamos, hicimos de todo aquella noche. Luego jugamos otra final, la del Bernabéu frente al Espanyol, pero el recuerdo es muy diferente, sin duda. Yo estaba en el banquillo por una decisión del entrenador que no entendía. Fue una derrota dolorosa tras haber hecho un campeonato impresionante eliminando al Madrid y al Barcelona. Ese 4-1 fue terrible.